La vaca atada
La discusión sobre el modelo de país es puro bla bla bla hasta que no se especifica quiénes van a tener la vaca atada.
La semana pasada escribí algo sobre la eterna polémica en torno a los modelos de país. Terminaba esa columna expresando que abundan las descripciones floridas y frondosas de los diversos modelos económicos pero lo esencial responde a una sola pregunta: ¿a quién o quiénes van los dineros públicos?
No obstante ser esta la cuestión decisiva que define uno u otro de los modelos es demasiado escueta y requiere ampliación. Para dicha ampliación voy a recurrir a gente que sabe de economía: dos economistas, Javier Haedo e Isaac Alfie.
El primero de los nombrados escribió hace poco en El País interesante página con el ingenioso título: "Uruguay el país de las vacas atadas". Allí Javier Haedo desarrolla su tesis de que nuestro país no es solamente el país ganadero, de las vacas que pacen en nuestros campos y la economía basada en la producción agropecuaria, sino que es un país con una economía que tiene demasiados agentes económicos que han conseguido para sí regímenes particulares ventajosos. Es decir, que tienen la vaca atada.
Los ejemplos de esto son muchos y muy conocidos: los fleteros que distribuyen el combustible, la empresa Montecom operando en los muelles públicos del puerto de Montevideo en régimen provisorio privilegiado, renovado continuamente durante todos los tres gobiernos del Frente Amplio, el llamado pomposamente complejo sucro-alcoholero de Bella Unión, etcétera. Para más ejemplos, consultar texto citado de Javier Haedo. Su tesis es que una economía llena de enclaves de privilegio tiende a degenerar porque invita a negociar por ventajas externas, en vez de aplicarse al desarrollo de la actividad económica como tal. Y eso, según él, es lo que ha pasado en nuestro país. Cada vez menos, digo yo, pero todavía.
La otra opinión equivalente sobre el mismo asunto es la de Isaac Alfie (El País, 16/XII/23). "Nuestro mercado, más bien pequeño, puede derivar en falta de competencia. En general eso se debe a las regulaciones. Cuando Ud. pone una regulación, lo que hace es aumentar el costo fijo y solo lo pueden enfrentar empresas de determinado tamaño. Eso impide que las empresas pequeñas puedan entrar en el mercado" (...). "Y lo primero que hay que resistir son nuevas regulaciones. Pero nadie dice al final las cosas como son. Muchas veces las mismas empresas piden regular" (en el lenguaje de Javier Haedo, piden que le aten la vaca). "A las empresas grandes les conviene que se regule porque con eso evitan que las chicas se les metan por el costado. Y las burocracias encuentran al final -en las regulaciones, en las leyes, en las resoluciones y en los decretos detallados- su razón de ser. Contra eso debemos dar la batalla".
La discusión sobre el modelo de país es puro bla bla bla, hasta que no se especifica quién o quiénes van a tener la vaca atada. El mejor modelo de país es el que tiene menos vacas atadas.