Viernes, 25 de Abril de 2025

Joyce Carol Oates: "No es difícil escribir sobre lo más siniestro de la sociedad, está ahí"

ChileEl Mercurio, Chile 3 de agosto de 2020

Aparentemente frágil, casi transparente, Joyce Carol Oates no es solo una de las narradoras estadounidenses más prolíficas y premiadas. También es una adelantada a su tiempo y una suerte de baluarte moral contra la intolerancia y el miedo.

Confinada en su casa de Princeton, la pandemia le impidió viajar a Francia en junio para recibir el Premio Cino del Duca, antesala del Nobel, al conjunto de su obra. Con 82 años cumplidos, el viaje a Francia no es el único plan que Joyce Carol Oates (Lockport, Nueva York, 1938) ha tenido que postergar por culpa del covid-19. También ha visto cómo Lumen retrasa unos meses la recuperación de "Blonde", la novela dedicada al mito norteamericano por excelencia, Marilyn Monroe, mientras pasaba desapercibida la reedición prepandemia de "Qué fue de los Mulvaney", otro de sus títulos emblemáticos, en el que hace más de 20 años retrataba las tragedias, secretos y mentiras que a veces acompañan a las familias felices.
Oates confiesa que vive con ansiedad todo lo que está pasando, pues siente que "en esta cuarentena, cada día es nuevo y eso es estresante". Las malas noticias sobre la pandemia en Estados Unidos la abruman, pero no se permite que la paralicen. Muy activa en las redes (en Twitter cuenta con más de 200 mil seguidores), cada día son decenas los tuits que sube o retuitea contra Trump, cuya gestión combate desde hace cuatro años.
Aunque su ritmo de escritura ya no es el de antes -ocho horas diarias-, ya que aún no ha superado el duelo tras la muerte de Charlie Gross, su segundo esposo, y pasa demasiado tiempo "meditando, tratando de escribir diálogos, escenas, sintiéndome demasiado distraída y demasiado cansada", la escritora asegura que trata "de encontrar tiempo para trabajar en medio de tanto estrés. Ahora estoy haciendo Zoom con estudiantes y amigos... una actividad de la que no había oído hablar hasta hace poco", confiesa. "Y leo, leo mucho, todo lo que puedo. Ahora estoy releyendo a Dostoievsky".
-La pandemia está siendo especialmente grave en su país. ¿Está el Presidente de Estados Unidos a la altura de este momento histórico?
"Trump es un presidente en minoría... lo que significa que no fue elegido por la mayoría de los votantes norteamericanos. Debido a las paradojas de nuestro sistema electoral, un candidato que recibe una minoría de votos puede 'ganar'. Así que, por supuesto, no es el verdadero 'Presidente de los Estados Unidos' y no representa a la mayoría de los estadounidenses".
-¿Cree que nos enfrentamos a una especie de distopía en estos momentos, a la altura de las peores pesadillas históricas?
"No, claro que no, al menos por lo que a los estadounidenses se refiere. La experiencia actual de la mayoría de los norteamericanos no se acerca ni de lejos al horror que sufrieron las naciones de Europa bajo el fascismo en los años 30 y 40 del siglo pasado".
-Pero mucha gente piensa que estamos empeorando en lo que respecta a los derechos humanos, al racismo y a los derechos de la mujer. ¿Está de acuerdo?
"Si hablamos de los Estados Unidos, los derechos de las mujeres están amenazados en los estados 'rojos', de mayoría republicana, no en los estados 'azules' (demócratas)".
Secretos de familia
Precisamente una violación es el tema de "Qué fue de los Mulvaney", novela que hace pocos meses recuperó Lumen. Muy polémica en su momento, en ella retrata a una familia feliz ("no a una, sino a la familia feliz, en realidad"), para explorar de qué manera hace frente a una tragedia que los destruye, la violación de la hija por un compañero de escuela el día de San Valentín.
Ahora, casi 25 años después de su primera edición original, la escritora y ensayista confiesa que no la escribió en clave feminista: "No, en absoluto, no es una novela ideológica, solo es una historia sobre individuos. Quería escribir sobre la vida familiar, y cómo trasciende a los que la forman; sus alegrías, penas, chistes privados, su dolor compartido... Me interesaba ahondar en el misterio que se oculta en el corazón de las familias ejemplares, con una historia que tratara de vidas complejas, entrelazadas entre sí, siempre definiéndose y comprendiéndose mutuamente".
En la novela, la familia está a punto de ser destruida: el padre se refugia en el alcohol y abandona negocios y amigos; la hija sufre el rechazo de todos, sus padres incluidos, que prefieren mandarla lejos; uno de sus hermanos, Mickey, se alista en los marines, y otro, Patrick, planea vengarse. Solo al final, Marianne y Patrick encuentran el camino del amor y el perdón.
-Es, sin duda, uno de sus relatos más oscuros... ¿le cuesta llevar a la ficción los aspectos más siniestros de la realidad?
"En absoluto, porque no es difícil ser consciente de los elementos siniestros de nuestra sociedad, están presentes en todas partes. La ficción es un espejo de la vida, a veces distorsionada, a veces cruda y sin mediación. No hay ficción tan horrorosa como la vida".
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