Viernes, 26 de Abril de 2024

Orgulloso de su hijo

Puerto RicoEl Nuevo Dia, Puerto Rico 19 de enero de 2020

Cuando José "Tony" Valentín tenía 25 años en 1995, el jugador de cuadro atravesaba por su cuarta temporada en las Grandes Ligas y participó en 112 partidos con los Brewers de Milwaukee

Cuando José "Tony" Valentín tenía 25 años en 1995, el jugador de cuadro atravesaba por su cuarta temporada en las Grandes Ligas y participó en 112 partidos con los Brewers de Milwaukee.
Un cuarto de siglo después, el hijo del ahora dirigente de los Cangrejeros de Santurce, la segunda base de los Indios de Mayagüez Jesmuel Valentín- de 25 años- aún intenta establecerse en las Mayores con un contrato de liga menor con los Orioles de Baltimore.
Es una situación que tiene a Valentín, de 50 años, con sentimientos encontrados. Como todo padre, desea que su vástago supere o iguale sus logros realizados en la vida y en el béisbol.
"Como padre, me hubiera gustado que llegara a Grandes Ligas y lo hizo. Que se hubiera establecido como yo lo hice", expresó en un aparte con El Nuevo Día, Valentín, quien enfrenta a su primogénito en la serie final de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC).
Al principio, todo apuntaba que sería así. Jesmuel fue selección de primera ronda, escogido por los Dodgers de Los Ángeles en el puesto 51 del sorteo de 2012, como estudiante de la Puerto Rico Baseball Academy. En el mismo draft, Carlos Correa hizo historia como el primer puertorriqueño escogido en el primer turno. También, fueron seleccionados los lanzadores José Berríos y Edwin "Sugar" Díaz.
Cinco días después, Jesmuel firmó una bonificación de $984,000, más incentivos que elevaron la cifra a $1 millón. Tras años en el sistema de liga menor, Jesmuel fue cambiado en 2014 a los Phillies de Filadelfia y no fue hasta 2018, con 24 años, que debutó en el Circo Grande con dicha novena. Participó en 46 encuentros con promedio de .177 con 14 hits, un cuadrangular y seis carreras impulsadas.
Terminada la temporada, fue dejado en libertad. El año pasado, consiguió un pacto de ligas menores con Baltimore. Es una posición que contrasta con lo logrado por Correa, Berríos y Díaz, quienes han visto acción en el Juego de Estrellas y están establecidos en sus respectivas novenas.
Eras distintas
Para Valentín, que Jesmuel no esté a la par con él cuando militó en las Mayores tiene que ver con el cambio de filosofía en el béisbol organizado.
"Somos de dos eras diferentes. El juego era diferente cuando jugaba. A pesar de todo, estoy orgulloso de mi hijo, de su carrera hasta ahora. Todavía tiene 25 años, que le queda pelota por delante. Como padre, lo único que puedo decirle es que se mantenga firme, que siga trabajando. Este es un juego en que nada es imposible. Siempre se dan las oportunidades. Es cuestión de mantenerse en forma para cuando las oportunidades lleguen. Sé que tiene todas las cualidades para lograrlo", opinó. Valentín padre jugó 16 temporadas (1992-2007) en las cuales acumuló 1,678 encuentros con cuatro equipos. Terminó con promedio de por vida de .243 con 1,348 hits, 249 cuadrangulares y 816 carreras impulsadas.
Sobre los factores que tienen a Jesmuel sin consumir turnos en las Grandes Ligas, Valentín entiende que las organizaciones buscan peloteros con poder en sus bates.
"Ahora lo que buscan son jonrones nada más. Para el tiempo mío, a mí lo que se me pedía era que hiciera la jugada de defensa. A pesar de ser un jugador pequeño, conectaba mis 18 a 20 jonrones pero eso fue un momento cuando lo hice por cinco a seis años corridos. Pero, al comienzo de mi carrera lo que se pedía batear era .230 y coger la bola. Los infielders eran novenos en las alineaciones", indicó.
"Ahora un cuarto bate es un campocorto y para jugar Grandes Ligas tienes que dar 30 jonrones o de 20 para arriba en cualquier posición. También, con el sistema de la tecnología, tienes que hacer el swing hacia arriba, y tienes que halar la bola sin importar tu tamaño", añadió.
Valentín sabe que Jesmuel no puede ser un bateador de fuerza en las Mayores. En lo que sí puede brillar es la calidad que demuestra en los turnos al bate, trabajando el conteo y ser un "out difícil de sacar". Además, resaltó el instinto que exhibe en el terreno de juego.
"Sabe dónde tiene que estar, acomodarse y saber cuando la bola no es para él. Es un hombre fajón e intenso. Es algo que a los coaches les atrae. Puede jugar cualquier posición. Lo demostró en las Grandes Ligas. Hasta lanzó. Es cuestión que se le dé la oportunidad y que él la aproveche", declaró.
Confiado en sus habilidades
Jesmuel entiende que hizo todo lo necesario para quedarse en las Grandes Ligas con los Phillies. Recibir la llamada de la franquicia que le indicaba que iba a estar fuera puso a prueba su paciencia.
"Creí haber hecho todo, lo demostré y estoy seguro de esto porque personas dentro de la organización me lo dijeron. No fue que fallé, pero son cosas que uno tiene que tragar agrio y aguantarlo. Cuando me dejaron libre no me lo esperaba. Los coaches me dijeron que fue una decisión difícil. Pero, todo pasa por un propósito.
Antes de firmar con Baltimore, Jesmuel jugó en la Liga Mexicana del Pacífico con los Pericos de Puebla, una experiencia que no disfrutó al máximo, después de otra temporada destacable en la liga invernal puertorriqueña con los Indios, además de una cuarta aparición en la Serie del Caribe para su resumé.
"No me gustó nada (en México) y tuve que firmar (en una liga) independiente. Una semana después, me llamaron los Orioles y jugué Doble A con ellos, algo que no hacía hace cinco años. Volver a pasar por esos procesos fue un poco difícil, pero salí por la puerta ancha y conseguí otro contrato para 2020 garantizado para jugar en Triple A", compartió.
"Tengo 25 años aún. Creo que falta mucho en mi carrera. Si me cuido y hago lo necesario pues uno decide cuando colgar los ganchos. Creo que me estoy preparando de la mejor manera posible para ganarme un espacio y la oportunidad", confió.
RIVALIDAD FAMILIAR
Sobre la rivalidad entre padre e hijo en la final de la pelota invernal, Valentín asegura que son los familiares los que sufren más al verlos en pelea por el título de la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC).
"Es algo que no será raro. Como padre, quisiera que luzca bien, que diera cuatro hits pero que mi equipo ganara. Es más difícil para los familiares de nosotros que para mí. Le deseo lo mejor pero que el de la victoria sea yo".

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