Red social anti-hambre
Hoy deben iniciar los más de cinco millones de pagos a los más de 2,6 millones de beneficiarios de Familias y los 206 mil del programa Jóvenes en Acción que anunció el presidente Iván Duque
Hoy deben iniciar los más de cinco millones de pagos a los más de 2,6 millones de beneficiarios de Familias y los 206 mil del programa Jóvenes en Acción que anunció el presidente Iván Duque. Se trata de giros adicionales que ayudarán a estos hogares más vulnerables a aguantar mejor la cuarentena de 19 días para enfrentar el coronavirus. En la lucha por reducir el ritmo de contagios, aplanar la curva y proteger al sistema de salud de un colapso, las draconianas medidas de aislamiento ya golpean con severidad no solo a las empresas de todos los tamaños, sino a la mitad de la fuerza laboral que se encuentra actualmente en la informalidad. Un país con más de 22 millones de ciudadanos en el régimen subsidiado necesita medidas para aliviar, así sea un poco, la pérdida de ingresos de informales y de las personas de escasos recursos. La pandemia del covid-19 -y en especial la medida de la cuarentena en las casas- ha brotado las numerosas inequidades y desigualdades que azotan a Colombia. Si bien no eran ningún secreto, el aislamiento las potencia y las exacerba. Hoy se experimentan con mayor dureza en millones de hogares desde la brecha digital -que impide el teletrabajo- hasta la informalidad -que borra las protecciones laborales- pasando por la inequidad de género -mujeres con más tareas domésticas-. Por esa razón, acierta el Gobierno Nacional en usar la red de transferencias monetarias para darles a los colombianos más vulnerables recursos para sus necesidades básicas. La administración Duque, asimismo, girará dinero a 1,7 millones de adultos mayores , acelera la devolución del IVA a un millón de familias y distribuirá un ingreso solidario de 160 mil pesos a 3 millones de familias informales. Lo anterior se suma a otras ayudas desde el sector público -1,7 millones de canastas nutricionales del ICBF, por ejemplo- y desde el privado -donaciones de empresas como mercados, carpas, equipo médico, ventiladores, entre otros-. En la misma línea conceptual y práctica está la iniciativa de Bogotá Solidaria en Casa de la alcaldesa Claudia López, lanzada ayer, con un ingreso básico de cuarentena a 350 mil hogares capitalinos. Todos estos esfuerzos están consolidando una red social contra el hambre, la más grave de las consecuencias de la cuarentena para los millones de compatriotas en pobreza y vulnerabilidad. Por distintas razones, entre esas los recursos y la tecnología, esta red no es perfecta y tendrá huecos y vacíos en su despliegue. Por ejemplo, la población de 1,7 millones de migrantes venezolanos requiere una atención específica dentro de este paquete de ayudas sociales de los gobiernos central y regionales. No obstante, los colombianos más pobres no son los únicos afectados en sus ingresos por la cuarentena. El aislamiento impacta asimismo a trabajadores por cuenta propia, pequeños emprendedores e informales de medianos ingresos. Crecen las voces de las clase media vulnerable, media y alta que reclaman medidas de protección. Así como el virus no distingue entre ricos y pobres, príncipes y plebeyos, la cuarentena golpea ingresos en todos los niveles socioeconómicos. Ante la realidad de recursos limitados del Estado colombiano, entra la decisión sobre los sectores de la población que recibirán beneficios, los criterios para recibirlos y el monto. Sin ignorar los sufrimientos de cientos de miles de hogares de ingresos medios, la apuesta del Gobierno Nacional, del Distrito Capital y demás gobiernos locales debe orientarse en primer lugar a los más vulnerables de la sociedad. Es un mandato ético. Dicho lo anterior, no solo los hogares son golpeados, sino también las empresas -grandes, medianas, pequeñas y micro- que requieren ayudas.