Despega la versión 2.0 del Pillán, el avión que ha entrenado a más de mil pilotos de la Fuerza Aérea
Enaer alista una propuesta que debe ser evaluada por el Ministerio de Defensa y la propia FACh. El contrato contempla 40 unidades.
Apenas 60 minutos de vuelo le faltan al más usado de los T-35 Pillán de la Fuerza Aérea para completar la vida útil de siete mil horas con que fue diseñado hace más de tres décadas por la Empresa Nacional de Aeronáutica de Chile (Enaer). Los otros 31 aviones de esa flota alcanzarán dicho umbral progresivamente entre 2020 y 2028, por lo que ya está en marcha el proyecto para reemplazar la aeronave de entrenamiento militar.
Aunque la decisión del fabricante final aún debe ser evaluada por el Ministerio de Defensa y la FACh, el subsecretario de Defensa, Cristián de la Maza, anticipa que lo más probable es que sea la propia Enaer -apoyada por otros proveedores, chilenos o extranjeros-, dada la experiencia acumulada.
"Mientras no se disponga otra cosa, (la idea) es que esto lo lleve Enaer. Salvo que finalmente se defina que no es costo-efectivo, hasta aquí tenemos una experiencia bastante positiva no solo con la construcción, sino con el desarrollo nacional y un sostenimiento de 34 años", afirma.
El Pillán ha sido exportado a siete países (España, Ecuador, Paraguay, Guatemala, El Salvador, República Dominicana y Panamá) y en total se han producido 150 unidades.
En los últimos 34 años ha permitido entrenar en Chile a cerca de mil pilotos de la FACh, que luego han continuado sus carreras en aviones de combate, de transporte o en helicópteros.
La historia del Pillán no ha estado libre de accidentes -el último de ellos, en 2018, cobró dos vidas-, pero en todos los casos la causa ha estado vinculada al factor humano, plantea Leopoldo Porras, gerente de Planificación y Desarrollo de Enaer.
Realidad aumentada
El proyecto Pillán II de Enaer busca proveer los 40 nuevos aviones que requiere la FACh, por un monto que ninguna de las partes quiso revelar.
Conceptualmente, se busca que el Pillán II no solo sea un mejor avión, sino un sistema de entrenamiento integral más vinculado a los nuevos aviones de combate de la FACh, como los F-16 y los A-29 Súper Tucano.
Así, la cabina tendrá instrumentos digitales en lugar de análogos, una cámara de video registrará los vuelos para su posterior evaluación y la carlinga contará con nanotecnología que reducirá la temperatura interior.
Porras agrega que gracias a un sistema de planificación de misiones los pilotos podrán preparar previamente los detalles de sus vuelos en sus computadores, para luego cargarlos en la aeronave. "Además, se va a agregar un simulador, eventualmente con dispositivos de realidad aumentada en los cascos, y equipos de realidad virtual para entrenar a los especialistas de mantenimiento", explica.
En cuanto a los plazos, De la Maza precisa que luego de los estudios de ingeniería y del armado del prototipo, la línea de producción debería estar funcionando en cuatro años, para que el primer Pillán II entre en servicio en 2024. Eso implica que la FACh irá perdiendo parte de la flota actual sin un reemplazo listo, lo que será compensado con un mayor uso de los Pillán I que sigan disponibles.
Dedicada principalmente a producir y mantener aeronaves, Enaer también arma partes y piezas para otros fabricantes como la brasileña Embraer y las europeas Airbus y Dassault. En el mundo, 1.200 jets de pasajeros ERJ-135 y ERJ-145 de Embraer vuelan con colas elaboradas por la empresa chilena.
Aunque autónoma, Enaer tiene un fuerte vínculo con la FACh. Su directorio es presidido por el comandante en jefe de esa institución y entre sus 909 funcionarios hay 134 empleados de la Fuerza Aérea. En 2018 tuvo ingresos por US$ 51 millones, 8,2% menos que en el año anterior. Todos los excedentes se reinvierten, concluye Porras.