La NASA quiere llevar a la primera mujer a la Luna en 2024
El nuevo programa espacial fue bautizado "Artemisa", la hermana gemela de Apolo, como alusión a la misión lunar anterior y a la importancia femenina en esta nueva aventura.
En cinco años más, Estados Unidos quiere repetir la proeza del Apolo XI. Pero ahora, el "pequeño paso" pero "gran salto para la humanidad", lo protagonizará una mujer, dijo ayer la NASA.
Aunque las mujeres ya han completado numerosos hitos (ver infografía), ninguna de ellas ha salido de la órbita terrestre.
Ayer, el programa que perseguirá tal objetivo fue bautizado oficialmente como Artemisa, la hermana gemela del dios Apolo y diosa de la Luna. Es una alusión al éxito del programa espacial de hace medio siglo y también a la importancia que tendrán las mujeres en esta nueva aventura.
"Este programa permitirá que una nueva generación de niñas pequeñas, como mi hija, se vean a sí mismas de una manera que no lo harían de otra forma", dijo el administrador de la agencia, Jim Bridenstine, a través de un video a los empleados de la NASA, al presentar la iniciativa.
La misión, que se llevará a cabo en 2024, incluirá, además, al "próximo hombre" que viajará al satélite desde que se interrumpieron las misiones Apolo en diciembre de 1972, explicó la agencia a través de Twitter. Así, serían dos los viajeros en esta misión lunar.
Casi en paralelo, el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en su cuenta de Twitter una solicitud al Congreso de añadir 1.600 millones de dólares al presupuesto de la NASA para "volver a la Luna e ir a Marte".
Esto implica que el gasto de la agencia sería de unos 22.600 millones de dólares para el año fiscal 2020. Tal aumento del presupuesto se destinaría en gran medida a la investigación y al desarrollo de un sistema de aterrizaje lunar.
"Ya no es un anuncio de 'Volveremos en la próxima década', sino que algo que tiene fecha, lo que lo hace diferente a anuncios anteriores", destaca el ingeniero Mauricio Henríquez, responsable del laboratorio de estudios espaciales de la U. Austral, quien se doctora en la U. de Auburn, Alabama, desde donde colabora con proyectos del Marshall Flight Center, de la NASA.
"Obviamente, hay un atractivo adicional en enfatizar el aspecto femenino en la misión y, además, es muy merecido. Las mujeres están tan capacitadas como los hombres para este tipo de misiones", agrega.
Coincide Eduardo Bendek, ingeniero chileno que trabaja en el Ames Research de la NASA. "El guiño a lo femenino de la misión es interesante, porque da un buen ejemplo a los niños de que el género no impacta en la posibilidad de ir a la Luna o a Marte", dice.
No obstante, el objetivo es más que volver a la Luna, opina. "Acá se está intentando avanzar en la dirección de prepararse a Marte y que el esfuerzo sea sostenible y reciclable".
A su juicio, lo ideal es que además esté asociado a llevar instrumentos que permitan hacer, por ejemplo, observaciones astrofísicas u otro tipo de investigación. Otro de los objetivos, opina, podría ser ir a ver el agua que hay en los polos y estudiar si es posible filtrarla y usarla.
Tanto Henríquez como Bendek apuestan a que los posibles elegidos para la misión surgirán de astronautas experimentados que ya han ido al espacio y permanecido cierto período en alguna misión. "En menos un año deberían seleccionar un grupo tentativo que debe comenzar a trabajar desde ya", dice Henríquez.