Viernes, 26 de Abril de 2024

La reforma educativa y la competitividad de Puerto Rico

Puerto RicoEl Nuevo Dia, Puerto Rico 13 de octubre de 2018

Gustavo Vélez
"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres"
- Pitágoras
La construcción de un sistema educativo público de avanzada fue sin lugar a dudas, uno de los componentes más importantes del andamiaje social y económico que le permitió a la isla ingresar a la modernidad industrial entre las décadas del 1940 y 1960

Gustavo Vélez
"Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres"
- Pitágoras
La construcción de un sistema educativo público de avanzada fue sin lugar a dudas, uno de los componentes más importantes del andamiaje social y económico que le permitió a la isla ingresar a la modernidad industrial entre las décadas del 1940 y 1960.
Junto a la fundación de la Universidad de Puerto Rico en el 1903, el Departamento de Instrucción Pública, (actual Departamento de Educación) sirvió como la fábrica del capital humano que requería el proyecto de industrialización conocido como "Operación Manos a la Obra". La educación de toda la población, fue un elemento prioritario del proyecto de país gestado por la generación visionaria de aquellos tiempos.
De la mano de la educación pública, se creó la clase media, y el proyecto educativo económico proveyó ciertas garantías de movilidad social para todos por igual. El proyecto educativo público, pareció funcionar bien como hasta mediados de la década del 1970, cuando la politización y la burocracia, convirtieron al Departamento de Educación (DE) en una importante trinchera de los partidos políticos que se han alternado el poder. El crecimiento de la educación privada como opción para amplios sectores del país, fue la sentencia de muerte de la educación pública.
Desde entonces, el país conoce bien todas las historias tristes y desgraciadas asociadas al DE. El pueblo mira con frustración, que a pesar de que esa agencia consume sobre $2,500 millones del presupuesto gubernamental, le ha estado fallando a nuestros niños. Hoy, el 25% de los estudiantes deserta antes de graduarse.
Consciente del obvio fracaso del DE y de la ausencia de un verdadero proyecto educativo, casi todos los gobernadores recientes, han intentado sin éxito, reformar el sistema. Sin embargo, todos han chocado con las barreras de la burocracia de una agencia que emplea a más de 50,000 personas, de las cuales 28,000 son maestros, y 22,000 son personal administrativo.
Los sindicatos, las propias organizaciones políticas, y los poderosos intereses económicos (suplidores), se las han arreglado para evitar que los intentos de reformas sean exitosos. Al conspirar para que el DE no trascienda a un nuevo modelo educativo de calidad mundial, los grupos anteriormente mencionados, están saboteando el futuro de 307,000 niñas y niños, y con ellos, las posibilidades económicas de Puerto Rico.
La educación y el desarrollo económico
Hay suficiente evidencia en la literatura sobre desarrollo económico en torno al rol medular de la educación en la competitividad de los países. Basta mirar los modelos educativos de las economías más competitivas, como Singapur, Suiza, Alemania, China, Japón, Finlandia, y Corea del Sur, para validar la estrecha correlación entre la calidad educativa y la competitividad.
La actual coyuntura que enfrenta Puerto Rico, marcada por la quiebra y una larga depresión económica, ha forzado profundas reformas estructurales, entre las que afortunadamente se ha incluido la educación. Por la gran cantidad de recursos fiscales que consume el DE, cerca del 25% de los ingresos del fisco, y por la relevancia para cualquier proyecto económico, el gobierno, el Congreso y la Junta Fiscal, parecen estar de acuerdo en que hay que transformar el DE.
La tarea de transformar esta agencia, ha caído en las manos de la actual secretaria de Educación, Julia Keleher, quien parece tener la voluntad de implementar las reformas que requiere el DE sin consideraciones partidistas o de ninguna otra índole. La reforma parece encaminada no solo a cambiar el modelo administrativo-financiero de esa agencia, sino la visión y el paradigma que ha guiado al DE por décadas y que ya no funciona.
Muchas de las acciones ya están encaminadas, entre ellas, el aumento salarial a los maestros, la implementación de métricas y guías para optimizar los recursos fiscales, la reducción de planteles, la reingeniería del DE, el fortalecimiento de la tecnología como herramienta educativa y el énfasis en las ciencias y las matemáticas dentro del currículo. La implementación del concepto de escuelas "charter" y las mejores prácticas de otras jurisdicciones, también forman parte de las estrategias de cambio.
La educación como un proyecto de país
Sin embargo, el mayor reto que tiene Keleher es lograr que el país entienda que la reforma educativa es posiblemente la más importante de todas las reformas que actualmente se implementan. De qué vale que se logren todas las reformas, como la de la energía, o las reformas contributiva y fiscal, si la mitad del país no tiene acceso a educación de calidad, con las conocidas consecuencias sociales de ese fracaso.
La obsolescencia del proyecto educativo está pasando una alta factura al resto de la sociedad, en la medida en que está creando un país fracturado por la mitad; los que tienen acceso a buena educación y los que no tienen acceso. El resultado neto es que derrotamos cualquier posibilidad de unirnos al resto de las economías competitivas del mundo.
Si aspiramos a tener una economía competitiva y una sociedad justa, debemos abrazar la reforma educativa no como un proyecto político ni del gobierno de turno, sino como la plataforma desde la cual cada uno de nosotros, pueda aportar a la transformación de Puerto Rico.

La Nación Argentina O Globo Brasil El Mercurio Chile
El Tiempo Colombia La Nación Costa Rica La Prensa Gráfica El Salvador
El Universal México El Comercio Perú El Nuevo Dia Puerto Rico
Listin Diario República
Dominicana
El País Uruguay El Nacional Venezuela