Viernes, 26 de Abril de 2024

Prensa en Venezuela

ChileEl Mercurio, Chile 22 de abril de 2021

El fallo contra El Nacional es otra muestra del estrangulamiento de las libertades por el régimen chavista.

Cada cierto tiempo, el régimen de Nicolás Maduro encuentra nuevas formas para perseguir e intentar eliminar la prensa libre. La última sentencia del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), controlado por el chavismo, ha sentenciado al diario El Nacional a pagar una indemnización de unos 13 millones de dólares, por "daño moral", a Diosdado Cabello, considerado el número dos de la dictadura. Cabello demandó al diario por la reproducción en 2015 de una noticia aparecida en el periódico español ABC, que señalaba que Estados Unidos lo investigaba por supuestos vínculos con el narcotráfico.
Impactante por la magnitud desorbitada de la sanción, el caso es en realidad uno más de los innumerables fallos dictados por la justicia durante el chavismo, condenando a periodistas a distintas penas, y otra muestra del progresivo estrangulamiento de las libertades por parte del régimen.
En un editorial publicado tras la sentencia, los editores de El Nacional acusan a Cabello de buscar por este medio apropiarse del diario, tal como lo expresó él mismo en 2019, cuando se jactó en las redes sociales de que sería el dueño del periódico y convertiría sus instalaciones en una universidad internacional.
El historial de persecuciones a los medios de comunicación en Venezuela es ya largo, y comenzó con Hugo Chávez, pero se ha agudizado con Maduro. Decenas de periodistas han sido heridos, amenazados o acosados por personeros del régimen o por grupos ligados a los aparatos de seguridad. Una treintena de radios han sido cerradas, canales de televisión perseguidos, hasta terminar comprados por empresarios afines al gobierno o perdiendo sus licencias.
Esta última situación fue la sufrida por RCTV, emblemático canal independiente que presentó una batalla crucial por la libertad de prensa y expresión. Hugo Chávez no le renovó, en 2006, la concesión, ante lo cual se convirtió al año siguiente en una señal internacional. Pero Chávez encontró otra fórmula para acallarla: cambió las condiciones para las televisoras extranjeras y obligó a los servicios de telecomunicaciones a "apagarla". RCTV se reinventó, y actualmente es una aplicación con una programación variada que pasa por alto la censura venezolana.
Según el último informe de Reporteros sin Fronteras, entregado unos días después del fallo del TSJ, Venezuela se ubica en el lugar 148 en un ranking sobre la situación de la prensa en 180 países. El país con mejores condiciones es Noruega; el peor, Eritrea. Cuba se ubica en el puesto 171 y Chile en el 54.
Los periodistas y comunicadores venezolanos dan una batalla diaria para defender el derecho a la libertad de expresión, y reciben el apoyo y solidaridad internacional en su lucha. La Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP) emitió una declaración reciente en la que califica de "dictadura implacable" al régimen de Venezuela, que "considera el periodismo independiente como un enemigo". En esa línea, el siguiente capítulo es una anunciada ley para "regular las redes sociales y definir penalmente lo que entiende por traición a la patria". No se debe claudicar en la lucha para terminar con la persecución a los medios de prensa en Venezuela. Es importante y justo que El Nacional siga en manos de sus legítimos dueños.
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