Las olas de calor en el norte de Chile aumentarán cinco veces
Aunque por ahora ciudades como Arica no han presentado tantos días de temperaturas extremas, esto cambiará en algunos años, pronostican investigadores de la Usach.
L a temperatura récord de 38,3 ºC que se alcanzó en Santiago en enero de este año, y que superó todo registro oficial, podría repetirse.
Así lo aseguran los datos de una nueva investigación encabezada por científicos de la Universidad de Santiago, que analizó las olas de calor que afectan a Sudamérica durante el verano y que proyectó cuánto podrían elevarse.
"Un efecto del calentamiento global es el aumento de la intensidad y la frecuencia de eventos extremos. Y un ejemplo clásico son las olas de calor. Estas ya han aumentado en todo el planeta y Chile no es una excepción", dice Raúl Cordero, del Departamento de Física de la Usach y uno de los coautores del estudio.
"Una ola de calor se define como cuando la temperatura está por encima de un cierto umbral que se sobrepasa de manera poco frecuente", explica Cordero. En el mes de enero en Santiago, por ejemplo, se considera así cualquier temperatura que supere los 32 grados.
Las conclusiones del estudio, que acaba de publicarse en Scientific Reports, muestran que mientras más cerca del trópico estén los países, peores son las olas de calor que han debido soportar en los últimos veranos. Pero, además, se advierte que las máximas de temperatura serán más seguidas y más intensas.
"Las olas de calor en el trópico se han cuadruplicado desde lo que se consideraba normal a fines del siglo pasado. En Chile, en cambio, las olas de calor extremas en la zona central han aumentado en un 50%", explica.
En el país, las zonas que han sido más afectadas por las temperaturas extremas son la zona central y centro sur. "Curiosamente, no ha sido tan afectado el norte grande, pero las proyecciones indican que a mediados de siglo esas zonas van a ser las más afectadas (del país)".
Según los datos de la investigación, para mediados de siglo, en Arica, los días con temperaturas consideradas anormalmente altas se multiplicarán al menos por cinco. "Si en el pasado siempre ha habido cuatro o cinco días con temperaturas extremas, eso quiere decir que en Arica para 2040 tendrán entre 16 y 20 días con estas temperaturas. Para cuando llegue 2100, si no se controlan las emisiones de gases de efecto invernadero, tendrán entre 40 y 50 días con temperaturas extremas. Es decir, de los 90 días del verano, más de la mitad podrían ser con temperaturas que eran consideradas extremas a fines del siglo pasado".
Según Cordero, las olas de calor también serán más largas. "En varias zonas aumentarán, para pasar de los cuatro días que tenemos ahora hasta llegar a los seis días a mediados de siglo", asegura.
La etapa fría en la que se encuentra el Pacífico ha permitido que la zona norte de Chile no sufra tanto con el calentamiento global, explica Cordero. Sin embargo, cuando la oscilación del Pacífico termine esta etapa, este se calentará. También lo hará el norte de Chile, y a un ritmo acelerado.
"El calentamiento es global, pero no todos los sitios se calientan al mismo ritmo. El hemisferio que más se ha calentado es el hemisferio norte. El hemisferio sur se ha beneficiado de la Antártica, que modula los cambios de temperatura en nuestro hemisferio. Por eso, el hemisferio norte tiene más olas de calor. Ellos van adelantados en las consecuencias negativas. Son una ventana al futuro", dice.
Y agrega: "Para la zona central de Chile es bueno mirar lo que ha pasado en California. Ayer (martes) en Silicon Valley hubo 37 grados y aún no ha empezado el verano. Ese es nuestro futuro si no hacemos nada contra las emisiones de gases de efecto invernadero".