‘Tijera’ fiscal le pone presión al reajuste en tarifas de peajes

Tras casi dos años, el decreto 050 de 2023, que congeló la subida de las tarifas de los peajes ese año, aún tiene presionada la caja del Gobierno. Si bien aunque subió para 2024 el IPC de 2022, que debía ser subido en 2023, el Estado aún no ha hecho el alza del IPC de 2023, correspondiente al porcentaje de este año, que era de 9,28%. Se esperaba que el reajuste fuera el día de ayer, según un borrador de decreto publicado a final del año pasado, lo que pondría fin a las consecuencias de este gasto fiscal, pero pese a ello y en medio de la crítica situación de caja de Gobierno, el aumento no llegó. Según el Ministerio de Transporte, esta fecha no fue un compromiso hecho por el Ministro, y en sus palabras aún se está trabajando de la mano del Ministerio de Hacienda para estipular cuándo sería el mejor momento para realizar este reajuste. Esta discusión se convierte aún más retadora teniendo en cuenta el recorte en el gasto público del sector transporte que deja a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) con un poco más de $500.000 millones para inversión. De no subir los peajes, se crearía un déficit de $440.000 millones (lo que dejaría de percibirse en las casetas de la ANI y del Invías a fin de año), según cálculos de la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) a comienzo de año. Esto generaría una obligación fiscal adicional para el Estado, comprometiendo recursos que podrían ser usados en otros sectores, señalan expertos en la materia. A esta presión financiera se suma la insistencia de las concesiones, y en general del sector de obras civiles, quienes han manifestado la necesidad de ajustar esta subida lo más pronto posible, lo que no solo alivianará la presión en la caja del Estado, sino que dará, en sus palabras, un mensaje de tranquilidad a los inversionistas y la banca, nacional e internacional. Para Juan Martín Caicedo, presidente de la CCI, "existe la imperativa necesidad de que se actualice la tarifa de los peajes que está pendiente, porque nosotros tenemos una responsabilidad con quienes nos financian, porque tenemos que darles también un parte de tranquilidad a los inversionistas. Nosotros tenemos entre los socios de las concesiones viales representantes del mundo entero. El referente de Colombia es muy importante. El Banco Mundial ha señalado el modelo de concesiones de Colombia como uno de los modelos más exitosos del mundo entero. Lo que de alguna manera está funcionando bien, preservémoslo y conservémoslo y mantengámoslo", explica. Cuestión de confianza Para el gerente de Covipacífico, a cargo de Autopista Conexión Pacífico 1, Mauricio Millán, el aumento en los peajes afianza la relación de los flujos de inversiones, lo que es muy importante en todos estos proyectos, pues la generación de esa confianza permite que un proyecto que se pueda financiar a largo plazo. "La posibilidad de ajustar el peaje no solo le genera recursos a las concesionarias, sino también le genera confianza a los financiadores en relación con que es una fuente confiable que permita una financiación muy grande de una infraestructura que es de largo plazo. La mejor señal que se puede dar a los financiadores es que efectivamente se puedan normalizar los ajustes del peaje y siga siendo una fuente confiable para la financiación de la infraestructura", dice. Santiago Pérez Buitrago, gerente general de la concesión Pacífico 3, explica que justamente esa confianza sobre el cumplimiento en las reglas de juego, les ha permitido mantener este modelo pese a las dificultades financieras. "Estos son proyectos de largo plazo, 25 años, razón por la cual se necesita que las reglas del juego que se plantearon hace 10 años se cumplan. Para poder ejecutar estos proyectos se tuvo que acudir al mercado para obtener la financiación y esa financiación está atada a las condiciones del contrato de concesión. Por eso, el cambio en las reglas de juego resulta muy complejo y lo que requerimos es seguridad jurídica", manifiesta. Justamente esa seguridad jurídica, en sus palabras, fue lo que hizo que el modelo concesionado fuera aceptado por la banca internacional, siendo un compromiso a largo plazo. "El respeto a las definiciones que en materia de peaje involucra, no sólo mantener las casetas de peaje establecidas previamente, sino la actualización anual y que se respalden estos proyectos con las vigencias futuras. Esos son unos compromisos que cuando fuimos a la financiación eran hechos que no podían modificarse porque significa que no se estaría cumpliendo con todo este esquema que se organizó para sacar las vías de cuarta generación adelante. Por eso para nosotros es fundamental garantizar la seguridad jurídica y la confianza de inversiones", agregó. Gustavo Bernal, gerente general de la concesión Pacífico 2, La Pintada, resaltó que de subir los peajes, se relajaría un poco las finanzas del Estado, esto no solo impacta su bolsillo, sino a su vez, sería una conducta democrática para todos los colombianos. "Cuando el Estado no sube los peajes tiene sus razones, y las concesiones están siendo compensadas. Sin embargo, es muy duro para el Estado mantener esa condición; en algún momento hay que hacer el alza completa. Esto es democracia y quien paga el peaje es el que usa la vía, quien no usa la vía no paga el peaje, pero si no se suben los peajes terminamos pagando todos los colombianos", indicó.