Viernes, 26 de Abril de 2024

Cómo pudo existir un taller de costura en Auschwitz

ChileEl Mercurio, Chile 16 de diciembre de 2020

"La cinta roja", de Lucy Adlington, es una obra que narra una historia increíble de costuras y miriñaques en medio del horror de la Segunda Guerra Mundial.

En medio de las condiciones miserables del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, un taller de alta costura fue para algunas prisioneras la manera de salvarse de la muerte en las cámaras de gas. Era inverosímil para esas mujeres preocuparse del diseño de una prenda, de elegir telas y detalles novedosos, mientras escuchaban el paso de quienes iban directo a la muerte. Y coser y coser, con hambre y cansancio.
Ese es el escenario en el que la escritora inglesa e historiadora de la moda Lucy Adlington sitúa a los protagonistas de "La cinta roja" (Planeta, $14.900), una novela categorizada como literatura juvenil, pero que se deja leer por todos.
En ella cuenta la historia de Ella y Rose, dos niñas casi en sus 18 años que se conocen en Auschwitz, comparten camastro, aventuras, dolencias y una notable habilidad para la costura, la primera, y el bordado, la segunda. Forjan una amistad indestructible. Una cinta roja encontrada en el Gran Almacén, donde se acumulan las pertenencias arrebatadas a quienes llegan a morir, representa el lazo entre ambas, pero también el deseo de individualidad en un lugar en donde solo son un número.
La historia está basada en las verdaderas modistas de Auschwitz, quienes fueron organizadas por Hedwig Höss, mujer del comandante del campo, Rudolf Höss. "Acabo de terminar de escribir la historia de estas mujeres después de varios años de investigación y entrevistas. 'Las modistas de Auschwitz' brindará datos nunca antes contados sobre las valientes mujeres judías y presas políticas que literalmente cosieron para salvar sus propias vidas", cuenta Lucy Adlington a "El Mercurio" respecto de un próximo libro sobre el tema.
En la ficción, las dos protagonistas son diametralmente opuestas. "Rose se escapa al mundo de la magia y la imaginación, algo que entiendo como escritora y lectora ávida, mientras que Ella es dura y práctica: habilidades esenciales para salir adelante y crear tu propia suerte. Juntas tienen una amistad que trasciende cualquier trauma que sufren. Juntas representan el poder de la esperanza y la resistencia", señala Adlington.
Una de las particularidades del libro es que no se habla directamente de judíos ni se detallan atrocidades, y al campo se le llama Birchwood, que sería la traducción al inglés de Birkenau ("madera de abedul"). "Al comienzo de la historia quería que el lector se sintiera tan confundido y perdido como Ella. Por eso he dado muy pocas pistas sobre el contexto histórico real. Sentí que era importante que los lectores no entraran automáticamente en juicios sobre la historia y el Holocausto. La mayoría de las víctimas de la persecución nazi eran judíos. Quizás sería demasiado fácil para los lectores distanciarse pensando, 'Oh, eso pasó hace mucho tiempo, a otras personas'. Sin embargo, los problemas de discriminación, persecución, acoso, racismo y antisemitismo son reales y peligrosos ahora. Quería que las experiencias de Ella se sintieran modernas e inmediatas".
-¿Qué significa la ropa para la identidad de una persona?
"Quizás lo más importante es que la ropa nos da dignidad. Correcta o incorrectamente, tendemos a juzgar a las personas por su apariencia. En los campos de concentración, los reclusos eran despojados deliberadamente de sus propias ropas individuales para deshumanizarlos. Así es como los nazis enfatizaban su poder sobre aquellos a quienes perseguían y asesinaban... La demonización comenzó con una ley de vestimenta muy simple: los judíos tenían que usar una estrella de David para marcarlos como 'otros'. A partir de ahí fue una progresión al genocidio".
-Ha escrito sobre la moda en la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo fue ese período?
"La moda sobrevive a toda catástrofe, por lo que incluso en tiempos de guerra hay estilos extravagantes y nuevas tendencias. La escasez de telas y otros suministros significaba que las modistas tenían que ser aún más ingeniosas de lo habitual para hacer con poco algo útil. Nada fue en vano. Todo fue remendado o 'reciclado'. Podríamos aprender mucho del ahorro en tiempos de guerra en nuestro propio consumo de ropa ahora".
- ¿Qué valores ven los lectores jóvenes en su novela?
"Tengo la esperanza de que los lectores se sientan inspirados para aprender más sobre la historia real del Holocausto, que vean y comprendan los peligros del pensamiento de 'nosotros contra ellos' y que se sientan animados por la fuerza de las amistades femeninas en el libro".
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