Jueves, 30 de Marzo de 2023

El error judicial

ColombiaEl Tiempo, Colombia 18 de marzo de 2023

El error judicial ha sido frecuente a lo largo de la historia, toda vez que los jueces, en cuanto seres humanos, no son infalibles

El error judicial ha sido frecuente a lo largo de la historia, toda vez que los jueces, en cuanto seres humanos, no son infalibles. Pero no deja de impresionar y preocupar que se sigan presentando los errores judiciales, en especial cuando implican la condena a personas inocentes. En cuanto a pena de muerte, han sido muchos los errores judiciales cometidos en varios países, algunos descubiertos demasiado tarde. En otros casos se ha logrado evitar la ejecución, aunque la justicia ha cojeado y ha llegado, pero después de mucho tiempo de injusticia. En 2014, en Luisiana, Glenn Ford -homónimo del actor- se salvó de ser ejecutado, pero solamente después de transcurridos 28 años de angustiosa espera. Lo habían condenado por un homicidio ocurrido en Shreveport, en 1983. Revisado el caso, se lo encontró inocente por falta absoluta de pruebas. Ha reiterado Amnistía Internacional que millares de personas han sido condenadas a muerte en procesos sin las mínimas garantías procesales, y se ha demostrado que muchos de los condenados eran inocentes. También han sido muchos los casos de condenados a pena de prisión cuya inocencia ha sido declarada tras largo tiempo de privación de la libertad. En Estados Unidos acaba de ser declarado inocente Sidney Holmes, pero después de 34 años de cárcel. Había sido condenado en 1988 a 400 años de prisión por robo a mano armada. Un testigo lo identificó como el conductor del vehículo en que escapaban dos individuos -autores del ilícito-, quienes nunca pudieron ser capturados. Los hechos tuvieron lugar en un almacén ubicado en el condado de Broward, al oeste de Fort Lauderdale, Florida. El Tribunal Superior del Condado de Los Ángeles declaró inocente a Maurice Hastings, quien estuvo preso a lo largo de 38 años, tras ser condenado en 1983 por los delitos de robo, homicidio y agresión sexual, que no había cometido. El cadáver de la mujer agredida había sido hallado en la cajuela de su vehículo, y por eso fue señalado como el principal sospechoso del crimen. Las pruebas de ADN, que había solicitado su defensa y que no habían sido tenidas en cuenta, demostraron que el semen encontrado en el cuerpo de la víctima no era el suyo. Esta semana, en Colombia, por decisión de la Corte Suprema de Justicia -Sala de Casación Penal-, fue absuelta Judith Pinedo Flórez -exalcaldesa de Cartagena-, tras casi dos años de estar privada de su libertad. Fue revocada la condena que le había sido impuesta: 150 meses de prisión (más de 12 años) y una multa cuantiosa. Se la había encontrado responsable de los supuestos delitos de peculado por apropiación y de celebración de contrato sin cumplimiento de requisitos legales, por vender a una firma hotelera un lote baldío que en realidad no constituía playa. Una injusticia que, afortunadamente, ha sido corregida. Son muchos más los casos recientes, ocurridos en varios países. Desde luego, el Estado respectivo debe responder y reparar los daños causados a las víctimas y a sus familias. Si la justicia significa, como decía Ulpiano, la constante y perpetua voluntad de dar a cada cual lo que le corresponde, fallos como los mencionados realizan todo lo contrario. En tal sentido, en los sistemas jurídicos son muy importantes los recursos ordinarios y extraordinarios, la doble instancia, la doble conformidad y procesos como los de amparo -acción de tutela en Colombia-, para buscar fórmulas idóneas orientadas a corregir las vías de hecho, las equivocaciones y las erróneas valoraciones de las pruebas, o la indebida aplicación de las normas. Todo lo cual debe ser complementado por la pronta y ágil actuación de los tribunales superiores con el fin de evitar la justicia tardía, que también es injusticia. Es necesario buscar que la justicia sea efectiva, oportuna y real, no puramente teórica.
Punto de referencia
José Gregorio Hernández Galindo