Jueves, 30 de Marzo de 2023

Buena iniciativa que requiere precisiones

ChileEl Mercurio, Chile 19 de marzo de 2023

Hace unos días el Ministerio de Educación presentó una iniciativa denominada "Diagnóstico para la Reactivación de la Lectura" que aspira a identificar las necesidades de apoyo en este ámbito de escolares entre segundo y 4° básico

Hace unos días el Ministerio de Educación presentó una iniciativa denominada "Diagnóstico para la Reactivación de la Lectura" que aspira a identificar las necesidades de apoyo en este ámbito de escolares entre segundo y 4° básico. Hay que recordar que las pérdidas de aprendizaje ocurridas durante la pandemia, por la suspensión de clases, fueron significativas. Más todavía en Chile, que estuvo entre los países con menos clases presenciales en ese período. En ese sentido, que se midan los atrasos en lectura y se intente reparar las falencias con materiales para estos propósitos parece muy necesario. Quizás es una propuesta que está algo rezagada. En otras latitudes hace un buen tiempo que vienen desarrollándose programas en esta línea.
Con todo, ella es un aporte. Identificar a los escolares que requieren más apoyo y definir estrategias para superar sus déficits son elementos fundamentales en todo proceso de recuperación de la lectura. Asimismo, es positivo que esta iniciativa se inserte en un plan más amplio de recuperación de los aprendizajes que es acompañado de otros instrumentos de diagnóstico y diversos materiales que pueden constituirse en apoyos no solo para los colegios, sino también para las familias. Se requieren, sin embargo, al menos tres precisiones respecto de este plan.
En primer lugar, los recursos destinados no parecen estar alineados con la urgencia e importancia de la tarea. Así, por ejemplo, algunos de los materiales exhibidos no son suficientemente atractivos para satisfacer sus propósitos. A esta situación se agrega la ausencia de objetivos específicos e indicadores de logro de la iniciativa y en qué acciones concretas se van a sustentar ellos. Ello arroja algunas dudas respecto de la real capacidad de este plan para cambiar el estado actual de los aprendizajes. Por cierto, ambos fenómenos pueden estar correlacionados. Es difícil reunir suficientes recursos para un plan cuyas perspectivas, en ausencia de objetivos claros e indicadores de avance, no son particularmente halagüeñas.
Queda la sensación, al recorrer los antecedentes que se han publicado, de una mirada algo utilitaria de la lectura. Una mejor iniciativa quizás sea aquella que invita a disfrutar la lectura y a partir de ella generar una conversación que les permita a los niños imaginar y transportarse a otras realidades. Esas acciones pueden contribuir mucho más a cumplir los propósitos implícitos en esta iniciativa que los ejercicios que se insinúan en las piezas que se han presentado.
Por último, se ha planteado el despliegue de 20 mil tutores a lo largo del país para apoyar la implementación de este plan. Si bien las tutorías, en caso de intervenciones bien diseñadas con un foco preciso, han mostrado efectividad en la experiencia comparada y también nacional, no es evidente en este programa el papel que cumplirán y cómo se complementarán con las actividades del sistema escolar. Si en esto no hay una coordinación apropiada, sus aportes pueden ser nulos. En suma, se trata de una iniciativa bien orientada, pero que requiere resolver diversas interrogantes para volverse efectiva.