Contumacia, riesgos y manipulaciones
Enfrentado a una posible derrota, cabe presumir nuevas manipulaciones por parte de Nicolás Maduro para mantenerse en el poder.
Mientras crece el aislamiento del régimen venezolano y se repiten encuestas que anticipan su derrota en los comicios presidenciales del próximo 28 de julio -fecha conmemorativa del natalicio de Hugo Chávez-, Nicolás Maduro insiste en perpetuarse en el poder. Esta sería su segunda reelección. La anterior fue declarada fraudulenta y no reconocida por 51 países.
Los electores deben marcar, en el voto electrónico, la fotografía del respectivo candidato, la que se repite en la cédula según el número de fuerzas políticas que respalda a cada uno. Así, el Presidente Maduro se repite 13 veces; en tanto, el principal postulante opositor, el diplomático de 74 años Edmundo González Urrutia, solo aparece tres veces.
Sin participación política previa, el desconocido y retirado embajador fue nominado por la Mesa de Unidad Democrática, en alianza con otras dos coaliciones, luego de que la líder opositora, la muy popular María Corina Machado, fuera inhabilitada para desempeñar cargos públicos por 15 años. Sanción ilegal, repudiada por todos los gobiernos sudamericanos, la OEA y la Unión Europea.
Las encuestas muestran en primer lugar a González, con sobre el 46% de las preferencias, contra entre un 22% y 20% para Maduro, quien hace un año contaba con el respaldo del 30%.
Ante la posible derrota, el gobierno concentra sus esfuerzos en atacar a González. Cabe presumir que recurrirá a maniobras presuntamente legales o, simplemente, a falsear los resultados de las urnas, como Maduro lo hiciera en dos oportunidades.
Desde luego, se obstaculiza la inscripción en los registros electorales a los cerca de siete millones de expatriados venezolanos, principalmente en Estados Unidos, Colombia, Perú y Chile. Corina Machado declara que apenas unos seis mil han logrado registrarse en los consulados. El régimen teme que, al haber emigrado como consecuencia de los abusos de poder y la grave crisis económica venezolana, en su gran mayoría votarían contra Maduro.
Negociada como condición para la reducción de las sanciones económicas de Estados Unidos según el Acuerdo de Barbados, la elección del 28 de julio puede ser decisiva para la economía y estabilidad de la disfrazada dictadura. El cambio de posición de Argentina, con la llegada del Presidente Milei, y los nuevos pronunciamientos de los hasta ahora relativamente simpatizantes presidentes Lula de Brasil y Petro de Colombia, que han manifestado observarán con atención el proceso y esperan este sea limpio, complican aún más la posibilidad de que Maduro logre mantenerse en el poder con manipulaciones fraudulentas.