Por encima del fútbol
Qué buenos eran los espectáculos de las barras en los clásicos universitarios
Qué buenos eran los espectáculos de las barras en los clásicos universitarios. Tan inolvidables que hoy los recuerdo al enterarme de que el 21 de abril es el cumpleaños del Club Deportivo Universidad Católica.
Ambas barras hacían gala de buen humor e ingenio. Presentaban bellas historias bajo un clima de cordial rivalidad. No es de extrañar: las barras de esos años estaban en manos de intelectuales.
Aparte del encanto artístico, atraían mi atención las letras de los himnos. El canto azul, letra y melodía de Julio Cordero, dice: "Ser un romántico viajero/ y el sendero continuar,/ ir más allá del horizonte/ do remonta la verdad/ y en desnudo de mujer/ contemplar la realidad./ Brindemos, camaradas/ por la Universidad/ en ánforas azules/ de cálida emoción./ Brindemos por la vida/ fecunda de ideal/ sonriendo con el alma/ prendida en el amor".
El canto católico -arreglo musical de Vicente Bianchi del tema inglés "!Tramp tramp tramp¡" y letra de Charles Bown, jugador, entrenador de la UC y redactor en revista Estadio- dice: "Alta la frente al cielo/ y con fe hacia el porvenir, / llena de luz nos guía/ el Alma Mater inmortal./ Cruzados Caballeros,/ serenos de noble ambición,/ tenemos como escudo/ en el pecho nuestro corazón./ Universidad Católica/ juntos vibremos con ardor/ y llevando en el alma/ un deseo de triunfar/ por la Patria, Dios y la Universidad".
Las encontraba parecidas en su espíritu y me llamaban la atención, y aún, porque ninguna habla del juego del balón. Curioso, ¿no? Para esos creadores, al parecer, la universidad estaba por sobre el fútbol.