Análisis define estado de conservación de mamíferos, reptiles y anfibios chilenos
El principal desafío que viene son los invertebrados. Se han clasificado 170, pero se estima que hay más de 18 mil. En el caso de las plantas, suman unas seis mil especies y solo se ha registrado el 10%.
Noventa y cuatro nuevas especies de flora, fauna y hongos fueron clasificadas en Chile. Así, la cifra total es de 1.434 luego de la aprobación del 17º proceso de evaluación de especies, que culminó este mes.
Una mayoría del total (61,64%) ha sido clasificada como amenazada -En Peligro Crítico, En Peligro o Vulnerable- de acuerdo a los criterios de la lista roja que elabora la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN).
"Este es un procedimiento regular que realiza y coordina el Ministerio del Medio Ambiente (MMA) todos los años desde 2005, con miras a ir evaluando cada vez más especies según su estado de conservación", explica Charif Tala, jefe del departamento de Conservación de Especies del MMA.
La tarea específica está a cargo de un comité público-privado de clasificación, en el que participan tanto agencias de Gobierno como asociaciones gremiales, la academia y ONGs.
"Llevamos clasificado un 4% de las especies de Chile, es poco, pero lo mismo pasa a nivel internacional y tiene que ver con la insuficiente cantidad de recursos para hacer levantamientos de información de muchas de ellas", dice Tala.
"Los animales que están clasificados casi en un cien por ciento son los reptiles y anfibios porque son grupos bastante acotados. Pero si uno habla de especies de aves, hay unas 115 de las casi 500 registradas. En el caso de los mamíferos, el número es mejor, porque de las 150 especies conocidas de mamíferos nativos ya se han clasificado 118", destaca.
El mayor déficit se relaciona con los invertebrados. Han clasificado 170 pero se estima que hay más de 18 mil. En el caso de las plantas, suman unas seis mil especies, por lo que solo se ha clasificado el 10%. Respecto de los peces, suman 1.200 especies y solo se han clasificado cerca de 50.
Tala dice que cada vez son grupos de especies nuevas que se evalúan, aunque también se hacen reclasificaciones de algunas que ya tenían un estado de conservación previo si las condiciones mejoran o empeoran.
Huemul y chungungo
Es lo que ocurrió en el último proceso con el huemul o el chungungo.
En el caso del ciervo nativo, el análisis se focalizó en la población que subsiste en zonas muy remotas de las regiones de Ñuble y Bíobío. "Quedan unos 60 individuos, por lo que fue reclasificada en Peligro Crítico, mientras que la del resto del país conservó su categoría de En Peligro", cuenta Tala.
Respecto del chungungo, la nutria de mar chilena, pasó de Vulnerable a En Peligro. Esto, por una declinación poblacional que han registrado los especialistas.
Los albatros también fueron actores protagónicos del último proceso de clasificación. "Nos habíamos comprometido el año pasado, con motivo del día mundial del albatros, a clasificar la totalidad de las especies presentes y en este proceso se revisaron todos".
Quedaron clasificados en la categoría Vulnerable porque son aves bastante amenazadas por las pesquerías. "Quedan atrapados en las redes y mueren", dice Tala.
De las cien especies evaluadas, dos se declararon como extintas. Se trata de dos invertebrados que vivían en islas: una araña que era endémica de Isla de Pascua y una vaquita del desierto (coleóptero) que habitaba el islote Guacolda, frente a la costa de Atacama. "En general, la tasa de extinción es mayor en islas que en ambientes continentales", reconoce.
En cuanto al reino vegetal, cuenta que el chañar, una especie de árbol propia de ambientes desérticos, fue clasificada como Vulnerable. "Fue una especie muy afectada por la industria minera cuando se usaba carbón para hacer funcionar los hornos". Destaca que además es una variedad tremendamente valiosa porque produce una flor que alimenta a muchas especies, entre ellas al picaflor de Arica, que figura como En Peligro Crítico.
ProtecciónLa clasificación de especies tiene consecuencias de conservación y legales. Entre las primeras se destaca que el mayor conocimiento de una especie permite al Estado, ONGs y centros de conservación priorizar sus esfuerzos de protección y recuperación. En cuanto a los efectos legales, el hecho de que una especie sea declarada En Peligro implica que su captura y caza están prohibidas. La ley de bosque nativo también establece que un bosque con presencia de árboles y arbustos En Peligro se transforma en bosque de preservación y Conaf no puede autorizar planes de manejo para corte forestal.
Igualmente, la presencia de una especie amenazada es uno de los criterios para exigir que un proyecto presente un estudio de impacto ambiental, que es mucho más detallado que una declaración de impacto.