Impresentable

Un Conejo Blanco | Montevideo
@|El panorama político actual nos muestra a un Presidente presente, genio y figura de estadista, trabajando para mejorar en todos los aspectos la vida de sus ciudadanos sin sopesar siquiera eventuales costos; y a una oposición en una permanente negativa a todas y cada una de las iniciativas que, en su Plan de Gobierno, como promesa electoral, resuelve llevar adelante el actual gobierno de coalición.

Como en larga carrera de postas, se han ido alternando con persistencia diversos personajes de mediocre envergadura política, pero ideológicamente obsecuentes, buenos sólo para ensuciar, mentir y denostar intentando llevar la política al fango del chiquero en que se sienten cómodos. Nunca un aporte, nunca una propuesta, nunca una idea constructiva... sólo crítica ciega y sistemática.

Hasta que, desgastados públicamente por su necia oposición y la certera gestión de la coalición, deciden elegir una figura que los "represente" y tome la posta actuando oficialmente en nombre del conglomerado de izquierda. Y no se les ocurre nada mejor que encumbrar a un triste personaje, de escaso currículum y no mejor imagen pública personal.

En febrero de 2022, fecha que quedará en la más pobre historia del FA, triste momento en que absorbido por el PIT-CNT, asume como presidente del partido quien de ahora en adelante será la voz cantante de la discordancia planificada, sea cual sea la propuesta ejecutiva.

Cuán bajo ha caído el Frente Amplio al aceptar el papel de un simple títere en el estricto sentido literal de la palabra, activado por los hilos siempre ocultos del rencor social que, desde Tabaré en adelante, ha sido la mayor motivación del contubernio político-sindicalista de nuestra izquierda vernácula. Ahora se han juntado todos y se revolcarán en el mismo lodo, salpicando la historia que supieron forjar con dignidad Seregni, Licandro, Michelini, Batalla, Alba Roballo y Juan P. Terra.

Y hoy, el otrora digno y esperanzador partido, conglomerado de las fuerzas vivas de las ideologías de izquierda en el país, ingenuamente, cree posible recuperar el poder perdido por su propia decadencia de la cual su mejor ejemplo es su actual presidente, un triste personaje "impresentable".