Las biodiverciudades como un modelo de gestión sostenible

La biodiversidad y el desarrollo sostenible de las ciudades latinoamericanas son temas de relevancia. En 2021, el Ministerio de Ambiente definió el concepto de biodiverciudades como aquellas que reconocen, priorizan e integran la diversidad biológica y sus beneficios en su crecimiento urbano. Esta iniciativa tomó un impulso significativo en 2021, cuando Barranquilla albergó el Foro de Biodiverciudades de América Latina y el Caribe, organizado por el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y la Alcaldía de Barranquilla. Este evento reunió a autoridades locales de toda la región y líderes de diversos ámbitos. En marzo de 2022, el CAF formalizó una alianza con el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, reconociendo su papel como principal socio de conocimiento de las biodiverciudades y aliado natural en la conceptualización y puesta en marcha de la red. Para llevar a cabo esta iniciativa, se requiere la colaboración de instituciones a nivel nacional, departamental y local para abordar los desafíos ambientales urbanos. La transformación de las ciudades colombianas se basa en impulsar economías sostenibles, incorporar la biodiversidad en la planificación territorial y desarrollar iniciativas de educación ambiental, prácticas de consumo y hábitos responsables. Según el ingeniero ambiental David Soto, una ciudad encaja dentro de los parámetros del término cuando estructura su planificación en torno al medioambiente. Esto implica contar con una extensa cantidad de suelos destinados a la protección y su adecuada gestión, destacando la relevancia de sus cadenas montañosas, quebradas, áreas de amenaza y riesgo. Planificación y gestión De la misma forma, Alejandra Walteros, arquitecta de la Escuela Colombiana de Ingeniería Julio Garavito, afirma que para lograr una planificación urbana efectiva, en la creación de una biodiverciudad, es esencial que se comience desde la etapa de planificación inicial puesto que esta fase determina los objetivos y directrices del territorio; al mismo tiempo, las curadurías establecen límites de crecimiento, regulaciones sobre la cantidad de edificaciones y estándares mínimos de construcción. A partir del 16 de octubre de 2023, según el Ministerio de Ambiente, las 14 biodiverciudades oficiales de Colombia son: Barranquilla, Leticia, Villavicencio, Medellín, Bucaramanga, Quibdó, San Andrés y Providencia, Barrancabermeja, Manizales, Montería, Armenia, Yopal, Pasto y Pereira. Cada una de estas zonas está trabajando para integrar la biodiversidad en su planificación y gestión urbana, con el fin de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos y proteger el medioambiente. La ruta para su formación Los pilares normativos clave para la formación de una biodiverciudad en Colombia son los Decretos 1076 y 1077 de 2015, emitidos por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio respectivamente. El Decreto 1076 regula las acciones relacionadas con los recursos naturales renovables, promoviendo el desarrollo sostenible. En cambio, el Decreto 1077 se enfoca en normativas de desarrollo urbano, construcción, vivienda y ordenamiento territorial, con el objetivo de garantizar viviendas dignas y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Ambos aplican a entidades públicas y privadas y tratan diversos temas, incluyendo licencias ambientales, ordenamiento territorial y licencias urbanísticas. Estos decretos desempeñan un papel esencial en la protección del medioambiente y el desarrollo sostenible en Colombia. Por otro lado, Walteros asegura que en la parte de infraestructura hay herramientas que pueden contribuir a la sostenibilidad. Por ejemplo, "el cemento, siendo uno de los componentes fundamentales y vitales de la construcción, tiene opciones más amigables con los ecosistemas; empezando por los concretos que reducen el CO2 y tienen entre un 25 a 40 por ciento menos de impacto ambiental". De la misma forma, el ingeniero ambiental David Soto destaca que, para que en Colombia las infraestructuras urbanas preserven y promuevan la biodiversidad local, se deben cumplir ciertas exigencias que incluyen desde los planes de ordenamiento territorial de los municipios o distritos, así como solicitar ciertos permisos ambientales con las corporaciones autónomas regionales.