Miércoles, 08 de Enero de 2025

Fitch llama a contar con una estrategia fiscal

El SalvadorLa Prensa Gráfica, El Salvador 3 de marzo de 2021

La agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings publicó ayer un reporte donde indica la necesidad que tiene el Gobierno salvadoreño de crear una estrategia fiscal de mediano plazo, además recalca la facilidad que tendrá el Ejecutivo al contar con mayoría calificada en la Asamblea Legislativa para obtener financiamiento y realizar un ajuste fiscal, aunque desconoce los planes que se tienen en esa materia.

Irma Cantizzano
La agencia calificadora de riesgo Fitch Ratings publicó ayer un reporte donde indica la necesidad que tiene el Gobierno salvadoreño de crear una estrategia fiscal de mediano plazo, además recalca la facilidad que tendrá el Ejecutivo al contar con mayoría calificada en la Asamblea Legislativa para obtener financiamiento y realizar un ajuste fiscal, aunque desconoce los planes que se tienen en esa materia.
"La victoria del partido Nuevas Ideas del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, en las elecciones legislativas del país pondrá fin al estancamiento político, pero no está claro si esto llevará a implementación de políticas de fortalecimiento de las finanzas públicas", reza el documento.
Según indica Fitch, la oposición de Arena y FMLN había "obstaculizado la implementación de políticas y reducido la capacidad del gobierno para obtener financiamiento externo".
La Asamblea Legislativa aprobó el año pasado la emisión de más de $3,000 millones en deuda. De esta, $1,000 millones fueron colocados como bonos en los mercados internacionales a una tasa del 9.5 % (la más alta de la historia del país); otros eran préstamos con banca multilateral, aunque no todos fueron ratificados, en muchos casos, porque no tenían un "destino específico" y no se presentaron presupuestos extraordinarios, según señalaron analistas en su momento.
Aun así, según datos oficiales, en 2020, la deuda pública aumentó $2,773 millones, llegando a ser el 85 % del Producto Interno Bruto (PIB).
Para Fitch, la dependencia excesiva del endeudamiento del mercado interno (a través de Letras del Tesoro) para cumplir las "elevadas" necesidades de financiamiento del Estado ha subido los costos del mismo, lo que ha implicado un panorama fiscal más complicado.
Es por ello que el presidente Bukele tiene que "establecer una estrategia fiscal a mediano plazo ... Mientras tanto, la obtención de financiamiento externo a través de un programa del Fondo Monetario Internacional (FMI) estaría supeditada a compromisos de ajuste fiscal, estimados en 3 % del PIB prepandémico", detalla.
Este ajuste fiscal implica reducir el déficit del Estado que ronda el 12 % y las únicas vías para hacerlo son: recortando el gasto público y aumentando los ingresos.
Como dijo recientemente José Andrés Oliva, economista de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social, es "la medicina amarga que nunca nos queremos tomar", pero es necesaria; aunque él recomienda que técnicamente se definan y que vayan enfocadas principalmente en el gasto, sin afectar a sectores claves como Educación y Salud.
Tal como indica Fitch, el Ejecutivo tendrá la llave para recortar gastos, emitir más deuda y realizar los ajustes que considere pertinentes sin necesidad de ningún otro partido político.
Para el economista Ricardo Castaneda, del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), con las llaves que tiene el Ejecutivo en la Asamblea Legislativa se abre un escenario inédito para el país.
"Siempre para el tema fiscal había necesidad de negociación sobre todo para endeudamiento que requería mayoría calificada, hoy ya no se tiene ni siquiera que discutir con otros partidos, porque ya tienen los votos", dice.
Según Castaneda, las agencias calificadoras siempre han señalado que por la polarización no se han logrado acuerdos y eso ha implicado que se profundizara la crisis fiscal, es así que ahora ven aspectos positivos porque esperan que se "adopten medidas que permitan al país mejorar su situación fiscal".
Fitch agrega que el Gobierno ha indicado que establecerá sus planes fiscales este año, pero no está claro hasta qué punto priorizará la reducción del déficit. Además que "el débil crecimiento económico, ya estaba afectando la dinámica de la deuda antes de la pandemia a ello sumando el impacto de covid-19, crea presión para políticas más expansivas para reducir la pobreza e impulsar el empleo".
¿Qué pasará? Castaneda detalla que hace falta ver es cuál es la ruta q va a tomar el Ejecutivo, "sabemos que puede pasar cualquier cosa que deseen, en el camino que más quieran, pero no sabemos cuáles son esos caminos", dice.
Aunque los "posibles" caminos son: el acuerdo con el FMI, reformas al sistema de pensiones, desdolarización y medidas unilaterales sin el FMI, explica.
"La población ha dado un cheque en blanco, le ha dado mayoría sin saber cuál es la hoja de ruta", señala el economista y agrega que pesar que no tendrán que negociar con otros partidos sí lo harán con otros actores, pero estas negociaciones serán a puertas cerradas.
"La población ha dado un cheque en blanco, le ha dado mayoría sin saber cuál es la hoja de ruta... ahora que ya ha elegido pues que les exija saber cuáles son las medidas que van adoptar en el ámbito fiscal".
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