El Comercio, Perú
4 de marzo de 2021
Una nueva campaña promovida por el Sernanp busca apoyar a las comunidades nativas que trabajan en la conservación de esta especie.
Por Diego Suárez Bosleman
En el 2013, la Reserva Nacional Pacaya Samiria, en Loreto, tenía aproximadamente 0,3 tortugas taricayas por hectárea. Gracias a un destacable trabajo de recuperación, en el 2019 esa cifra subió a 9,1. Lamentablemente, la pandemia por el COVID-19 ha afectado a las comunidades nativas que se encargan de las labores de conservación y de manejo sostenible de estos animales.
Para no retroceder en los resultados y apoyar a estos grupos familiares, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), de la mano con el Ministerio del Ambiente (Minam) y Profonanpe, lanzó la campaña Apadrina una Taricaya, Conserva Pacaya, que acaba de ser extendida por más tiempo.
?Esta iniciativa busca apoyar a las 492 familias [en Pacaya Samiria] que son los principales gestores de la recuperación de la taricaya, y que debido a la actual coyuntura por la pandemia del COVID-19 han visto afectadas sus actividades conservacionistas, lo que pone en riesgo su capital de inversión para el manejo de esta especie?, indica el comunicado oficial del Sernanp.
La iniciativa consiste en apadrinar a una taricaya, donando desde S/4,00 por cada una, a través de profonanpe.org.pe/taricaya/.
Todos los participantes recibirán una constancia en formato digital que acredite su apoyo y les permitirá acceder a un video de la liberación de taricayas en Pacaya Samiria, que se realizará en noviembre.
?Los 12 meses del año?
El trabajo de conservación de las taricayas se lleva a cabo durante todo el año prácticamente. Entre enero y abril, las comunidades nativas realizan tareas de vigilancia en toda el área de Pacaya Samiria y de educación ambiental.
En mayo o en junio estos grupos familiares planean la construcción de playas artificiales, en las cuales se colocarán los huevos de taricaya recolectados.
?Casi por dos meses las comunidades nativas cuidan los huevos, los cuales entre octubre y noviembre eclosionarán. Una vez fuera del cascarón, las tortugas son devueltas a su medio ambiente?, dijo a El Comercio Carlos Sánchez, responsable de la Unidad de Manejo de Recursos Naturales del Sernanp.
El especialista recalca que la labor de recolección y cuidado de huevos evita que terceros los roben dentro del área protegida o que otra especie les haga daño. ?La idea es salvaguardar estos huevos para que haya la mayor cantidad de nacimientos?, sostiene.
La meta del Sernanp en esta etapa es apadrinar por lo menos a 100.000 taricayas. De su apoyo dependerá si se alcanza o no.
Para tener en cuenta
La taricaya (?Podocnemis unifilis?) es una especie de tortuga emblemática de la Amazonía y también parte básica de la dieta de las comunidades ribereñas.
La explotación de estos animales y de sus huevos diezmó su población.
