Miércoles, 08 de Enero de 2025

El hombre del milagro

ChileEl Mercurio, Chile 15 de marzo de 2021

Hace cincuenta años, San Felipe se consagró campeón del fútbol chileno viniendo del Ascenso, una hazaña jamás igualada en la historia de nuestro fútbol profesional

Hace cincuenta años, San Felipe se consagró campeón del fútbol chileno viniendo del Ascenso, una hazaña jamás igualada en la historia de nuestro fútbol profesional. Dirigido por Luis Santibáñez, el cuadro aconcagüino contaba con un plantel modesto al que solo había incorporado a Jaime Ramírez, el veterano del Mundial, y a un refuerzo joven que venía de San Luis de Quillota, que apenas superaba los veinte años y que tenía un nombre al menos inusual.
Uruguay Graffigna debutó en El Tanque Sisley a los 17, para al cabo de un año venirse a Chile, donde llamó la atención por su capacidad goleadora, su potencia y su funcionalidad. Cuando Santibáñez lo incorporó al plantel, sabía que su presencia sería fundamental para un equipo que corría los noventa minutos y debía aprovechar las escasas oportunidades de gol. Graffigna hizo 15, se transformó en el jugador de la temporada, cuando el paraguayo Zárate, "Chamaco", Crisosto, el "Negro" Ahumada y "Pata Bendita" Castro perforaban las redes. El día en que San Felipe se desbordó gritando por haber llegado a la Copa Libertadores, Graffigna fue su héroe.
Sería campeón tres años más tarde bajo el nombre de Uri Banhoffer en Los Angeles Aztecs, donde llegó tras pasar por la Unión Española y el fútbol mexicano. La final de aquel torneo de 1974 en la NASL -frente a los Toros de Miami- fue el primer partido televisado a nivel nacional de soccer en los Estados Unidos y el único título conseguido por el equipo que años más tarde incorporaría a George Best, a Johan Cruyff y al entrenador Rinus Michel en sus filas. Por supuesto, Graffigna (Banhoffer) fue el goleador y alguna vez le marcó tres goles al Cosmos de Pelé.
Tras militar con éxito en el fútbol holandés (su club le rindió un homenaje este fin de semana), decidió volver a Quillota para integrar una delantera mágica con "Pato" Yáñez, "Pititore" Cabrera y "Pindinga" Muñoz, logrando el ascenso. Por esos años, cuando los reporteros ingresábamos al camarín antes que los jugadores, lo vi destrozando a patadas un armario de madera tras una derrota por la cuenta mínima ante Cobreloa en el Lucio Fariña. Y es que, veterano y todo, Uruguay Graffigna era de un genio irreductible. Por algo se llamaba como se llamaba.
Falleció el viernes pasado, a los 73, víctima del alzhéimer y del covid-19. Justo cuando se cumplen 50 años de su hazaña al ganar, a punta de goles, al título más impensado y sorpresivo de todos los tiempos. Se fue en silencio, como era su costumbre, pero valga este recuerdo para otro crack que hizo de esta tierra el lugar que siempre soñó y que no merecía irse en los vapores del olvido.
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