Hagan sus apuestas
La escena ocurría en las calles de muchas ciudades del mundo hasta no hace mucho: taxistas furiosos protestando en contra del auge de las aplicaciones móviles que le hacían competencia desleal y no regulada en el transporte de pasajeros
La escena ocurría en las calles de muchas ciudades del mundo hasta no hace mucho: taxistas furiosos protestando en contra del auge de las aplicaciones móviles que le hacían competencia desleal y no regulada en el transporte de pasajeros.
Como en muchos ámbitos de la vida, la tecnología solucionó necesidades y a la vez creó nuevos conflictos, que sorprendieron a los legisladores, quienes tuvieron que reaccionar sobre hechos consumados.
En abril de este año, nació la Ley 21.553 para regular el tema. Las aplicaciones de transportes de personas deberán tener personalidad jurídica con domicilio en Chile, habrá registro de los conductores, de sus vehículos, y quedó establecido cómo deben operar.
Hoy se está viviendo un proceso similar con las casas de apuestas online . Su irrupción al margen de la legalidad ha remecido la actividad, en particular al fútbol chileno, invadido de publicidad de estas compañías en sus torneos, estadios, camisetas de 22 clubes (14 de Primera y 8 de Primera B). También los medios de comunicación.
El dictamen de la Tercera Sala de la Corte Suprema fue lapidario tras declarar como ilegales a esas compañías. Pero en la práctica su fallo solo significa que los usuarios de un proveedor de internet no tienen acceso a 23 sitios web. Fuera de la prohibición quedaron, por ejemplo, los sponsors de Huachipato, Magallanes, La Serena, Cobreloa y Wanderers, y también de rostros como Arturo Vidal y Mark González. Y hubo uno de los 23 afectados que ya cambió de dirección web para burlar la sanción.
Lo razonable es encontrar la solución por una vía similar a las apps de transporte. Las casas de apuestas online deben tener domicilio conocido en Chile y funcionar pagando los impuestos correspondientes, tal como lo hacen los casinos, los hipódromos, Polla y Lotería. Es el mínimo básico que se debe exigir, no solo para que la competencia sea leal, sino que también por transparencia y ética.
Negar su existencia es querer tapar el sol con un dedo. En Chile no es delito apostar en resultados deportivos de modo presencial u online en sitios autorizados en sus páginas web, como Teletrak y Xperto. La tecnología puede ayudar, pues es fácilmente detectable el origen de las apuestas. Y hasta asoma como una nueva fuente de ingresos: el fútbol podría pedir a las casas un porcentaje de los montos apostados en sus torneos.
Otro tema que se debe regular es la participación como rostros publicitarios de los propios protagonistas del espectáculo, un lazo que abre espacio a situaciones delicadas: cada vez son más frecuentes las noticias que revelan irregularidades ligadas a las apuestas, con ejemplos tan cercanos como el del seleccionado brasileño Lucas Paquetá o la suspensión del fútbol boliviano durante la presente temporada. Porque ya no es solamente arreglar el resultado de un partido, también se apuesta por las tarjetas rojas o la cantidad de tiros de esquina, entre una multitud de factores.
Y como último punto, se debe establecer un marco para la publicidad ligada al deporte, tal como se hizo con el alcohol y el tabaco. Pero se reitera el concepto: regular, no prohibir. Porque siempre habrá una forma de vulnerar la restricción total.
¿Qué pasará? Hagan sus apuestas.