Este clásico cubano recrea y mitifica a la ciudad y reescribe su cultura a través de una galería de voces, registrando las más diversas formas del habla cubana. A decir del español Juan Cruz, estamos frente a un libro mayor e insólito, del ?boom? latinoamericano, aunque su autor no llegara a los cánones de aquella explosión. En 1964 el libro mereció el premio Biblioteca Breve, pero tuvo que enfrentar la censura franquista. Incluso con los recortes, el libro circuló clandestinamente en la isla.
Por Enrique Planas
Hablar de Cuba nos remite a las páginas de ?El siglo de las luces? de Alejo Carpentier, monumental novela alimentada con los conflictos propios de las revoluciones. Significa también leer la poesía de Reinaldo Arenas y su brutal autobiografía ?Antes que anochezca?, así como la impertinente nostalgia de las novelas de Cabrera Infante.
Pero más allá de estos y otros autores clásicos como Lydia Cabrera, Lezama Lima, Severo Sarduy, actualmente son muchos los autores que vienen contándonos la historia reciente de Cuba, denunciando cómo la mordaza sigue vigente sesenta y dos años después, desde que Fidel Castro llegara al poder en 1959. Son escritores y escritoras disidentes, muchos de los cuales no pudieron o no pueden publicar en su isla, viéndose obligados a editar fuera del país.
Ficciones sobre las históricas restricciones, las carencias y las limitaciones de un régimen anquilosado que han motivado las actuales protestas y que vuelven a encender la esperanza por la libertad. Y mientras en la calle los ciudadanos cubanos dan la pelea, para los lectores que buscan un mapa urbano, emocional y político de La Habana contemporánea, ofrecemos 10 rutas distintas, 10 visiones de un país que coinciden en su propósito de dar cuenta sobre el desgaste de viejos ideales, y denuncian una dictadura que ha enterrado los principios fundamentales de la revolución.
Tres
tristes tigres