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ColombiaEl Tiempo, Colombia 30 de marzo de 2023



A partir de la medianoche de anoche la compañía aérea Ultra Air suspendió operaciones en el territorio nacional



A partir de la medianoche de anoche la compañía aérea Ultra Air suspendió operaciones en el territorio nacional. Tras el desplome de Viva, ocurrido el pasado 27 de febrero, ya son dos las aerolíneas con el modelo de low cost que dejan de operar en poco más de un mes. Esta turbulencia que sigue experimentando el mercado aéreo colombiano no cesa y pone sobre la mesa la celeridad y la efectividad de las acciones de las autoridades de transporte. La caída de ambas empresas -Viva y Ultra Air- dejan a su paso una estela de miles de pasajeros afectados ya que las dos compañías aéreas vendieron tiquetes hasta el último momento. La semana pasada Ultra Air detuvo las ventas de pasajes, pero las reanudó luego de un empujón financiero de sus accionistas. Desafortunadamente el resultado es el mismo: a pocos días del inicio de la temporada alta de Semana Santa, los viajeros enfrentan el ‘viacrucis’ de más del 25% de la oferta de sillas impactadas por la crisis. Dos aerolíneas en tierra, suspendidas de forma abrupta y que conjuntamente responden por el 28,6% del mercado aéreo doméstico del país, constituyen una muestra tangible tanto de la profunda disfuncionalidad de la industria como de las falencias del Gobierno en prevención, control y vigilancia de este servicio público esencial. Las causas estructurales de esta situación son ya conocidas por todos: devaluación drástica de más del 20% en un sector dominado por el dólar, inflación disparada, altos costos de los combustibles y una mayor carga de impuestos. A lo anterior se añaden decisiones coyunturales de la administración Petro como el retorno del IVA del 19% en los tiquetes aéreos, a pesar de las peticiones de los actores de la cadena de viajes, hoteles y turismo y hasta el propio Ministerio de Transporte. Ante una segunda compañía aérea que se detiene en un mes, ya no se ve tan bien la insistencia del ministerio de Hacienda en elevar en 14 puntos porcentuales el precio de los pasajes. Como si fuera poco, tras ocho meses de haber solicitado la integración con la suspendida Viva, Avianca pondera si continuar con un ‘matrimonio’ que ya no luce tan atractivo como antes. Responsabilizar a factores económicos, globales y financieros de la actual crisis del sector aéreo en Colombia termina por eximir a autoridades y a las compañías. Que dos compañías aéreas se quiebren en 30 días ante la mirada del Gobierno, el mintransporte, la Aerocivil y los entes de vigilancia y control no tiene justificación. Por más planes de contingencia que se anuncien, dos jugadores importantes de la cancha aérea hoy ya no vuelan con consecuencias negativas de todo tipo, en especial, sobre los usuarios. Las preguntas alrededor de este dominó de suspensiones no son pocas: ¿Por qué se demoró tanto la aprobación de la integración con condicionamientos si las alertas sobre la situación financiera de Viva se conocían? ¿Qué acciones tomó el Ministerio de Transporte y la Aerocivil para impedir la caída de Ultra? ¿Por qué Ultra y Viva pudieron vender tiquetes hasta último minuto? ¿Qué regulaciones está tomando el Gobierno para mitigar el efecto en la competencia que tendrá la salida de estas dos aerolíneas? La lista es larga. Lo que queda claro es que, por segunda ocasión consecutiva, los pasajeros son el eslabón más débil y olvidado de esta cadena del sector aéreo tanto por las compañías como por las autoridades. El mintransporte y la Aerocivil deben urgentemente reafirmar no solo que mantienen el control del mercado de aerolíneas sino demostrar con hechos que tienen a la protección del viajero como su objetivo principal.
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