Vigilantes

Esta foto, como muchas otras, encuentra su fuerza en dos elementos: foco y fuera de campo. En el foco, un rostro. Alguien que, presumimos, porta uniforme similar al de los guardias que lo anteceden; que como ellos está armado y también como ellos presta atención a lo que ocurre en la vereda de enfrente. Sus ojos, enmarcados por la mirilla, trazan una línea que atraviesa las miradas de la multitud agolpada frente al edificio del Banco Central de Irak, en Bagdad. Hubo devaluación en las castigadas tierras iraquíes, y su más que castigada población salió a la calle. Irak cierra 2020 con ecos del hartazgo ciudadano que signó 2019. Hoy parece un siglo, pero el año previo a la irrupción del Covid el planeta vibró en todos los idiomas, en protestas callejeras con un denominador común: el repudio a las élites. Vino el virus y las ciudades se replegaron; pero la furia, pareciera ser, permaneció intacta.