Viernes, 26 de Abril de 2024

Triste, solitario y final

UruguayEl Pais, Uruguay 6 de septiembre de 2019


Nos vino a la mente este título de la novela de Osvaldo Soriano cuando, a lo largo de la semana, nos encontramos con distintas declaraciones de jerarcas de gobierno, procurando tapar el sol con un dedo


Nos vino a la mente este título de la novela de Osvaldo Soriano cuando, a lo largo de la semana, nos encontramos con distintas declaraciones de jerarcas de gobierno, procurando tapar el sol con un dedo. Perciben que han decepcionado a una parte muy importante de sus votantes, hartos de tanta inoperancia de gestión. Se les hace evidente que el espacio de centro que liderara Astori en otros tiempos, hoy es una expresión minoritaria, claudicante, encabezada por un Bergara que ni siquiera se atreve a definir al gobierno de Maduro como una dictadura porque, según dice, "las etiquetas no importan".> > En ese contexto de un FA donde resurge la influencia mujiquista y asciende el liderazgo cada vez más claro de Óscar Andrade (comunista, otro defensor del chavismo que el domingo pasado llegó a tergiversar el informe Bachelet, en una entrevista de TV), distintas autoridades de gobierno profieren exabruptos contra los candidatos opositores, ya descolgados de toda lógica y apuntando directamente a manipular la verdad, con el ánimo de entreverar los tantos para engañar a la gente menos informada.> > Por ejemplo, el ministro Astori está cerrando su fracasada gestión con una frase de antología. Calificó unos dichos de Ernesto Talvi como "uno de los disparates más grandes que he oído en esta campaña electoral". Para él, el país está en la situación financiera más sólida de su historia (sic), por lo que a uno le cuesta entender cómo es posible que cierren tantas empresas todas las semanas y que los productores rurales hayan vuelto a incendiar la pradera. Este ministro nos deja un déficit fiscal cercano al 5%, de un guarismo peor al de la crisis de 2002: el más alto en los últimos 30 años. Pero no se baja del caballo: quienes osan cuestionar su olímpica sabiduría, incurren a su juicio en "disparates".> > El ministro de Defensa Nacional, José Bayardi, no le fue en zaga. Ante el confuso hecho de que reaparezcan restos de desaparecidos a dos meses de las elecciones y bajo la sospecha de que se retomó la búsqueda a instancia de una denuncia de un comunicador radial, Bayardi declaró a La República que "hubo acá desde 1985 hasta 2005 unos 20 años en los que no se tomó ninguna actitud proactiva, en el sentido de buscar la verdad sobre la suerte de los compatriotas detenidos desaparecidos". Se ve que padeció un ataque de amnesia transitoria, porque hasta hoy, el aporte más serio y plural que se hizo en ese tema fue el que lideró el expresidente Jorge Batlle entre 2000 y 2004, a través de la Comisión para la Paz. > > Pero así actúan en su presente desesperación: dicen cualquier cosa, fuerzan o directamente niegan la realidad objetiva con tal de adaptarla a sus pobres y últimos discursos autojustificatorios. > > En el medio de tales mentiras y medias verdades, cada tanto asoma un rapto de sinceridad, como el que expresó Mujica en una mateada en el callejón de la Universidad, el domingo pasado. Vale la pena transcribirlo en forma textual: pidió "preguntarle a las doñas qué es lo que quieren, porque no pueden bancar que un gurí vaya al liceo cinco años porque precisa plata para la leche mañana. Muchísimos de esos gurises precisan una capacitación rápida para traer un mango, porque no tienen la capacidad de los sectores de las clases medias, donde papá y mamá bancan a la nena cinco años". > > Aquí lo tienen. Esto es Mujica al desnudo. Y esta es la política educativa del FA, sin máscaras. El Estado supuestamente "progresista" no se hace cargo de su obligación constitucional de proveer educación de calidad para los más vulnerables. Lo que hace es "preguntarle a las doñas", presuponiendo que preferirán un cursillo de morondanga que permita insertar laboralmente a sus hijos en forma anticipada, negándoles la luz del conocimiento y la libertad que da recibirlo. Sin saberlo, el de la "vida suprema" develó el nudo de su pensamiento estalinista: mantener a la gente en la pobreza, encadenarla a ella para minar su espíritu crítico y destruir el ejercicio responsable de su ciudadanía, atándola demagógicamente al asistencialismo limosnero. > > ¿A alguien puede sorprender que Wilson Netto, su Varela del siglo XXI, esté dejando el desastre que deja en el sistema educativo público? Cuando uno lee estas cosas no puede menos que extrañar a Varela, sí, pero al verdadero. > > Aquel que abogó, en su legendario discurso de 1868 en el Club Universitario, por una educación de calidad que liberara espíritus y construyera ciudadanos. Es muy impactante leer una de las frases de aquel discurso y comprobar cuán vigente sigue estando: "hace mucho tiempo que hablamos, ¿cuándo empezaremos a actuar?"
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