Domingo, 09 de Febrero de 2025

Autoritarismo: fórmula del fracaso

ColombiaEl Tiempo, Colombia 1 de agosto de 2024


Eduardo Behrentz
El reciente fraude en las elecciones de Venezuela es un recordatorio, tan cercano como doloroso, de los grandes peligros del autoritarismo


Eduardo Behrentz
El reciente fraude en las elecciones de Venezuela es un recordatorio, tan cercano como doloroso, de los grandes peligros del autoritarismo. A lo largo de la historia moderna, estos sistemas han demostrado ser una receta segura para el abuso de autoridad, la falta de libertades, la corrupción rampante y, por supuesto, la miseria de los pueblos. El libro Por qué fracasan los países (Acemoglu & Robinson) incluye una interesante discusión acerca de la correlación entre tipo de régimen político y desempeño económico, destacando que las democracias están mejor capacitadas para generar ecosistemas empresariales robustos. Esto debido, entre otros, a su mayor tendencia a la innovación y la rendición de cuentas, así como a la capacidad de generar confianza para la inversión local y extranjera. Un ejemplo claro y ampliamente conocido de esta realidad es el contraste entre Corea del Norte y Corea del Sur. Desde su división después de la Segunda Guerra Mundial, el país del norte siguió el camino autoritario, mientras el del sur logró una democracia en creciente consolidación. El resultado después de unas pocas generaciones es impresionante. El PIB actual de Corea del Sur es unas 70 veces mayor que el de su vecino. Esto a pesar de provenir del mismo origen y compartir la misma cultura milenaria, la misma raza y similar geografía. Volviendo al trágico ejemplo contemporáneo de Venezuela, el chavismo cuenta con el triste legado de haber destruido el aparato económico, el tejido empresarial y el capital social de un país que en su momento llegó a ser uno de los cinco más ricos del mundo según su PIB per cápita. Más aún, Maduro logró lo impensable. Desde su llegada al poder en 2013, el PIB de Venezuela se ha reducido en 80%. Esta es la peor contracción de la historia reciente para un país que no se encuentra en medio de un conflicto armado. Esto significa que, según una de las principales métricas de desempeño económico, Venezuela ha contado con el peor gobierno del mundo en el Siglo XXI. Mientras el chavismo llegaba al poder en 1999, Venezuela era el tercer mayor exportador de petróleo de la OPEP, con una producción de unos 3,5 millones de barriles diarios. Después de 25 años de corrupción, mala gerencia y uso político de los recursos petroleros, la producción se encuentra bien por debajo del millón de barriles diarios (una caída de más del 75%), siendo similar a la producción actual de Colombia. En resumen, el régimen socialista y autocrático de Venezuela (que algunos añoran para Colombia) ha sido sinónimo de pobreza, hiperinflación, diáspora de talento, éxodo masivo, destrucción del sistema educativo, escases de medicinas, y muchos otros etcéteras. Que la terrible crisis que vive el pueblo venezolano no continue ni que tampoco se extienda a otros países de la región. Como bien dice el Banco Mundial: la democracia y el estado de derecho son piezas fundamentales para el desarrollo y prosperidad de las naciones. Debemos desconfiar de cualquiera que pregone lo contrario.
Analista.
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