Celebran el desciframiento de la Piedra de Rosetta: El inicio de la lectura de los jeroglíficos
Uno de los descubrimientos más importantes sobre la Antigüedad y que inició la egiptología, hace 200 años, fue la traducción de la Piedra de Rosetta que realizó el genial erudito francés Jean-François Champollion. Con ello partió la lectura de los jeroglíficos. Una gran exposición en el British Museum y la esperada inauguración del mayor museo del mundo dedicado a la civilización egipcia, cerca de El Cairo, celebrarán este hito. También abordamos las formas de comunicación en la América Precolombina.
Norte de África, 15 de julio de 1799. En medio de la campaña del ejército francés por conquistar Egipto, en una fortaleza ubicada en la ciudad de Rosetta, en el delta del río Nilo, el general Pierre-François Bouchard encuentra un misterioso y evocador fragmento de una estela egipcia. Esa piedra está llena de jeroglíficos y escritos sobre los que existe un total misterio sobre sus significados. Se la llama Piedra de Rosetta por el lugar en que está ubicada a 40 kilómetros de Alejandría.
La pieza arqueológica -un bloque de granito que pesa 760 kilos y mide poco más de un metro altura- revolucionaría después los estudios de egiptología, al descubrirse cómo descifrarla y abrir el camino para la traducción de los jeroglíficos.
La lectura de los jeroglíficos, y en específico de la Piedra de Rosetta, fue en 1822 tras un arduo y sinuoso camino, "que había empezado en la Edad Media y siguió con los eruditos del Renacimiento", señala Hartwig Fischer, director del British Museum de Londres. Su descubridor fue el genial lingüista francés Jean-François Champollion, quien logró traducir el texto inscrito en ella. Ese hito mundial, hace dos siglos, se celebra este año con una gran exposición que inaugura, en octubre, el British Museum de Londres, donde se encuentra la Piedra de Rosetta, pues los británicos derrotaron a los franceses en Egipto y la piedra fue transportada a Londres tras la firma de la Capitulación de Alejandría en 1801. Hay también actualmente otras exposiciones relacionadas con el descubrimiento como el de las momias egipcias en la Caixa Forum de Madrid. Y lo más esperado: estaría, por fin, confirmado el término de la dilatada construcción del Gran Museo Egipcio (GEM), para el 30 de septiembre, y su inauguración tal vez sea muy luego en el valle de Guiza, en lo que será el mayor museo arqueológico del mundo dedicado a una civilización (ver recuadro).
Escrita en tres lenguas: el genial Champollion
"Un aspecto esencial en la Piedra de Rosetta es que el mismo texto está escrito ahí en tres lenguas, por eso se pudo traducir", subraya el reconocido arqueólogo y antropólogo chileno Carlos Aldunate. En la parte superior están los jeroglíficos egipcios; en el medio está el texto en escritura demótica, que consiste en una versión simplificada de los jeroglíficos del final del imperio egipcio, y en la parte inferior de la pieza está el texto en griego antiguo.
La Piedra fue objeto de estudio de numerosos científicos e intelectuales, quienes se lanzaron después a interpretar los jeroglíficos. Pero el camino anterior se dibujó con claroscuros y tesis erradas. Hasta el descubrimiento de Champollion, se creía que cada dibujo o símbolo de un jeroglífico representaba una palabra o un concepto. El joven erudito francés Jean-François Champolion (1790-1832) -quien había dedicado su vida al estudio de las lenguas antiguas- dio con la clave para decodificar la escritura de los jeroglíficos, convirtiéndose en el padre y fundador de la egiptología.
Considerado un niño prodigio en filología, Champollion a los 16 años desbordaba por su interés y pasión por descubrir los secretos de los lenguajes de las tierras del Nilo. En 1820 dominaba el latín, el griego y había estudiado, a fondo, el copto, la lengua que se hablaba en Egipto entonces. Él pensó que esa lengua era la clave para entender los jeroglíficos, pues el copto era la evolución natural de la lengua egipcia a través de milenios. Y basado en un complejo y luminoso trabajo de comparar textos fue descartando y deduciendo que los jeroglíficos habían evolucionado en símbolos más simples hasta crear "la escritura hierática y demótica", una de los tres lenguas en que está escrita la Piedra de Rosetta. Encontró, además, que algunos de esos dibujos usados como símbolos representaban fonemas.
En 1822 publicó su gran descubrimiento y estudio de los jeroglíficos: los clasificó en un alfabeto fonético donde cada símbolo representa una letra o sílaba.
Las estelas eran comunes en el Antiguo Egipto y se usaban para comunicar y difundir información oficial a la población y homenajear a los reyes y gobernantes. La inscripción de la Piedra de Rosetta da cuenta de que fue tallada en el año 196 a.C., y consistía en un decreto sacerdotal en el que se reconocía la soberanía del rey Ptolomeo V.
Jeroglíficos y papiros únicos exhibirá el British Museum
El British Museum de Londres prepara una gran exposición inédita para celebrar los 200 años de la traducción de la Piedra de Rosetta. La reliquia, ubicada en medio de una gran vitrina de cristal, ocupa un lugar central en el museo y es una de las piezas más visitadas. Pero también es uno de los testimonios arqueológicos más valiosos que Egipto -junto con la cabeza de Nefertiti y otros artefactos que tiene Berlín- quiere recuperar.
El director del museo británico señala que a partir de la Piedra de Rosetta "se puede hablar por primera vez del Antiguo Egipto con sus códices y comprender la increíble civilización en lo que es una impresionante ventana al pasado".
La muestra en Londres, señalan en el museo, "trazará la carrera por el desciframiento del sistema de escritura": ese difícil e intenso camino por traducir la iconografía egipcia. Para Champollion tampoco fue fácil: le tocó vivir en un período de agitación política en Francia, como fueron las guerras napoleónicas, que pusieron en peligro sus investigaciones.
La Piedra de Rosetta será la pieza central de la muestra junto a 240 objetos en su mayoría jeroglíficos, varios provenientes de otros museos internacionales. "Habrá documentos asombrosos como cartas de amor y tratados internacionales", afirman.
Se exhibirá el sarcófago de Hapmen, realizado en piedra de granito negro alrededor del año 600 a.C., cuya superficie está poblada de jeroglíficos con imágenes de sus dioses. Se creía también que los jeroglíficos tenían poderes mágicos y que bañarse en algunos de los artefactos que los contenían podía aliviar "los tormentos de amor".
Entre las piezas de más interés estará el rico papiro bellamente ilustrado del "Libro de los muertos" de la reina Nedjmet. Ese papiro -de cuatro metros de largo- tiene más de tres mil años de antigüedad y en él habría "hechizos rituales que se destinaban a ser pronunciados para demostrar el poder de la palabra hablada".
También llegarán piezas valiosas y claves del Museo del Louvre, el que posee por su historia un importantísimo patrimonio de artefactos, arte y documentos del Antiguo Egipto. Además de tener varios papiros del "Libro de los muertos", prestarán el "Vendaje de la momia de Aberaut", que nunca se ha visto en Inglaterra.
El Louvre tiene el hermoso Papiro de Nebqed, del "Libro de los muertos", de alrededor de 1400-1350 a.C., de la Dinastía XVIII, procedente de Tebas. En los papiros, como en las cubiertas de los sarcófagos y otros objetos y estelas, se da cuenta del alto nivel de desarrollo de esa cultura, de su dibujo y del arte alcanzado en la antigüedad egipcia, que no solo era figurativo, sino que también abstracto y geométrico, como se aprecia en las tumbas del Valle de los Muertos. Ese conocimiento y refinamiento que alcanzaron los antiguos egipcios se condice con la sensibilidad, pasión y erudición del genio francés Jean-François Champollion para poder llegar a develar el escrito de la Piedra de Rosetta. Ello lo transformó en el fundador de la egiptología que mueve y seduce a científicos del mundo y a millones de seguidores de esa fascinante cultura.
Gran Museo Egipcio ad portas de su inauguraciónEl Primer Ministro de Egipto, Mustafá Madbulide, lo confirmó: El 30 de septiembre de este año estará, finalmente, listo el esperado Gran Museo Egipcio (GEM), en el Valle de Guiza. Hasta la pandemia faltaba finalizar, esencialmente, la implementación técnica de la museografía, algunas construcciones internas y el montaje. Además de algunos detalles y nuevos sueños, como un tren que comunicaría el museo con las pirámides de Guiza.
Pero lo que sí es un hecho es que el GEM será el museo más importante y grande del mundo en arqueología, dedicado a una civilización: el Antiguo Egipto. Con más de 480 mil metros cuadrados, albergará más de 100 mil reliquias egipcias (varias nunca antes mostradas), entre ellas esfinges monumentales como la de Ramsés II, que fue trasladada en carros especiales. Habrá sarcófagos, momias, carros y joyas, y se exhibirá -por primera vez- todo el tesoro de Tutankamón (con cerca de 2.000 piezas), parte del cual se exponía atiborrado en el viejo Museo de la Plaza Tahrir en El Cairo.
Con una arquitectura espectacular -ganadora de un megaconcurso mundial-, el edificio vidriado del museo cita en forma contemporánea a las vecinas pirámides de Guiza y se hunde en el desierto. Pero, a su vez, sale al exterior con espacios de cristal que se conectan visualmente con las pirámides. La inauguración -que sería quizá en octubre- promete ser inolvidable. Se piensa en desfiles faraónicos (como fue otro nuevo museo inaugurado en El Cairo) y se contempla el estreno de una ópera sobre Tutankamón. Las autoridades egipcias señalaron que la exposición de los tesoros del pequeño niño emperador será inédita: abordará su vida personal, su hábitat, sus gustos, sus juguetes, vestimentas y el carro real que lo transportaba. El museo invitará también a una experiencia inmersiva en los misterios y vidas de esa gran civilización.
El laboratorio científico internacional del GEM (el más avanzado del mundo) está en funciones. La inauguración del museo no debiera pasar de este 2022 cuando también se cumplen 100 años del descubrimiento de la tumba del niño faraón.
Knórosov, el Champollion de la escritura mayaEl arqueólogo y antropólogo Carlos Aldunate del Solar aborda también con "Artes y Letras" los sistemas de escritura y algunos supuestos sistemas de comunicación gráficos que han existido en América precolombina. Y el estado actual de los últimos estudios y descubrimientos.
"En los últimos períodos de la cultura Olmeca, cerca del 300 a.C., se desarrolló un posible sistema de escritura, que sería la base para las escrituras más complejas. La más conocida es la maya (siglo III a.C.), que combinaba caracteres que significaban una palabra (logogramas), con otros que significaban sílabas, en lo que fue un sistema parecido a la actual escritura japonesa. Y en su desciframiento estuvo involucrado un importante mayista ruso, Knórosov, que sería el Champollion de la escritura maya . Otros sistemas de escritura o comunicación mesoamericanos fueron las pictografías mixtecas y zapotecas".
En el área andina aún no se han identificado sistemas de escritura propiamente tales, advierte el experto. "Pero se está investigando un conjunto de símbolos que han aparecido en tejidos, pinturas, grabados en cerámica o vasos del período inca, que reciben el nombre de tokapu. Y hay investigaciones como las de De la Jara o Barthel, quienes tienen la hipótesis de que se tratan de símbolos que representan palabras, pero aún no se ha demostrado que puedan ser partes de un discurso", destaca. Y agrega: "También en el período inca y posiblemente antes, se han usado los quipus, sistemas de registro o mnemotécnicos, en base a nudos en cuerdas, que también están a la espera de las investigaciones de científicos, como la del arqueólogo Gary Urton de la Universidad de Harvard. Él está estudiando un corpus de más de 400 ejemplares de estos instrumentos y desde hace más de una década está dedicado a descifrar el sistema de anotación. Pero, para ello, piensa que se necesitaría otra Piedra de Rosetta, que en este caso sería una lectura de un quipu hecha por un especialista (quipucamayoc) de la época colonial, que consta en uno de los muchos juicios que en esa época tenían las comunidades andinas con las autoridades o terratenientes hispanos".