Otro triunfo de Boris Johnson

Boris Johnson, Primer Ministro de Gran Bretaña, ha regresado triunfalmente a su cargo, esta vez electo, con una arrolladora mayoría, suficiente para legislar sus promesas y asegurar el retiro del Reino Unido de la Unión Europea (UE), antes del 31 de enero.
La elección dio término a las graves secuelas de dos crisis mayores, que implicaron cambios de primeros ministros y liderazgos en el Partido Conservador. El resultado fortaleció a la libra esterlina y estabiliza la situación, después de tres años y medio de incertidumbres, por las repercusiones del referendo sobre retiro o permanencia de la UE, que favoreció con un 52% el alejamiento británico. La victoria de Johnson contribuye a la unidad de su partido y a su poder negociador con Europa. El triunfo superó las expectativas. Desde un gobierno de minoría, logró la elección de 365 parlamentarios para el Partido Conservador, de los 650 miembros de la Cámara de los Comunes. Los laboristas perdieron 60 asientos, eligiendo 203 representantes. Los liberales demócratas consiguieron apenas 11 escaños, con dos bajas y la derrota de su líder, Jo Swinson. El Partido Nacional Escocés creció en 13 asientos, eligiendo a 48 parlamentarios.
El gran derrotado fue el Partido Laborista y su líder, Jeremy Corbyn, con su agenda socialista, impulsada junto al marxista canciller en la sombra, John Mc Donnell. Corbyn fue casado con chilena, visitó el país y mantenía estrechos contactos con sectores de la izquierda local. Johnson visitó Chile el año pasado y fue impulsor del Tratado de Libre Comercio que regulará el futuro del comercio bilateral.
Notable fue la campaña del ahora ratificado Primer Ministro. Ya había demostrado su liderazgo como alcalde de Londres, había forzado la salida de su predecesora, Theresa May, y reabrió la negociación del acuerdo alcanzado por esta con la UE. Su sintonía con el electorado se demostró excepcional: logró elegir parlamentarios conservadores en circunscripciones dominadas por el laborismo durante más de un siglo, y en las zonas de mayor pobreza y desamparo de Gran Bretaña. Con su mensaje de concretar el Brexit sin dilaciones, fortalecer los sistemas de salud y educación, adoptar medidas para reimpulsar la economía, controlar y reformar las migraciones, tener mayor seguridad ciudadana, y redistribuir geográficamente a las zonas de menor desarrollo la inversión pública, logró dar confianza y convencer. Corbyn, en cambio, mantuvo ambigüedad sobre el futuro de la alianza británica con la UE, atacaba a la educación privada, promovía alzas sustanciales en los impuestos, anunciaba impulsar viviendas sociales estatales en detrimento de las privadas, menospreciaba la seguridad pública y prometía cambios constitucionales y nacionalizaciones de servicios y del transporte público.
Johnson ha redibujado el mapa electoral británico. Puede afirmar que su partido ya no tiene los límites geográficos que tenía en Inglaterra y Gales, y es el que representa al mayor número de trabajadores. Sus desafíos son formidables: renegociar las relaciones comerciales con la UE, responder a la demanda de independencia de Escocia y definir el nuevo rol de Gran Bretaña en el mundo. A pesar de la resiliencia de la economía británica, tendrá que crear condiciones para su crecimiento y romper con el estancamiento para cumplir con sus ambiciosos compromisos y demandas.