La gestión social es evidente en la industria

Entendiendo que el concepto de responsabilidad social está ligado a la obligación que tienen quienes conforman una comunidad de preservar las buenas condiciones a su alrededor y de ser conscientes de la conmoción que pueden generar sus decisiones para el futuro de esa sociedad, las empresas y sectores económicos son los que menos pueden estar ajenos a estos principios. En ese sentido, para Diana Carolina Barreto Reyes, docente de la Tecnología en Gestión Ambiental del Politécnico Grancolombiano, el sector ladrillero basa sus relaciones, primordialmente, en mejorar las condiciones y la calidad de vida de los grupos de interés con los que interactúan. Al respecto, Catalina Pimienta Gómez, directora del Comité del Sector Ladrillero de la Andi, resalta que como empresas formales del sector minero energético, cada una posee planes de gestión social asociados a sus títulos mineros. A su vez, José Alejandro Martínez, docente del Instituto para el Emprendimiento Sostenible de la Universidad EAN, sostiene que como cualquier otra actividad industrial, normalmente el sector ladrillero mantiene una relación ambivalente con la comunidad: por un lado, genera empleo y se ubica en zonas en donde son reducidas las actividades económicas y las opciones laborales pero, por otro, si su manejo de los impactos ambientales negativos no es adecuado, se generan tensiones y conflictos ambientales con la sociedad aledaña, por cuanto ellos se ven perjudicados en la calidad del aire y en aspectos de salud. Dentro de esas iniciativas que se han realizado en el sector para el beneficio de las comunidades, Luis Felipe Aramburo, gerente de Ladrillera Meléndez, cita el programa de ‘Jóvenes a lo bien’, desarrollado por las empresas ladrilleras del Norte del Cauca, con el apoyo de la Policía Nacional, en beneficio de jóvenes pandilleros. Las empresas los forman en competencias para el sector de construcción, enfocados a la utilización del ladrillo tecnificado y el aprendizaje se hace en alianza con el Sena, donde los jóvenes obtienen un certificado de estudios y las empresas ladrilleras aseguran la enseñanza donando los recursos necesarios para el desarrollo de una obra que los jóvenes construyen en beneficio de su propia comunidad. Alexánder Ocampo, de Ladrillera San Cristóbal, destaca las ‘Obras escuela’, donde se logró certificar a 52 personas, tanto de la fuerza laboral de la empresa como de la comunidad, en básica primaria por medio de la Secretaría de Educación de Medellín; el ‘Programa de bienestar oral’, en el que brindaron ese servicio con revisión y limpieza gratuita para su personal, su núcleo familiar y un subsidio mínimo del 30 por ciento, según el diagnóstico de cada caso. Mientras que Barreto menciona una iniciativa de la Ladrillera Santa Fe, que indica que la sostenibilidad hace parte de su misión empresarial, y que se enfoca en trabajar bajo cuatro principios: asegurar la calidad de sus productos, prevención de la contaminación, enfoque RSE en las acciones y apuntar a la innovación.