Viernes, 04 de Julio de 2025

Arody Cayul Torres 45 años, falleció el 13 de mayo

ChileEl Mercurio, Chile 23 de mayo de 2020

Cuando Arody Cayul volvió al Pedregoso, en Lonquimay, tenía 25 años, estaba casado y tenía tres hijos

Cuando Arody Cayul volvió al Pedregoso, en Lonquimay, tenía 25 años, estaba casado y tenía tres hijos. Pedregoso es un sector rural en La Araucanía donde vive una comunidad mapuche. Ahí había nacido y crecido, pero al cumplir los 18 años partió a Santiago, a la Escuela de Carabineros.
Su hijo menor, Bastián Cayul, de 20 años, cuenta que sus padres se conocieron allá. Arody ya era Carabinero y su mamá trabajaba como asesora del hogar. Vivían en Colina, pero poco antes de que Bastián naciera, una balacera cambió los planes de Arody. "Mi papá estaba en una persecución cuando su compañero murió baleado. Sintió que su vida estaba en peligro y se retiró. Ahí volvimos a Lonquimay", dice su hijo.
Se instalaron en pleno campo y Arody construyó la casa donde viven. Trabajó por unos años como guardia y luego se dedicó a la construcción. También fue asistente en la Municipalidad de Lonquimay. Fueron cuatro años en los que se hizo muy conocido, dice Bastián: "Cuando yo iba a algún lado siempre me preguntaban por él, era recordado porque le gustaba interactuar con las personas", dice.
Por lo mismo, todos se enteraron cuando la madre de Arody, de 64 años, fue la primera en el sector de Pedregoso en dar positivo de coronavirus. "Mi abuela iba frecuentemente al consultorio a medirse la presión, puede que se haya contagiado ahí. Ella tuvo contacto con mis papás, que también se contagiaron", explica Bastián, quien estaba en Temuco por sus estudios de asistente social y su trabajo de reponedor de supermercado.
A fines de abril, la mamá de Arody fue trasladada al Hospital de Temuco y luego conectada a un ventilador mecánico. El 6 mayo, dice Bastián, su papá, su mamá y su hermano dieron positivo al virus, pero su papá estaba con dificultad respiratoria y se preocupó, ya que tenía de base una diabetes. "En el Hospital de Lonquimay le dijeron que se trataba ansiedad o estrés. A mí me dio angustia, porque lo devolvieron a la casa y lo encontré ilógico", agrega Bastián.
Al día siguiente, Arody llegó al Hospital de Temuco, donde lo conectaron a un ventilador. Dos días después, su esposa, de 46, y su padre, de 65, fueron trasladados al Hotel Frontera en Temuco, habilitado para cuarentenas.
El 13 de mayo, Bastián recibió una llamada: "Me dijeron que mi papá estaba grave. Nos explicaron que le hicieron muy malas maniobras al no mandarlo antes a Temuco, donde podrían haberlo atendido mejor, eso fue lo que más me dio rabia. Con mi hermana fuimos al hospital y pudimos verlo con todas las medidas de seguridad", dice. Horas después, Arody falleció.
Ese mismo día, Bastián y su hermana hicieron los trámites funerarios y llevaron el cuerpo de Arody a Lonquimay. Al regresar llamó a su mamá, quien no pudo asistir al funeral. "Estaba destrozada. Me dijo que iba a ser trasladada a la UCI por problemas respiratorios. Le dije que tenía que ser fuerte y salir de esto. Después la conectaron a un ventilador mecánico". Una semana más tarde recibió otra llamada del hospital: "Me dijeron que mi mamá había evolucionado bien y ya debería despertar. Mi abuela, aunque se está recuperando, hace casi un mes que no despierta. Ella no sabe lo de mi papá y en la medida que vaya mejorando vamos a tener que contarle".
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