El rey desnudo

Andrés Barreto González
Petro sigue un rumbo desconocido para el país, pero al parecer claro en su peculiar agenda. Hasta hace poco el país estuvo parado por los transportadores, quienes protestaban por las alzas en los precios de los combustibles, consecuencia del fondo de estabilización y de una política de subsidios por décadas. Sin embargo, el presidente no tuvo problema en culpar al gobierno Duque, sin mencionar las variables del estallido social - del que Petro fue copartícipe - y de una pandemia global. Esto es otra muestra de que el mandatario no solo, a más de dos años de su gobierno sigue culpando al pasado de su falta de gestión y ejecutorias, sino que, a su estilo, aduce medias verdades, mentiras, confrontación, pugnacidad y oposición, así, genérica, oposición de todo y para todo, incluso de su mismo gobierno por paradójico que suene. El Gobierno del Cambio llegó para improvisar y destruir, además de los pésimos nombramientos en el gabinete y demás cargos ejecutivos y diplomáticos, es un gobierno sin comunicación interna, sin planeación, y con un estilo lenguaraz y destructor, otra triste revelación de que esa pandemia en donde salíamos a aplaudir, nos solidarizábamos con el vecino, con el enfermo, no nos dejó ninguna lección y más bien catapultó un líder negativo y matoneador. El senador, Jorge Enrique Robledo, opositor de altura y argumenta do, en reciente entrevista en la Revista Semana hacía una inmejorable semblanza de lo que es Petro: megalomanía, caprichos, vanidades y poseedor de un ego insuperable en donde cree estar llamado para un destino superior y pasar por encima de lo que sea, en especial de la ley. Como en el cuento de Andersen, Petro es el único que cree llevar un traje y corona que no existen, esto lo ha hecho creer que es un líder global, que es un gobernante excepcional y que es el gran transformador de Colombia, cuando en realidad su legado será la pérdida de años de tecnocracia, el atraso en sectores clave, y el caos económico, social y de calidad de vida de los colombianos. El traje inexistente de estadista ya empieza a ser evidente, los resultados de Sabemos, encuesta de YanHass para el Instituto de Ciencia Política, revelaron que el 72% de los colombianos no confían en Petro, solo el 29% aprueban su gestión, el 67% clama por mayor estabilidad y menos timonazos, el 48% cree que sus funcionarios son inexpertos, y el 91% sigue aduciendo que el principal problema a combatir en el próximo gobierno es la corrupción, si, esa misma carreta sobre la que Petro edificó su campaña, bastante cuestionada por demás. Petro está desnudo y en evidencia, ojalá pronto logre confeccionar así sea una agenda de transición, y que en el 2026 alguien logre unir a esta nación, trabajar por este país, y llevarnos a los índices de prosperidad y calidad de vida que tanto anhelamos.
Director General De la Espriella Lawyers.