Martes, 19 de Marzo de 2024

Cuba: nuevo "período especial"

ChileEl Mercurio, Chile 22 de abril de 2019

Cuando Raúl Castro entregó la Presidencia de Cuba a Miguel Díaz-Canel, hace un año, fueron pocos los que abrigaron la esperanza de que significara una real apertura y modernización del régimen comunista. Un año después las expectativas aún son menores, con la isla en un "nuevo período especial", EE.UU. imponiendo restricciones adicionales y Venezuela sumida en una crisis económica, social y humanitaria que le impide seguir financiando a su aliado ideológico.

Las penurias de los cubanos siempre han sido atribuidas a Estados Unidos, al embargo, o "bloqueo", que los ha mantenido impedidos de tener relaciones normales con otros países, y hacer cierto tipo de transacciones comerciales con el exterior, bajo amenaza de sanciones a empresas o personas que violen las disposiciones norteamericanas. Esto es cierto en alguna medida, pero el amplio intercambio que Cuba ha tenido con Venezuela, Canadá, la Unión Europea y Rusia o China debería ser suficiente para mantener activa una economía y haberle permitido satisfacer las necesidades básicas de los cubanos.
Estados Unidos les ha dado a los jerarcas comunistas la justificación perfecta para que ellos no asuman sus propios errores. Con la aplicación de la hasta ahora suspendida cláusula tercera de la Ley Helms-Burton, de 1996, que entrará en vigor en mayo, Washington le da una nueva excusa al régimen para justificar sus devastadoras políticas. Esa ley permite a cualquier estadounidense o cubano naturalizado entablar demandas en los tribunales norteamericanos contra empresas que se hayan beneficiado de negocios con propiedades expropiadas tras la revolución de 1959. Además, el gobierno de Donald Trump anunció medidas adicionales que restringen los viajes "no familiares" a la isla, con lo que le dará un apretón más al turismo, fuente de ingresos importante para Cuba.
El Presidente norteamericano considera que la política de acercamiento de Barack Obama hacia Cuba no dio resultados, puesto que el régimen se benefició de la apertura hacia EE.UU. pero no modificó en nada su comportamiento al interior, sin hacer el mínimo gesto de tolerancia ni apertura democrática. Es cuestionable que esta nueva ofensiva de Trump logre el resultado de avanzar hacia una transición, pues ya el régimen cubano se ha amparado en estas sanciones para aglutinar a la población y prepararla para la defensa de la "soberanía" amenazada y para enfrentar este nuevo período especial que "no llegará a la 'fase aguda'" que vivieron en los 90, como dijo Raúl, pero igual "debemos prepararnos siempre para la peor variante".
El año perdido de Díaz-Canel
Las razones de fondo de las penurias económicas cubanas, como se sabe, están en las fracasadas políticas económicas que el régimen comunista ha aplicado sin éxito a lo largo de estas décadas de "revolución", las que no han podido ser superadas con continuas modificaciones y ajustes anunciados con grandes aspavientos, pero que no han cambiado en lo esencial la economía "planificada", totalmente dirigida por burócratas que cumplen las indicaciones del Partido Comunista.
La presidencia de Díaz-Canel no ha sido excepción a esta tendencia, puesto que en este primer año son pocas las reformas que ha impulsado, excepto una nueva Constitución, que no cambia el régimen de partido único ni la planificación centralizada.
Los intentos por introducir mecanismos de mercado -como los negocios por "cuenta propia"- se han visto frustrados por nuevas intervenciones estatales y por las limitaciones que le impone el Estado cubano a la iniciativa privada.
Si en los años ochenta alguien no había reconocido el fracaso de las políticas implementadas por el régimen, estas quedaron al descubierto cuando la Unión Soviética colapsó, en 1991. Moscú dejó de comprarle azúcar a precios especiales, paró los subsidios directos y el envío de mercancías subvencionadas que consumían los cubanos. El régimen de los Castro, que sobrevivió por años financiado por la URSS, tuvo que enfrentar el "período especial", la escasez de alimentos, petróleo y divisas para comprarlos, con sus propios medios.
Hasta que llegó la mano de Hugo Chávez y reemplazó a la URSS en las provisiones para la población. No fue una nueva revolución, sino un cambio del donante para financiar la utopía comunista que el mismo Chávez quería implementar, renovada, en Venezuela. Ahora que esta última vive su propia crisis, Raúl Castro y Díaz-Canel reconocen la "crudeza del momento", pero apuntan a la "agresiva escalada de EE.UU." como la gran responsable de este nuevo "período especial" que los cubanos tendrán que enfrentar.
Riesgo a que medidas sean contraproducentes en VenezuelaWashington parece decidido a quitar el oxígeno a la "troika de la tiranía", como llama a los líderes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Por eso se anunciaron otros castigos contra Caracas y Managua, para "acabar con el glamur del socialismo y comunismo". Las sanciones contra el hijo de Daniel Ortega apuntan a impedir que el sandinista forme una dinastía en el poder.
Restricciones a las transacciones con el Banco Central venezolano, y advertencias a los "actores externos" y contra el "despliegue de activos militares" que "apuntalan al régimen de Maduro" (directa alusión a Rusia) formaron parte del mensaje de Estados Unidos.
Surge la duda de si estas presiones serán suficientes para que Nicolás Maduro restablezca la legalidad, permita una transición democrática y deje el poder. No debe descartarse que tengan el efecto contrario y el régimen aumente la represión a los opositores.
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