Miércoles, 14 de Mayo de 2025

"Auge y caída del ruiseñor", Rosita Serrano en excelentes manos

ChileEl Mercurio, Chile 23 de abril de 2022

La historia de Rosita Serrano es tan apasionante como desconocida

La historia de Rosita Serrano es tan apasionante como desconocida. Fue una cantante chilena que logró triunfar en Europa, principalmente en la Alemania nazi. Muchos mitos y leyendas se tejen en torno a su vida, de la que se sabe más por referencias que por hechos concretos. Ni ella misma pudo corroborar o negar las cosas que se dijeron cuando se vino a vivir sus últimos años a Chile bajo un quebrantado estado de salud y en precarias condiciones económicas. Tampoco en ese entonces hubo mucho interés en conocer más de quien fuera considerada una verdadera diva.
Es a este personaje al que la compañía Makina Dos ("Bru o el exilio de la memoria", sobre la pintora Roser Bru), que cultiva el teatro documental, desentraña en "Auge y caída del ruiseñor". Dirigida por Pato Pimienta, la obra se estructura en diez capítulos de la vida de Serrano, no en forma lineal sino que haciendo algunos flashback . Además, hay momentos en que se rompe la cuarta pared para incorporar al público o en que los actores se plantean dudas frente al personaje, lo que se pudo soslayar.
Sin embargo, es un motaje que resulta ágil y entretenido con una apropiada mezcla de humor y drama. El elenco lo conforman Orlando Alfaro, Amalá Saint-Pierre y Francisco Paco López. Estos dos últimos están además a cargo de la dramaturgia. Todos ellos interpretan eficazmente a varios personajes que tuvieron relevancia en la vida de la cantante. También aparece la actriz Carmen Barros, a través de registros audiovisuales. Ella conoció a Serrano en Berlín a fines de los años 30, cuando su padre, Tobías Barros, era el embajador de Chile en Alemania. Según el testimonio de Barros, "La chilenita" o "El ruiseñor de Chile", como se conoció a Serrano, ha sido la mejor cantante que ha tenido el país al dominar todos los registros, desde los bajos a los agudos.
En el papel de Serrano está Silvanna Gajardo, quien realiza una excelente interpretación. Se pasea cómodamente entre el drama y la comedia. Da los énfasis adecuados al abanico de emociones que encarna y logra cautivar desde el principio. Llama además la atención su tremenda capacidad vocal cantando ella misma los temas, pudiendo haberse pensado que doblaría a la artista. Según ha declarado, durante seis meses tomó clases de canto, demostrando que aprobó con máximas calificaciones. Gajardo resulta toda una revelación, pese a que tiene una trayectoria teatral (estuvo en un rol secundario en la última versión de "La pérgola de las flores" de 2019), este es su primer papel protagónico que cumple en forma notable.
Otro punto a destacar es el original vestuario a cargo de Nicoletta Fuentealba.
Rosita Serrano, cuyo verdadero nombre era Ester Aldunate del Campo, nació en Quilpué. Era hija de un diplomático y de la soprano Sofía del Campo. Cuando tenía 12 años su madre privilegia su carrera musical y se va a Europa. La deja a cargo de una familia amiga, de Juan Serrano, y de quien Ester toma su apellido para su nombre artístico. Años más tarde su madre regresa y se la lleva con ella a una gira por Europa, recalando en 1936 en Berlín, donde Rosita a sus 24 años gracias a sus extraordinarias condiciones vocales y arrolladora personalidad -sin hablar nada de alemán- se abre paso en el mundo artístico con el apoyo del pianista Peter Kreuder, quien además la introduce en las esferas del régimen nazi. Su belleza, esbelta figura, ojos verdes y particular gorjeo también le ayudaron. Cuenta la leyenda que fue la favorita del propio Adolf Hitler y de Joseph Goebbels, ministro de Propaganda, gracias a quien habría filmado varias películas convirtiéndose en la preferida del Tercer Reich.
Contradictoria mujer que cantó tanto a los jerarcas nazis como también a los refugiados judíos en Suecia bajo los auspicios del rey Gustavo V. Esto último le habría significado en 1943 perder el apoyo alemán y ser acusada de espionaje tras lo cual volvió por un breve período a Chile. Luego conoce al millonario judío sefaradí Jean Aghion con quien se casó en 1947 y vivió en Egipto hasta 1963 cuando enviudó. Intentó retomar su carrera en Europa, pero no tuvo suerte. En 1991 volvió definitivamente a Chile, donde sobrevivió con pocos recursos hasta su muerte en 1997 a los 84 años, de un edema pulmonar y en un completo olvido.
Declaraba ser apolítica y que su pasión era la música y los hombres guapos. Manipuladora, inescrupulosa, ingenua, que lograba sus objetivos a costa de cualquier cosa es lo que refleja "Auge y caída del ruiseñor", donde Rosita Serrano está en excelentes manos. Hay que precisar que esta obra no es un homenaje, ya que se la muestra con todas sus luces y sombras. De una hora y 40 minutos este montaje devela a una figura del mundo artístico local que recién pareciera recobrar interés. De hecho se prepara una película sobre ella y el músico Miguel Farías ha anunciado una ópera basada en su vida.
En 1994, el escritor Enrique Lafourcade, en su habitual columna dominical de este diario, abogó por una pensión de gracia para la cantante. Mal que mal había llevado el nombre de Chile a Europa con su música. No fue escuchado.
Centro Cultural GAM. Funciones jueves y sábados, a las 20:00 horas. Domingos, a las 19:00. Hasta el 30 de abril.
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