Sábado, 27 de Abril de 2024

‘Hay que tratar de ser imparcial y no tener una agenda propia’: Fernando Jaramillo

ColombiaEl Tiempo, Colombia 9 de agosto de 2020

José Orlando Ascencio - SUBEDITOR DE DEPORTES @josasc
No llegó por unanimidad, pero al menos logró una mayoría que en los últimos meses no se veía en la Dimayor

José Orlando Ascencio - SUBEDITOR DE DEPORTES @josasc
No llegó por unanimidad, pero al menos logró una mayoría que en los últimos meses no se veía en la Dimayor. Fernando Jaramillo, con 30 de los 36 votos posibles, es, desde el jueves, la cabeza visible del fútbol profesional colombiano, la que tendrá que trabajar fuerte para recuperar las finanzas y la credibilidad. Jaramillo, de 58 años, es abogado de la Universidad de los Andes, cuenta con especialización en derecho societario y tributario en la misma institución. Tiene una maestría en derecho con énfasis en negocios internacionales en la Universidad de Georgetown. Fue vicepresidente legal y de Asuntos Corporativos de Bavaria desde 2004 hasta julio de este año, y ese cargo le dio cercanía con el fútbol. Pero también trabajó en la Superintendencia Bancaria, el Ministerio de Hacienda y la firma IBM Colombia. También fue asesor especial para Asuntos de Seguridad, y durante dos años fue cónsul general de Colombia en Nueva York, donde también se desempeñó como asesor legal extranjero en Dewey Ballentine. Antes de llegar a Bavaria trabajó durante ocho años en la Organización de Estados Americanos. Con esa hoja de vida, Jaramillo se mete ahora en un puesto con muchos líos y con 36 jefes, los presidentes de los clubes afiliados a la Dimayor... ¿Qué le quedó de su primera asamblea como presidente de la Dimayor? Yo creo que lo primero es que hay un mensaje de unión que está reflejado en lo que pasó en esta elección. Eso es importante recogerlo y capitalizarlo. Ese mensaje de unión es la base fundamental, que los 36 equipos tengan un interés común, que es el bienestar del fútbol. Hay diferencias profundas en muchos temas, hay que entender eso, que los 36 clubes se sientan representados. El ambiente venía muy dividido desde antes. ¿Cómo lo manejó? Encontré que son muy profundas las discusiones, en las que por supuesto hay intereses de cada uno. Ahora hay que llegar a ver cómo se manejan, dentro de una discusión respetuosa. No quiero poner el espejo retrovisor, pero hay que aprender de los errores del pasado, que hay que tratar de ser imparcial, de no tener una agenda propia, algo que en el pasado molestó a muchos equipos. Debemos crear un ambiente propicio. De todas esas diferencias que encontró, ¿cuál es la más difícil de solucionar? Todos los temas se pueden solucionar dialogando, dando ideas constructivas, atacando los problemas duro y siendo suave con las personas. A pesar de las diferencias, ahora tenemos un mejor ambiente. ¿Cómo va a manejar la relación con el Gobierno? El ministro del Deporte, Ernesto Lucena, dijo que en su momento solo reconocía como interlocutor al presidente de la FCF. Estamos en un momento muy difícil. Necesitamos del apoyo del Gobierno, primero, para volver a jugar: hay que cumplir con todos los protocolos y estar de la mano del Gobierno para tomar decisiones. Pero en el futuro hay muchas cosas que debemos tener en cuenta, hay mucha reglamentación, hay que tener una relación sólida y estructurada con el Ministerio del Deporte, está la ley del deporte, está la Supersociedades. Hay que tener una relación fluida con el Gobierno, esto es un espectáculo público, tenemos que estar cerca a ellos, tomar decisiones en equipo. El primer reto que tiene es poner en marcha de nuevo los campeonatos. ¿Cómo va ese tema? ¿En cuántas sedes se va a jugar? Ese tema va bien. Hay varias fases del protocolo que se han cumplido. Ya pasamos las tres primeras y creo que las dos últimas también se van a cumplir. Pero para arrancar hay que decidir con el Gobierno y con los equipos dentro de unas condiciones difíciles: la curva de la pandemia no es clara, hay que proteger la salud de los jugadores y trabajar de la forma más práctica posible. Esta logística no es fácil, puede costar mas de 10.000 millones de pesos: en este momento, que estamos escasos de recursos, debemos hacer lo que sea más práctico. El Gobierno está dispuesto a ayudar. El contrato de la televisión internacional fue causa de muchas divisiones. ¿Cómo van a resolver ese problema? Ahí hay un contrato firmado ya, que de todas maneras había causado unas expectativas que por ahora no están y no parece que se vayan a dar. Eso causó un hueco grande en el tema de planeación e ingresos. Hay que buscar definitivamente otros ingresos que nos den aire para terminar los torneos. Hace cinco meses no hay fútbol en Colombia. ¿Cómo se va a resolver el tema de los contratos con los patrocinadores y con la televisión? Ellos son socios de negocios estratégicos. Hay que trabajar de la mano de ellos para encontrar soluciones. La pandemia ha afectado a todo el mundo, pero como socios estratégicos trabajar de la mano de ellos. Hoy, esos son los que tenemos y vamos a buscar soluciones que sean buenas para ellos y también para nosotros. El año entrante hay un problema grande con calendarios: hay Copa América en Colombia y ahora también Suramericano Sub-20. Esa discusión la han dado los equipos y es algo real. Eso se debe resolver porque es un factor de estrés para el campeonato y para los equipos. Debemos encontrar la mejor forma de reprogramar los campeonatos para cumplir. ¿Qué va a pasar con la Liga femenina? No tiene patrocinio, el torneo es muy corto... La Liga femenina debe tratarse con todo el compromiso y la seriedad por parte de los equipos y de la Dimayor. Mi idea es tener un grupo especializado que dé ideas, que genere propuestas no solo de cómo hacerla, sino que sea sostenible. En eso necesitamos el compromiso de los equipos, de la Dimayor y del Gobierno, que ya ha dado unos recursos importantes. La Liga femenina no es una moda ni es por llenar una caja, debe ser buena para el espectáculo. El canal prémium ha sido un tema delicado. La gente no lo quiere. Esto es un esquema que está en muchos países y eso tiene que generar unos ingresos importantes. La gente debe entender que esos recursos sirven para mejorar el espectáculo, para que sea sostenible, para que lleguen mejores jugadores. Los hinchas, por supuesto, se resienten, pero de alguna manera está establecido: muchos están dispuestos a pagar sumas que sean razonables. Su vínculo con el fútbol fue desde el lado de los patrocinadores. Ahora como directivo, ¿qué tan diferente lo encuentra a como lo veía desde afuera? El panorama es difícil: el 65 por ciento de los ingresos han desaparecido y hay que recuperarlos. Creo que se tiene un gran producto para hacerlo más atractivo para más gente, para inversionistas del exterior, para marcas que se puedan vincular, y en eso estamos. Los escándalos y las peleas han hecho que la credibilidad se esté perdiendo. ¿Cómo recuperarla? El fútbol profesional colombiano ha generado muchas pasiones, una cadena de valor importantísima y une a los colombianos en torno a una causa común. Lograr que el fútbol vuelva es un mensaje de que vamos a estar mejor, que nos va a generar esa unión que por ahora no tendremos físicamente. Poner a rodar el balón es clave, no solo como negocio sino como un impulso para el país.
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