Douglas Engelbart, operador de radar y viajero del tiempo
Douglas Engelbart a los 77 años; no solo previó el futuro, sino que acertó en todo
Ocurrió el 9 de diciembre de 1968
Douglas Engelbart a los 77 años; no solo previó el futuro, sino que acertó en todo
Ocurrió el 9 de diciembre de 1968. Buena parte de quienes lean esta historia todavía no habían nacido. Más aún: en ciertos casos, los padres de algunos lectores tampoco habían nacido. Fue unos 8 años antes del nacimiento de Apple; casi 30 años antes de Windows 95 y del acceso público a Internet; 36 años antes de que Google empezara a cotizar en Bolsa y 40 años antes de que Facebook apareciera en los titulares. Fue, vaya, un año antes de la llegada a la Luna y del nacimiento de Arpanet , la predecesora de Internet, y créase o no, alrededor de tres años antes de que Intel -que había sido fundada, aún frágil, ese mismo año- lanzara el primer microprocesador que se comercializó en el mundo, el 4004 .
A la izquierda, Douglas Engelbart, en 1968, ensayando para la demostración pública del oN-Line System; a la derecha, 40 años después, con el prototipo original del mouse
Y sin embargo, ese día, casi 54 años atrás, durante 90 minutos, un hombre notable llamado Douglas Engelbart mostró, ante una audiencia de cerca de 1000 profesionales de la computación, las siguientes maravillas, todas juntas y en un mismo sistema integrado, llamado oN-Line System (NLS) :
El mouse y el puntero en una pantalla basada en gráficos
Ventanas múltiples
Videoconferencia
Texto en el que, al hacer clic, pasaba a otra página (hipertexto, en suma)
Selección y edición de texto
Edición colaborativa en tiempo real de un documento
En realidad, el NLS ofrecía una docena de otras funciones , muchas muy técnicas, y que, de nuevo, seguimos usando hoy. Me dirán, no obstante, que nada de esto es una maravilla. ¡Es parte de nuestra vida cotidiana! Todavía más, las llevamos en el bolsillo. Precisamente .
Clima de época
Por esas cosas de la vida, mi primer contacto con una computadora fue en 1967 . He contado esta historia en otra parte , y el caso es que tuve una experiencia de primera mano de lo que en esos años denominábamos computadoras . No solo no las llevabas en el bolsillo. No solo ocupaban una habitación. Lo más significativo era que tener una computadora era como tener una nave espacial o un tomógrafo . No era algo para el resto de nosotros.
Por entonces, carecían de pantalla. En el mejor de los casos, emitían sus resultados por medio de una impresora . La que conocí de chico escupía metros y metros de una cinta amarilla perforada en alguna clase de código que mi padre podía entender. Algunas tenían pesados y costosos teclados de teletipo. Otras, ni siquiera. Ya eran más veloces que la mente humana para hacer cuentas, pero ninguna de esas máquinas habría podido siquiera enviar un audio de WhatsApp ; entre otras cosas porque recién empezaban a desarrollarse las conexiones en red. La utilidad de eso que llamábamos computadoras era que podían hacer cálculo más rápido que las personas, pero, sobre todo, que podían hacerlo durante horas sin equivocarse . Eso sí, eran extremadamente difíciles de usar.
Hay algo más, sin embargo, que escapa al mero listado de características técnicas. Me refiero al clima de época. En 1968, en la escuela, mis compañeros pensaban que era un cuento eso de que mi papá trabajaba con una computadora. No podía ser. Y lo pensaban con completa convicción, al punto que eso me envió derechito a la Dirección, por -supuestamente- decir mentiras.
En casa empezaban a aparecer los primeros circuitos integrados, mientras en la panadería de la esquina (la panadería todavía está allí, anoto al margen) aún usaban una caja registradora mecánica . En el colectivo se cortaba boleto , nadie hablaba por teléfono caminando por la calle, se veían buzones en las esquinas y había tan pocos televisores que en 1969, cuando la misión Apollo 11 llegó a la Luna, los empleados del taller del diario La Prensa vieron el alunizaje en nuestro televisor ; mi padre se lo puso debajo del brazo y se lo llevó a la calle Azopardo, familia incluida, para que todos pudieran ver el acontecimiento .
En ese contexto, que hoy suena a antediluviano, Douglas Engelbart hizo viajar a los boquiabiertos espectadores medio siglo al futuro . La presentación fue denominada, en 1994, La Madre de Todas las Demos por el periodista Steven Levy, en su libro sobre la Macintosh. Puede verse esa demo en muchos lados; aquí una versión del Douglas Engelbart Institute en YouTube .
La Macintosh nació el 24 de enero de 1984, tras una turbulenta gestación que primero le costaría a Apple uno de sus mejores ingenieros, Jef Raskin , y al año siguiente forzaría a su cofundador, Steve Jobs , a renunciar. La Mac era al mismo tiempo un prodigio de usabilidad y un compilado de limitaciones, fruto de la obsesión de Jobs con el diseño. Pero los orígenes de esta máquina que, como acertadamente apuntó Levy, "lo cambiaría todo", se remontan a la demo de Douglas Engelbart, ese 9 de diciembre de 1968 en San Francisco, California, Estados Unidos .
El prototipo del primer mouse, ideado por Engelbart y diseñado por Bill English
Cada una de las piezas revolucionarias de la Mac (que todavía tardarían 11 años en llegar adecuadamente a los usuarios de Windows, que eran mayoría) ya estaban presentes en la presentación de Engelbart, 16 años atrás: el mouse, las ventanas, la edición de texto y gráficos . Diré más: a la Mac le faltaban algunas cosas que Engelbart demostró en 1968; la videoconferencia, por ejemplo, o una conexión de red integrada (la Mac podía conectarse con muchas limitaciones mediante dos puertos RS-422 , uno para un printer y otro para un módem). En tiempos de Zoom ambas cosas parecen una obviedad. Pero en diciembre de 1968 estábamos todavía a medio siglo de la pandemia y la popularización de la videoconferencia.
Aislado en el Pacífico
Los momentos de inspiración son, de todos los posibles instantes en la vida, los más impredecibles. No solo porque la idea aparece de pronto, como de la nada, sino porque las circunstancias que nos conducen a esas revelaciones casi nunca tienen que ver directamente con el asunto. Un muy joven Douglas Engelbart, que había nacido en Portland, Oregon, ahora estaba enrolado en la marina estadounidense. Había estallado la Segunda Guerra Mundial y lo habían destinado a la isla de Leyte, en las Filipinas, donde pasaba horas sentado mirando la pantalla de un radar y meditando sobre un artículo de 1945 de otro visionario, Vannevar Bush , en el que se bosquejaba una idea loca, de ciencia-ficción, el Memex . Esta máquina imaginaria nunca fue construida, pero hoy contamos con una especie de gran Memex. La llamamos World Wide Web.
Tim Berners-Lee posa junto al primer sitio web, en 1993; Berners-Lee no patentó la Web porque era consciente de que estaba tomando ideas de precursores como Vannevar Bush, Andries van Dam, Ted Nelson y Douglas Engelbart, entre otros
Pero Vannevar Bush hablaba, simplificando, de microfilms. La pantalla de radar que Engelbart vigilaba durante sus horas de servicio lo llevó a pensar que en realidad deberíamos poder ver, editar y analizar información de manera fácil, intuitiva, remota y colectiva usando monitores . Monitores y algo más. Faltaba eso. Necesitaba pensarlo (y le llevaría casi dos décadas). Pero ahí, en un contexto exótico y lejano, aislado en el Pacífico, en medio de una guerra, empezaría a reflexionar sobre la línea de trabajo que ocuparía toda su vida y que se anticiparía en casi medio siglo al porvenir.
Pocas mentes consiguen algo tan extraordinario, y en gran medida Engelbart lo logró gracias a una destreza muy específica. Supo aislar de la realidad de su tiempo -un complejo entramado de maquinarias, proyectos, ficciones, fantasías, prejuicios y limitaciones técnicas- una hebra que resultaría fundamental: la clave de todo estaba en la interacción entre los humanos y las máquinas .
Un Bill English muy joven, a mediados de la década del '60, prueba la revolucionaria interfaz que desarrolló junto con Douglas Engelbart
Por eso, de regreso en Estados Unidos, habiendo sido contratado por el Stanford Research Institute (SRI), fundó el Augmentation Research Center (ARC). En 1967 patentó el mouse y empezó a desarrollar el NLS, que sería la estrella de la Madre de todas las Demos, en 1968. El mouse original era de madera, tenía dos ruedas y le había encargado su diseño a Bill English en 1965 . Cuesta creer que a la civilización moderna le llevaría casi exactamente 20 años poner esta idea rutilante en los comercios minoristas, y 30 hasta que se volviera algo adoptado por prácticamente todos los usuarios de computadoras personales. ¿Con qué otras tecnologías está ocurriendo lo mismo hoy?
Windows 68
Engelbart pertenece a una generación de informáticos que estaban más preocupados por llevar la computación al siguiente nivel que por monetizar sus ideas, para usar la jerga de moda. La patente del mouse, que ya expiró, solo le reportó un cheque de 10.000 dólares . Es que esa patente, en la práctica, era del SRI, que se la vendería a Apple por irrisorios 40.000 dólares en 1979. Pero en el medio pasarían cosas.
Hacia 1970, parte de su equipo del ARC se fue al Palo Alto Research Center de Xerox ( PARC ), donde combinaron la interfaz gráfica y el mouse con una computadora de escritorio, aunque todavía no exactamente una PC. Nació así la Xerox Alto , en 1973, la primera máquina con interfaz gráfica y mouse. Pero nunca se comercializó; tampoco Xerox veía el potencial del mouse, las ventanas y la usabilidad ( UX, en la jerga actual, por experiencia de usuario ). Increíble.
Steve Jobs con la revolucionaria y a la vez conflictiva Apple Macintosh
En cambio, Steve Jobs presenció una demostración de la Alto durante una visita al PARC, en 1979 y, fascinado, terminó cambiando acciones de la recién nacida Apple por la licencia a perpetuidad para usar esas ideas ; ahí fue donde la patente del mouse pasó del SRI a Apple.
Xerox llegaría al mercado antes que nadie con una computadora visual, en abril de 1981, casi cuatro meses antes de que naciera la IBM/PC. Esa máquina se llamó Xerox Star , pero fue un fracaso. No obstante, concretaba el sueño de Engelbart, porque estaba pensada para funcionar en una red. Sí, claro, suena demasiado familiar. Excepto porque esto ocurría hace más de 40 años. Y casi nadie se enteró.
Nuevos vientos, potentes y polémicos, estaban cambiando el escenario de la informática, y en el curso de los siguientes 15 años eso que llamábamos computación cambiaría para siempre. En agosto de 1995, Microsoft empezó a vender el sistema operativo con el que, finalmente, conseguiría dominar por completo (en un 96%, para ponerlo en números) el mercado de las computadoras personales. Se llamó, claro, Windows 95 , y para casi todo el mundo resultó una novedad. El mouse, las ventanas, el puntero, la metáfora del Escritorio, el tachito de basura, los menús. Novedad para casi todo el mundo, excepto para los usuarios de Mac y las Atari ST (que fue la primera con interfaz gráfica en color), para Engelbart, para el PARC y para un puñado de ingenieros. Muchos gurús de la informática pronosticaron que sería un fracaso. Los gurús ya no eran lo que solían ser.
Windows 95 llevó las ideas de Engelbart a la mayoría de los usuarios de computadoras personales y convirtió a Microsoft en la compañía con mayor valor de mercado de su época
Ricardo Sametband publicó hace casi 20 años este excelente reportaje , en el que Engelbart narra cómo fue que se le ocurrió la peregrina idea de imaginar el futuro. Básicamente, no quería que su paso por el mundo fuera en vano. Quería hacer un aporte. Ya lo creo que hizo un aporte.
Clinton y Engelbart en 2000, cuando recibió la Medalla a la Tecnología; nunca se convirtió en una celebridad, pero nos cambió la vida a todos
Cada minuto de la presentación de Engelbart vale la pena. Pero me gustaría destacar algunas perlitas.
Por ejemplo, el NLS, con todo y el colosal avance que representaba, carecía de la función Deshacer ( Ctrl+Z en Windows y Linux). En un momento, Engelbart comete un error, borra todo el texto que estaba componiendo y debe volver a cargar el archivo que "desafortunadamente, no había salvado el número suficiente de veces", se excusa. Muchos sufrimos esta misma pequeña catástrofe en los inicios de la computación personal. El primer sistema con la función Deshacer (quizás una de las 10 más importantes de la computación) se desarrolló en la Universidad de Brown, en el estado de Rhode Island, Estados Unidos, también en 1968 .
Además, al usar por primera vez la palabra mouse se disculpa de semejante nombre, que (en inglés y en ese momento) suena poco formal, para nada técnico y hasta un poco desagradable, si uno no simpatiza con los roedores. "Lo usábamos y quedó", explica, algo apesadumbrado.
Parte de la demo consiste en editar y estructurar un listado. Para eso, usa una lista de suepermercado que le dio su esposa, Ballard Fish, con quien estuvo casado 47 años, hasta que enviudó, en 1997 .
Su definición del NLS es clarividente. Se trata de un sistema para componer, estudiar y modificar información compleja . Aunque luego desarrolla esto con mucho detalle, estas tres acciones son exactamente las que hacemos todo el tiempo con las computadoras y por eso la palabra informática es tan significativa , aunque en la Argentina hoy haya caído en desgracia.
Engelbart falleció en 2013, a los 88 años , sin nunca haberse transformado en una celebridad; desconocido para casi todos, sus ideas nos cambiaron la vida a todos . El misterio sigue siendo, sin embargo, cómo fue que, además de imaginar el futuro, acertó con semejante precisión . ¿Lo imaginó o en realidad lo construyó?
Estuve hace más o menos 25 años en el Xerox PARC. Me mostraron varios experimentos alternativos con interfaces que pretendían mejorar la de Engelbart . Ninguno tenía la sencillez y la naturaleza intuitiva de las ventanas, el puntero y el mouse, básicamente la misma que seguimos usando hoy ; en Xerox solo cambiaron la orientación del puntero, que originalmente (como se ve en los videos de 1968) apuntaba directo hacia arriba; lo inclinaron un poco a la izquierda, y así quedó . En rigor, y pese a que la grabación de la presentación está en baja resolución (es un milagro que la tengamos, dicho sea de paso), el NLS ya usaba diferentes tipos de puntero, de acuerdo con la acción que estaba realizando.
Douglas Engelbart durante la presentación de 1968; salvo porque está en blanco y negro, podría tranquilamente ser una imagen de nuestros cotidianos Zooms. Dicho sea de paso, unos minutos después cometerá un error que no tendrá modo de deshacer
Luego de ver todas esas alternativas que nunca prosperaron, llegué a la conclusión de que Engelbart tenía un talento casi sobrenatural para ponerse en el lugar del otro. Lo dice al principio de la Madre de todas las demos: "no les voy a hablar del programa que creamos, se los voy a mostrar" . Impresionante como pueda sonar, sus primeras palabras en la conferencia de 1968 describen exactamente la actualidad: "Si en sus oficinas tuvieran una pantalla conectada a una computadora [Engelbart siempre creyó en el modelo cliente/servidor ] , disponible todo el día, que respondiera de forma inmediata, ¿cuánto valor podrían derivar de algo así?" Oírlo eriza la piel. Porque el muchacho frente al radar en la isla de Leyte había tenido una idea y ahora mostraba el camino por seguir, y tal vez, al mostrarlo, lo empezaba a fabricar, más de 50 años atrás. Como un viajero del tiempo que va al futuro y vuelve para contarlo, pionero de pioneros, Douglas Engelbart describió con detalle abrumador y voz calma todo lo que iba a ocurrir. No ocurre a menudo, porque como sostiene la máxima, atribuida al gran Niels Bohr, "hacer predicciones es muy difícil, especialmente cuando se trata del futuro".