Desigualdades y paradojas laborales
Jorge Coronel López
La Organización Internacional del Trabajo -OIT- acaba de publicar su informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo
Jorge Coronel López
La Organización Internacional del Trabajo -OIT- acaba de publicar su informe Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo. Destaca que el panorama de tendencias es muy desafiante porque las políticas sociales y laborales tropiezan con el déficit de empleo y las desigualdades y exclusiones laborales. Sostiene la OIT que las malas políticas han creado un descontento que explican las protestas en siete de las once subregiones del mundo y advierte que tener un empleo no supone garantía de ingresos adecuados y menos en condiciones de trabajo decente. Esto quiere decir que buena parte de los empleos son de muy mala calidad, tanto en remuneración, como en acceso a la protección social y al disfrute de derechos laborales: dos aspectos donde se deberían enfocar las políticas. Una población expuesta a empleos de baja calidad son los trabajadores por cuenta propia: producto del neoliberalismo. En el mundo existen 3.300 millones de empleados y de ellos 1.400 millones son trabajadores por cuenta propia, es decir, el 42%. En Colombia tenemos una proporción parecida (43%), derivada de 22,2 millones de ocupados y 9,5 millones de trabajadores por cuenta propia. Los cuentapropistas cargan todos los costos de la seguridad social y no tienen ingresos asegurados en el tiempo. Al culminar su contrato, quedan desempleados -cesantes- y deben emprender nuevas búsquedas, sin posibilidad alguna del disfrute de vacaciones plenas. No gozan de derechos laborales -cesantías, intereses sobre cesantías, vacaciones, libertad de asociación-; pero están obligados a pagar salud y pensión por todos los contratos que tengan firmados, como si la demanda de citas médicas dependiera del volumen de contratos. La insuficiencia de ingresos es un mal indicador para la calidad del empleo, pero es también una alerta para evitar la reproducción de pobreza. Presiona la búsqueda ingresos adicionales, empuja a la informalidad y expone a la desprotección social. Aquí es cuando el empleo se vuelve paradoja, porque así crezca, lo que está alimentando es informalidad y pobreza. Los gobiernos son felices mostrando avances en el empleo, pero con esta radiografía tendrían que ser más cautelosos, pues están demostrando su capacidad para reproducir pobreza y miseria. Alicia Arango, en calidad de Ministra del Trabajo, manifestó interés de flexibilizar la contratación por horas. Dicha política va en la dirección antes expuesta y no sólo representa menores ingresos para los trabajadores, sino que dinamitará y hará estallar el salario mínimo y las relaciones laborales. Si bien el neoliberalismo todavía no ha tenido el valor de reconocer que el desempleo de los trabajadores por cuenta no son vacaciones, ni ha reconocido que la seguridad social la convirtió en mercancía; la Ministra y el Gobierno sí deberían aceptar que su política social y laboral promueve empleos de mala calidad y no encaja en la línea de la OIT sobre la importancia de buscar mejores remuneraciones y más protección social.
Economista y profesor universitario. jcoronel2003@yahoo.es