Sopermi chochamus
			
			En el feca de la esquina se encuentran los creadores de hablar al vesre, los chochamus de toda la vida 
       
 Cuando los  comuñes  de la Real Academia Española se enteren de esto no  les va a entrar en la  zabeca , se les va a volar la  capelu  y se van a quedar  dolapes
			
				En el feca de la esquina se encuentran los creadores de hablar al vesre, los chochamus de toda la vida 
       
 Cuando los  comuñes  de la Real Academia Española se enteren de esto no  les va a entrar en la  zabeca , se les va a volar la  capelu  y se van a quedar  dolapes .  Arafue  puede parecer raro, pero  atroden  es una tradición que se remonta a la mitad del siglo XX. Hay que ir hasta los  riobas , donde hablar al  vesre  era común entre los tangueros, que se hacían los  cheroncas  delante de alguna  biarru  (bueno, en general, delante de cualquier  nami ). Alcanza con cerrar los ojos e imaginar esas esquinas porteñas en noches de  ofri , apenas iluminadas por la luz que salía de un  cheboli .  Y ahí, en la  lleca , de  dorapa  al lado de un buzón , un compadrito con las manos en los bolsillos de los  lompas  mataba el tiempo sin un  sope  encima y más solo que un  rope . Pasaba el rato hasta que un  rati  le decía que se fuera. A veces se encontraba en algún  feca  con un  gomía  y hablaban de esa pasión que era el  gotán . Compartían un  chegusán , un  novi  y después cada cual se iba al  breso . Un novi totin es ideal para compartir con gomías  
 Hablar al  vesre  era una práctica habitual que se podía encontrar más que nada en algunos sectores humildes de la población, porque no se iba a esperar esta forma de hablar de un  tordo .  Nadie que en su vida hubiera agarrado un  broli  hubiera sido capaz de hablar así.  Sin embargo, no sería extraño que quizás en las reuniones de los  chochamus  más de uno, estando un poco  choborra  entre  zapi  y  zapi ,  se refiriera a su  jermu  como la  jabru .  Ojo, que quizás ellas tampoco se quedaban atrás al hablar de sus  dorimas , porque más de uno se debía creer un flor de  choma  pero en realidad era un terrible  chobi .  En fin, quizás entrar en esos  bolonquis  no suma y encima es un  driobo . 
 Sería espectacular pensar que hablar al  vesre  es un invento argentino, pero hay que saber que los  yoruguas  también lo hacen. Y entre los extranjeros que llegaron al país por aquellos años, algunos italianos adoptaron estas formas, pero los  yoyegas  no tanto. Así que decir lo contrario es puro  tocuen . Lo que sí es cierto es que los argentinos adoptamos esta forma de hablar como estilo de vida y todo el país está al  vesre . ¿Cuántas veces se ha visto que el  rocho  es  gomía  del  naca ? ¿Y que cualquier  yosapa  se cree un gran  troesma ? Ni hablar de cada  logi  que piensa que es un  langa  y está subido al  llobaca .  Peor es lo que pasa en el fútbol, donde en todos los  dopartis  se ve a cada  tomuer… En el fútbol hay cada tomuer que se cree habilidoso...  
 Sin embargo, esta tradición -que muchos adoptan desde la cuna hasta el  jonca - motivó a que los de  arafue  pongan los ojos en nosotros.  En 2023, un estudio hecho por la Universidad de Cambridge -que al parecer está bastante al  dope - descubrió que no importa en qué orden se encuentren las letras de una palabra siempre y cuando la primera y la última estén en el lugar apropiado.  Entonces el lector puede darse cuenta de qué está leyendo pese a que el desorden esté presente. El mismo informe dice que, en las palabras largas, es fundamental que las vocales estén en idéntico lugar para que la lectura sea más sencilla. Pero eso es relativo, porque si uno es itneilgnete puede entender las palabras sfiucientenmete largas, tampoco es misión ipmsoible.  Dciho de otra froma y sin ánimos ánioms de mnadarse la prate ni de ofenedr a ndaie, se puede dceir que los agrneitnos estamos preparados para que el lneguaje, tal como se lo conoce, se desacomode por cmopleto.  O sea que un día los dairios, los lbiros y hasta las promociones del surepmeracdo pueden estar ecsritas en cualquier orden, incluso al  vesre , y los agrneitnos lo vamos a entender igual porque la vida nos preparó para eso. Una prueba más de que el desorden es un invento argentino. Traigan diccionarios, desorden sobra.