Millonarios, en alerta: ya no duerme tranquilo
Redactor de EL TIEMPO @ELTIEMPO
ANálisis Pablo Romero
Millonarios tiene las alarmas encendidas
Redactor de EL TIEMPO @ELTIEMPO
ANálisis Pablo Romero
Millonarios tiene las alarmas encendidas. Ya no duerme tan tranquilo. Es que la derrota del sábado en Barranquilla contra Junior, 2-1, no solo apretó el grupo A, porque Nacional goleó y se trepó al primer lugar, sino que ratificó un punto frágil que tiene el equipo bogotano en esta recta final de la Liga, y es su vulnerable zona defensiva. Allí hay una grieta que debe ser la gran preocupación de Alberto Gamero para los tres partidos que le quedan, para intentar clasificar a la final. Millonarios no ha perdido su favoritismo en el grupo, al fin y al cabo su derrota del sábado fue de visitante, y al fin y al cabo sus dos rivales más fuertes, en el papel, Junior y Nacional, ya cedieron puntos en casa, ya dieron ventaja. Es decir, el equipo azul sigue con la misión de ganar los seis puntos que le quedan de local en El Campín para marcar diferencia. Pero lo sucedido el sábado generó una inevitable alerta, por el resultado adverso y porque el juego del equipo estuvo lejos de su mejor versión. Y lo más grave es que la defensa está herida, es una defensa que anda como coja, sin estabilidad: ahí hay una grieta que necesita urgente remiendo. Luego del primer partido del grupo A, cuando Millonarios venció al Atlético Bucaramanga en El Campín, el técnico Alberto Gamero fue honesto, dijo que estaba tranquilo de la mitad para adelante, pero que tenía que solucionar cómo iba a armar su defensa luego de que su titular habitual, su estandarte de la zaga, Juan Pablo Vargas, se fuera con su selección de Costa Rica. Ahí quedó el hueco, enorme. Gamero lo sabía, pero antes de dramatizar, necesitaba soluciones. Entonces eligió a Andrés Murillo como su reemplazo. Le dio el voto de confianza en una etapa decisiva del campeonato. Murillo fue titular contra Nacional, en el empate 2-2. Y el sábado fue uno de los grandes señalados en la derrota contra Junior en el Metropolitano, cuando se vio comprometido en los dos goles locales, y en mucho más: el resbalón, la desatención, el mal control, la caída, y hasta la mala suerte... No fue su noche. Murillo se quedó sin defensa, se llevó los ataques y las críticas de los aficionados en las redes sociales. No es que sea una condena para Murillo, puede reponerse y acoplarse mejor a la zaga, junto a Andrés Llinás, pero al menos por ahora sí dejó inquietudes para lo que viene en el desenlace del grupo. Gamero lo admitió: "Hay que mirar, corregir indudablemente la parte defensiva, pasamos trabajo... Lamentablemente se pierde el partido en una jugada que la pudimos sortear mejor. Hay que pensar en los partidos que nos quedan en casa", dijo Gamero al final del partido en Barranquilla. Pero no fue solo Murillo. Errores de marca poco usuales, desatenciones colectivas, fallas en la mitad perjudicaron al equipo en su bloque defensivo. Para colmo, Llinás tuvo que salir al minuto 74, por su cuadro gripal. Y sin Llinás también se sufre. Y como en ataque el equipo no tuvo el brillo de otras oportunidades, se fue de Barranquilla con las alarmas encendidas, porque el partido del miércoles ahora es de obligatoria victoria, contra ese mismo rival que ya le midió las falencias. A Junior, Gamero le ha ganado tres veces en Bogotá: 2-0 y 4-1 en 2021, y 1-0 este año. Luego recibirá a Nacional, el gran rival del grupo. Gamero ha tenido 3 duelos frente a los verdolagas en casa: ganó uno (3-0 en 2020) y perdió dos (1-2 en 2021 y 0-2 este año. Millonarios sabe que no puede ceder un centímetro, porque sus rivales están hambrientos, esperando dónde y cuándo le van a sacar ventaja. Así que lo que viene será de máxima tensión. Si Nacional va y gana en Bucaramanga se va poner como serio candidato. Pero también puede que Millonarios gane en su fortín y ponga las cosas en orden. Aunque el orden debe empezar atrás, donde cojea.