Abril, libros mil

Alegra saber que se está desarrollando con variadas actividades el Mes del Libro. Toda difusión de la cultura es meritoria. Desde la primera feria del libro en el Parque Forestal, en 1981, se advierte un creciente desarrollo de la actividad. "Los lanzamientos de libros se han multiplicado -me dice Jonathan- y con Enrique Lafourcade alcanzaron un nivel superior".
Imposible no recordar sus espectáculos. Uno de los más grandes fue cuando presentó su libro "Adiós al Führer". Llegó mucha gente esa tarde a la Plaza del Mulato. Al entrar, el poeta Floridor Pérez me vaticinó: "Se teme lo mejor". Afuera, en la calle Lastarria, jóvenes neonazis protestaban. El acto se atrasaba. Lafourcade, nervioso, tomó el micrófono y pidió salir del recinto. Nadie se movió, pensando que era parte del show , pero luego circuló el rumor de una bomba y todos salimos. Al final, no hubo bomba, pero hubo harto revuelo y comentarios. El escritor, una vez más, cumplía su objetivo.
-Lo más increíble -le digo a Jonathan- ocurrió cuando se lanzó un libro de chistes de Carlos Helo. Fue un mediodía en la piscina del cerro San Cristóbal que, como no era temporada, estaba vacía. El libro no llegaba, pero, como había un regio cóctel, nadie protestó. De pronto, de un avión en vuelo, saltaron dos paracaidistas. Revolotearon sobre nuestras cabezas y, ante el asombro general, terminaron dentro de la piscina. Se despojaron de sus paracaídas y, de sus mochilas, sacaron los libros esperados. Percy -dibujante creador de Pepe Antártico- dijo: "Pensé que eran 'paracaidistas' que venían al cóctel".