La U mejora su rostro antes de la batalla del Monumental

N o estaban Walter Montillo, Luis Casanova ni Reinaldo Lenis... Tampoco Joaquín Larrivey ni Matías Rodríguez, que solo disputaron los 15 minutos finales.
Pese a las complicaciones de Universidad de Chile en la tabla ponderada del descenso, Rafael Dudamel fijó la mirada en el Superclásico del domingo y movió el tablero para enfrentar a un crecido Palestino, que llegaba con un currículo de ocho partidos seguidos sin derrotas, y la primera mitad de la apuesta le salió bien, porque los que entraron elevaron su rendimiento (en especial Ángelo Henríquez, Augusto Barrios y Diego Carrasco) y así igualaron 1-1 frente a un rival al que incluso desdibujó durante buena parte del lance.
Más allá del resultado, que no le sirve demasiado para escapar del peligro, el nivel que lució la U debe estar bastante cerca de lo que quiere ver su entrenador en el césped, sobre todo en la segunda mitad, en la que se notó dinámica, solidez defensiva y asaltos por las bandas, aunque sin la eficacia necesaria para traducir todo ello en goles.
"El resultado no ha sido el óptimo, pero me voy muy tranquilo. Es el primer partido en el que vibro con el equipo, con la intensidad, con el juego. Mejoramos en cuanto a intensidad, ahora nos falta crecer en volumen de juego", celebró el DT venezolano.
En la primera parte, y gracias al talento de Luis Jiménez y Carlos Villanueva, y la potencia y velocidad de Bryan Carrasco y Jonathan Benítez, los tricolores tomaron el control del lance y así llegó el golazo de tijera del "Mago" ante la impavidez de la zaga azul, que desperdició dos chances de despejar el balón antes de que llegara a la red.
Pero el gol en contra despertó a la U, que empezó a herir por el carril zurdo de la mano de Jean Beausejour y Pablo Aránguiz, una combinación que no había lucido demasiado, pero que ayer halló su mejor versión. Llegó el empate mediante un penal sobre el volante y enseguida vinieron los mejores momentos azules, que pudieron ponerse en ventaja varias veces.
¿Montillo? Celebró el gol en la tribuna y su ausencia no se sintió en la cancha. ¿Estará el domingo ante Colo Colo? "Recién terminamos un partido, falta mucho para saber eso. Son decisiones técnicas y tácticas, este no es el equipo de los amigos de Dudamel", lanzó el estratega, hablando en tercera persona.
Palestino se fue quedando sin piernas, con sus carrileros metidos en su propio campo y sin el control de la pelota, una de las virtudes que exhiben los equipos del "Coto" Sierra. Tuvieron una, sí, que Fernando de Paul le atajó de manera brillante a Bryan Carrasco, cuando ya parecía inevitable la ventaja tricolor.
En el local destacaron el infatigable trajín de Gonzalo Espinoza, las muestras de talento de un liberado Aránguiz y las transiciones rápidas que tanto le gustan al técnico venezolano.
Claro que ahora, con el agua cerca del cuello, la U tendrá otra misión terrible el domingo: visitar un estadio del que no sale feliz desde hace casi dos décadas, cuando, por ejemplo, el ayer titular Simón Contreras ni siquiera había nacido.
Pero, además de la necesidad de seguir escapando del rigor de la tabla ponderada (ver infografía), tiene la motivación extra de seguir lanzándole tierra al cuerpo del archirrival, al que hallará en su peor momento.
"Hubo nuevos nombres, más juventud, más frescura, más intensidad. Después de la exhibición de esta tarde, no esperamos nada menos en el clásico del domingo", analizó Dudamel.
Ahí, recién, el venezolano podrá cobrar las fichas que apostó.
'' El resultado no ha sido el óptimo, pero me voy muy tranquilo. Es el primer partido en el que vibro con el equipo, con la intensidad, con el juego. Mejoramos en cuanto a intensidad, ahora nos falta crecer en volumen de juego".
'' Quedo muy satisfecho con lo mostrado en organización, dinámica e intensidad. Esto es lo menos que espero. Gran parte de lo planificado se llevó a cabo". RAFAEL DUDAMEL, entrenador de la U.