Sábado, 02 de Agosto de 2025

Ucrania, en una encrucijada histórica

ColombiaEl Tiempo, Colombia 17 de marzo de 2022


David Forero
Estamos siendo testigos de un periodo trascendental


David Forero
Estamos siendo testigos de un periodo trascendental. Si asemejamos la historia de la humanidad al curso de un río, sucesos históricos como la pandemia y la guerra de Ucrania representarían las cascadas que hacen que el río cambie su nivel, composición y velocidad. Son estos grandes eventos los que terminan definiendo la historia. El origen del conflicto ucraniano se remonta a noviembre 2013, cuando el gobierno títere de Yanukovich se retractó de un acuerdo comercial con la UE a instancias de Putin. La revolución ciudadana y su consecuente derrocamiento llevó a la ciudadanía y gobiernos ucranianos a inclinarse hacia Occidente, generando una reacción hostil de Putin, primero anexionándose a Crimea en 2014 y luego organizando una invasión en toda regla en 2022. Putin justificó la invasión con un relato tendencioso, en el que considera a Ucrania un Estado ‘artificial’, generado entre 1917 y 1921 por la inestabilidad de la URSS tras la Revolución de Octubre. Nada más alejado de la realidad. Ucrania es de hecho anterior a Rusia, comenzó allá por el año 882 cuando Oleg, el profeta, fundó la Rus de Kiev, una federación de tribus eslavas -que mantiene hasta hoy su diversidad- que ocupó Ucrania y Rusia occidental desde el siglo IX hasta 1240, cuando fue invadida por los mongoles de Batu Khan, nieto de Genghis Khan. Rusia no se formó alrededor de Moscovia sino hasta 1480, consolidándose con el primer Zar, Iván el Terrible, desde 1547. Pero, a pesar del esfuerzo de Putin, la narrativa de esta guerra la viene ganando Ucrania. Comenzando por sus líderes: la valentía y arrojo de Zelenskiy, guiando la resistencia desde Kiev, contrasta con un presidente ruso que manda a morir a su gente desde un cómodo sillón, aislado de su propio círculo por temor a contagiarse de Covid. Este autoaislamiento puede explicar en parte su pensamiento delirante de devolver a Rusia su antigua gloria y que invadir Ucrania era cuestión de días. Pero la valiente resistencia de los ucranianos -muchos de ellos descendientes de los cosacos, históricamente los mejores combatientes del zar- la reacción rápida y coordinada de Occidente, y la ineptitud del propio ejército ruso, ha llevado esta guerra a un terreno menos desequilibrado de lo esperado. Putin está siendo víctima de su propio invento. Las fuertes sanciones económicas generarán un impacto sustancial sobre la ciudadanía y la débil economía rusas, mientras que los oligarcas en los que se apoya han visto cerrarse las puertas de la lujosa vida europea a la que estaban tan acostumbrados. Ahora Putin ya no puede retroceder, pues sería aceptar su error y la vulnerabilidad de su ejército. Pero la imposibilidad de una invasión relámpago lo va a forzar a depender más de los bombardeos y el fuego de artillería sobre zonas civiles causando, si cabe, aún más sufrimiento sobre el pueblo ucraniano. El futuro es sombrío, ojalá esta vez la historia se ubique del lado correcto.
Investigador de Fedesarrollo dforero@fedesarrollo.org.co
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