Javiera Mena "Mi bandera de vida es la independencia"
A punto de presentar su nuevo disco, Javiera Mena mira atrás y revisa cómo de joven promesa se ha elevado a una cantante que traspasa generaciones. Radicada en España, recuerda su infancia en el barrio Yungay, habla de su feminismo y de su carrera: "Trato de no perder la inocencia y seguir mi intuición".
A penas abordó el avión que la trajo de Madrid a Chile, Javiera Mena se conectó al playlist de su teléfono. Durante unas horas, mientras cruzaba el Atlántico, en sus audífonos sonaron canciones de Babasónicos, Everything but the girl, Marcianeke, Kate Bush, Maná, Pet Shop Boys, Pablo Chill-E, Cocteau Twins. Grupos y artistas de estilos contrapuestos, pero que encajan en su propio universo musical.
-Es que a mí me gusta de todo... encontrar la riqueza en toda la música. Creo que detrás de una gran canción, sea quien sea, hay mucho trabajo y está la historia de una persona que creció en un lugar, que se inspiró en algo para hacer la letra y la música. Eso me maravilla.
Pasan las diez de la mañana del último jueves de agosto. Javiera Mena llegó ayer por la mañana a Santiago y ahora, con anteojos oscuros y una sonrisa, disfruta de un esquivo y pálido sol de invierno en un café cercano a la casa de sus padres.
En Madrid, donde se radicó oficialmente hace tres años, dejó el calor que la tenía agotada, su departamento en Lavapiés, a los vecinos -una pareja de ingleses- que se molestan cuando se pone a cantar por las noches y el pequeño estudio musical que tiene armado en una habitación, donde compuso gran parte del material de "Nocturna", el disco que lanzará en octubre.
"Nocturna" es su quinto álbum de estudio o el sexto si se toma en cuenta el EP "I. Entusiasmo", que presentó el año pasado. Del disco del que ya se conocen varias canciones que compuso durante el gran confinamiento por la pandemia en Madrid y que ya han sido presentadas en las grandes plataformas de descarga musical como "La isla de Lesbos" y "Dunas", un inesperado dúo con Myriam Hernández.
-Fue una cosa loca que se nos ocurrió. Ella es súper simpática y una gran artista. Para mí es como la leona de la música chilena que ha hecho no sé cuántos sold out en Estados Unidos. Yo quería sacarla de su zona de confort que son las baladas y meterla en algo más electrónico. La canción tiene como unos gemidos y nos daba algo de vergüenza pedírselo, hasta que con cuidado se lo pedimos y ella no puso ningún problema... después teníamos tomas y tomas de gemidos.
-¿Entonces el disco se fue armando de a pedacitos?
-Esperamos para sacarlo, porque es lo que hoy te recomiendan todas las plataformas. La idea es que saques los más singles posibles; pero yo soy como a la antigua, me gusta sacar el disco y que sea como toda una sorpresa, pero como fue un disco creado en pandemia, fue raro, pero igual tiene sorpresas y más de la mitad son temas nuevos... lo que busco es un disco que den ganas de escucharlo de principio a fin, que no adelanten ninguna canción.
Mena dice que este nuevo disco es más oscuro y maduro.
-Como de una mujer adulta, medio loba y nocturna, que disfruta lo que tiene -dice esforzando su voz para que suene más rotunda de lo habitual y luego lanza una carcajada.
-¿Se siente así?
-Totalmente
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A comienzos de la década de 2000, Javiera Mena recién se empinaba en los 18, pero ya era presentada por la prensa musical chilena como una de las figuras más prometedoras de la escena musical chilena. A fines de diciembre de 2006 la revista Wikén revisaba lo mejor del año y Javiera Mena, que unos meses antes había presentado su primer disco, "Esquemas Juveniles", se imponía como la mejor solista nacional. "Hace años no aparecía en Chile alguien con su aptitud innata para hacer canciones con melodías bonitas, armonías personales y sonido sin prejuicios, los ingredientes sencillos y mejores del pop", declaraba el periodista David Ponce
Hoy, con 37 años y después de 16 de publicación de su primer disco, Javiera Mena dejó de ser una promesa para convertirse en una de las cantantes nacionales más reconocidas internacionalmente. Ha realizado giras por Europa, Estados Unidos, México y presentaciones en distintas capitales latinoamericanas. Ha colaborado con artistas como Gepe, con Julieta Venegas, con los noruegos Kings of Convenience, con los argentinos Miranda¡ y con la colombiana Li Saumet, vocalista de Bomba Estéreo. En 2015 fue nominada al premio Grammy Latino y en dos ocasiones a los MTV Europe Music Awards en la categoría de mejor artista de América Latina.
En enero participó en el Benidorm Fest, el programa de la Televisión Española para elegir la canción que representaría al país en una nueva edición de Eurovisión. Aunque no ganó, asegura que quedó encantada con la experiencia.
-Estar ahí y generar ese ruido fue increíble. Fue un gran aprendizaje... La verdad es que para lo difícil que la tengo, porque soy una artista independiente chilena en Madrid, creo que las cosas van bastante bien. Siento que soy parte de la escena española. Tengo mis amigos, me junto con muchas bandas allá, estoy considerada en los festivales, estoy tocando harto.
-Cuando editó su primer disco se la presentó como "la voz de la nueva generación chilena" y hoy tiene seguidores de todas las generaciones...
-Con mi música ha pasado algo súper lindo y tiene que ver con haberme mantenido fiel a mí como artista y lo que siempre he buscado hacer. Creo que mis discos han envejecido súper bien, porque si se me consideró hace 16 años la voz de esa generación, hoy cuando voy a tocar me encuentro con gente de 20 años y menores, pero también con otros que son mayores que yo. Entonces me digo: "Mi música ha acompañado a generaciones"... puede sonar pretencioso, pero creo que me ven como una artista que abrió camino y que hizo discos que los representan.
-¿Se sigue definiendo como independiente?
-Lo soy y seguiré siéndolo. Mi bandera de vida es la independencia. La música es un arte, pero también se trabaja con el negocio de la música; en ese sentido, para mí es muy valioso ser dueña de mis masters , del disco que yo hago, que escribo, que yo instrumentalizo. Es complicado, pero tiene sus retribuciones... Obviamente hago alianzas, hago licencias, pero yo decido con quién hago esas licencias, dónde van a sonar mis canciones y hacia dónde va a ir mi música. Pero para el tipo de artista que soy, significan más retribuciones que cosas en contra. Ser independiente me permite trabajar más libremente en mis tiempos en un mundo que te exige que todo sea muy rápido y con exigencias de mercado que no sirven para el tipo de artista que soy. Quizás no estoy preparada. Ni me apetece, como dicen los españoles.
Cuando Javiera Mena habla de independencia, no solo se refiere a lo musical, también habla de su vida.
-En 2006, en una de mis primeras entrevistas, dije: "Soy lesbiana" y apareció como titular. Yo nunca tuve problemas con mi tema, mis padres siempre lo supieron, y sentí que declararlo abiertamente era lo lógico... Por lo mismo, aunque mi principal aporte viene desde la música, creo que he ayudado un poco a la visibilización de la diversidad sexual y hay nuevas generaciones que valoran mucho eso y me respetan un montón.
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Los primeros recuerdos de Javiera Alejandra Mena Carrasco tienen como escenario el barrio Yungay, especialmente la casa de sus abuelos, en Cumming con Andes, "frente a los Buenos Muchachos", recalca. Ahí vivió con su hermano menor, Gonzalo -doctorado en Matemáticas en Columbia, luego Harvard y hoy es profesor en Oxford- y sus papás por unos años, hasta que estos se independizaron. Ahí iba al colegio de Santa Elena de Compañía ("Con una monjas buena onda, que resultaron ser las Carmelitas del Apruebo") y miraba a los integrantes de la banda Pánico que vivían por el sector.
En el full downtown , como ahora lo llama, empezó su acercamiento con la música. Primero fueron los discos de su abuelo médico.
-Era súper melómano, yo escuchaba música en su consulta, tenía todo tipo de música. También tenía muchos casetes y compilados que él mismo hacía. Escuchaba música clásica y orquestada tipo Ray Conniff, pero también los discos de George Michael.
Ya entonces con su hermano cambiaba la letra de las canciones de los dibujos animados o jugaba a la radio con su tío Ramón, que tenía hidrocefalia y autismo.
-Jugábamos, nos grabábamos, escuchábamos la radio AM, canciones súper antiguas de Gloria Benavides. Mis recuerdos más lindos eran con el tío Ramón, era mi gran amigo. Él falleció, era hermano de mi mamá, y esta enfermedad le hacía ser una persona muy espontánea y divertida. Teníamos un mundo de fantasía ahí.
Pero su gusto por la música se potenció con la llegada del primer computador a su casa, en 1996. Su hermano se lo ganó en un concurso televisivo que animaba Savka Pollak.
Era un Compaq Presario y venía con internet ("pero con la conexión telefónica"). Con su hermano se peleaban por usarlo.
-Él hacía cosas de matemáticas. Yo me metía a programas de música, porque descubrí el TS404, un sintetizador virtual de los primeros que había en internet gratis y ahí empecé a hacer canciones.
-¿Qué decían sus padres por su interés por la música?
-Lo relacionaban con carrete y no les gustaba. Y yo dura, todos los años pedía que me regalaran un bajo y no lo hacían, hasta que un tío me lo regaló. Ahí empezó todo.
Cuando terminó el colegio, no sabía qué hacer y se puso a trabajar como vendedora en una tienda, repartió volantes para una pizzería. Quería tener tiempo para componer. No funcionó. Al año siguiente, ya con el apoyo de su padres, entró a estudiar música en Projazz.
-En mi familia son todos matemáticos: mi padre es constructor civil; mi madre es parvularia, pero se dedicó a vender libros de medicina; mi hermano es matemático. Y también está mi primo, Marcelo Mena, que es ingeniero civil bioquímico y durante el segundo gobierno de Michelle Bachelet fue ministro del Medio Ambiente. De ese grupo yo era la única que quería ser artista. Pero por eso mismo también tuve la garra para demostrarle que: "Ah, son todos top" y yo también tenía como esa presión de ser buena en lo mío".
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La primera vez que pisó Madrid fue en 2010. La invitó el dúo noruego Kings of Convenience para que se integrara a su gira por España y Portugal. Aunque recorrió varias ciudades, Madrid fue su lugar favorito. Comenzó a viajar todos los veranos, a hacer conciertos y crear conexiones. Finalmente, a mediados de 2019 decidió radicarse en Madrid.
-Me fui con la certeza de que este era mi lugar. No quería ir como probando, a mí me gusta que, si voy a algo, funcione. Además sentí que la música que hago cae bien acá, porque en España les encanta el electropop.
También había un factor personal: su novia -con quien se casó- es española y se había venido a vivir con ella a Chile.
Desde Madrid, Javiera Mena miró el inicio del estallido de 2019 en Chile.
-Allá existía ese mito de que Chile era el país como más europeo de Latinoamérica, mejor económicamente, pero con el estallido social, la gente no lo podía creer. Creo que se quedaban con la opinión de la gente que viajaba, que es la gente de estrato social medio alto y no conocían la realidad del 80% de la población de Chile que vive muy austera y endeudada... con el estallido social cambió mucho también la percepción que tenían de Chile.
Luego sobrevino el covid-19. Cuando la pandemia empezó a azotar fuerte al mundo, la cantante estaba de vacaciones en Chile y regresó a Madrid antes del anuncio del cierre de las fronteras nacionales.
-Fue un viaje de regreso impactante. En el aeropuerto había gente aterrada volviendo a sus países, había pocos vuelos, las pistas estaban vacías y en el avión la gente ni se miraba. Yo me acuerdo despidiéndome de mi mamá, que tiene una enfermedad respiratoria, como pensando que esa era la última vez que la vería, nadie sabía nada. Fue horrible.
Durante la pandemia mantuvo contacto con su público a través de las redes sociales: lanzó singles, hizo conciertos por streaming e incluso organizó una fiesta por Zoom para celebrar su cumpleaños.
-Hacía hasta yoga por Zoom, pero la verdad es que durante un tiempo, cuando pegó más fuerte en Madrid, me paralicé y estaba como aturdida mirando las noticias. Pero duró poco. Me desperté, me reencontré con la música y comencé a componer.
Javiera Mena no salió indemne de la pandemia. En enero de 2021 se separó de su pareja.
-Terminé en la pandemia y fue horrible... Ahora estoy soltera pero bien.
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Cuando Javiera Mena habla de la escena musical femenina nacional, sonríe con orgullo. Cree que cada vez es más fuerte y diversa. Nombra a Francisca Valenzuela, Camila Gallardo, Mon Laferte, Camila Moreno, Paloma Mami y a la Princesa Alba.
-Cada una encontró su camino y las nuevas que están saliendo también lo están haciendo.
La cantante recuerda que cuando empezó su carrera algunos le preguntaban si era feminista, y ella respondía afirmativamente. Lo hacía naturalmente porque entonces, dice, no había mucha información ni debate.
-Tenía referentes power como mi abuela, las profesoras, las monjas. Pero la palabra ni siquiera se nombraba mucho.
En 2014 cuando apareció en la carátula de su disco "La otra era", con anteojos retro op-art y el pecho descubierto, se generó un debate en torno a su cuerpo, que recuerda la hicieron caer en cuenta de su feminismo.
-Ese debate en torno a la mujer y su cuerpo ayudó a que empezara a abanderarme más con el movimiento, pero a mi manera, desde mi modo y tomando desde distintas partes mi propia verdad. No solo desde un lugar del feminismo, sino recopilando desde diversos lados y generar debate, porque yo me siento lesbo feminista -dice Javiera Mena, quien comenta que en su búsqueda la ha ayudado mucho el libro "El cáliz y la espada", de la austríaca Riane Eisler.
-Si antes vivíamos en una sociedad antropocéntrica, con el hombre teniendo el poder y la mujer enmudecida prácticamente, incluso siendo moneda de cambio, ahora es importante la cooperación entre los géneros. Yo creo en eso: colaborar y respetarse -explica y agrega:
-Las cosas han cambiado mucho, siento que las mujeres en Chile somos súper power . Más que en otros lados. Lo veo en mi casa, en mi mamá. Como mujeres fuertonas.
-¿Qué ha ganado y qué ha perdido en estos casi 20 años de carrera?
-He ganado experiencia y tiempo. Eso es muy importante. En todos estos años he logrado herramientas, aprendizajes en los viajes, en las lecturas, posibilidades de equivocarme, y experiencias de vida para mis canciones... Aunque es natural que eso ocurra a medida que vas haciendo carrera, lo que yo trato es de no perder la inocencia y seguir mi intuición. La tenía cuando presenté mi primer disco, que hice sin presiones ni expectativas y sin el ojo de todo el mundo encima... Yo trabajo por mantener eso y no convertirme en una artista rígida. Me gusta estar siempre atenta a lo nuevo.
-¿Y alguna vez piensa volver a Chile?
-Por el momento, no.
-¿Y dar otro salto? La música anglo, por ejemplo .
-No, yo creo que con lo que tengo, tengo suficiente. México, Chile, Argentina y España, esos son mis focos. Mi foco es seguir trabajando y trabajando. Con eso ya me basta y me sobra.