Jueves, 19 de Septiembre de 2024

"El amiguismo, el nepotismo y el pituto ya son parte de esta administración, y no como casos aislados"

ChileEl Mercurio, Chile 18 de septiembre de 2024

El académico afirma que con la nominación de Diego Vela en la misión ante la OCDE, el Presidente Boric vuelve a poner en tela de juicio lo que prometió en su campaña.

José Francisco Lagos (30), director ejecutivo del centro de estudios Res Publica, se describe en la red social Instagram como "institutano" (es decir, exalumno del Instituto Nacional) y puentealtino.
Cuando él estaba en enseñanza media, quienes serían las principales figuras del Frente Amplio se posicionaban como dirigentes universitarios. Y hoy, al analizar la polémica del caso de Diego Vela, expresidente de Revolución Democrática y cercano al mandatario Gabriel Boric, a quien nominaron en un puesto en la misión ante la OCDE, moviendo de su lugar a otra profesional, dice que "cometieron un error en una doble dimensión".
El abogado de la U. Católica y magíster en Estudios Políticos afirma que "el Presidente de la República lamentablemente de nuevo pone en tela de juicio lo que supuestamente venía a cambiar con su propuesta de gobierno. El amiguismo, el nepotismo y los pitutos han terminado siendo parte de esta administración y ya no como casos aislados. Por algo se ha vuelto a recordar esta imagen que tiene en su campaña diciendo 'no más pitutos', que aparentemente contenía una letra chica que hemos visto con bastante frecuencia".
Paralelamente, afirma que "por parte de Diego Vela también hay un error, ¿cómo va a estar dispuesto a aceptar un cargo para el que no tiene las competencias necesarias, sacando a una persona más capacitada? Hay una dilapidación del capital político pocas veces antes vista, por eso ni aun en el oficialismo defienden el nombramiento".
-Usted se formó en la educación pública. ¿Qué señal cree que se le da a la gente respecto a la meritocracia con casos como este?
-Se da una muy mala señal, así como también ocurrió con el caso de Javier Velasco en la Embajada en España; Beatriz Sánchez en la Embajada en México, o Susana Herrera en la Embajada del Reino Unido. Porque finalmente da cuenta de que acá hay una política sostenida en torno al pituto y la falta de mérito. Además de esto, creo que hay una visión ideológica que se entrecruza: son especialmente los sectores del Frente Amplio (FA) y la izquierda más refundacional que no ven un valor en el mérito como motor de movilidad social. Por eso fueron los ataques constantes a la concepción misma de los liceos emblemáticos al pretender eliminar la selección y tolerando la violencia que se producía en sus comunidades.
-Siendo estudiante pudo ver el desarrollo de la generación de líderes estudiantiles que terminó formando el FA y que llegó a La Moneda. ¿Qué lo distanció de esa visión?
-Desde que estaba en el Instituto Nacional y me tocaba asistir a las asambleas estudiantiles pude observar cómo la discusión educacional no era más que un trampolín o el escenario de turno de una disputa ideológica más grande y ajena a lo propiamente estudiantil. No por nada en las discusiones se partía por las formas en que había que movilizarse y el último punto en la tabla era por qué movilizarse. De hecho, los petitorios se hacían una vez que ya había empezado el paro o la toma. Eso mismo pude verlo en la universidad y en las discusiones con los líderes estudiantiles, y finalmente quedó demostrado cuando esa misma generación llegó al gobierno. Creo que este ha sido el gobierno más indolente con los problemas en la educación: problemas de infraestructura, calidad, ausentismo, deserción. Lo que demuestra que lo educacional era un escenario más de una pelea ideológica.
-¿Cómo queda, en su opinión, esta generación de líderes frente a la ciudadanía tras este tipo de casos?
-Me parece que el clivaje más relevante en este caso no es el puramente generacional. Los que quedan trastocados en su influencia y en su imagen pública son aquellos que estando en la oposición pontificaron respecto a cómo se debía gobernar; se pusieron en una altura moral distinta a todos los demás y resultaron ser iguales o incluso peores. De esto no solamente queda claro, a propósito del amiguismo y los pitutos, sino que por ejemplo desde el punto de vista de la transparencia, en el caso Convenios y, desde el punto de vista político, lo que hicieron en el proceso constitucional. En todo eso, no solamente los acompañaron personas de su generación, sino también otros que tuvieron la misma visión.
-Hoy se discute desde el Gobierno su promesa del fin del Crédito con Aval del Estado (CAE). ¿Cuál es su análisis de esa iniciativa?
-En primer lugar, creo que, en buena hora, se trata nuevamente de una promesa incumplida por parte del Gobierno. La promesa irresponsable de la condonación al CAE generó una expectativa que nos tiene pagando las consecuencias a todos los chilenos. La morosidad de este crédito aumentó sostenidamente desde que llegó Gabriel Boric. Por otro lado, creo que -por lo que se ha conocido hasta ahora- ya se han asentado ciertos principios que no podría omitir una propuesta de estas características, a pesar de la irresponsabilidad inicial del Gobierno. Como por ejemplo, que quien puede pagar tiene que hacerlo; que el criterio siempre tiene que ser socioeconómico y que no podemos seguir gastando más recursos en educación superior si es que aún hay jóvenes que ni (...) sueñan con entrar a ella, o niños que no pueden asistir a una sala cuna o jardín infantil por falta de cupos. Me parece que la insistencia con esta iniciativa tiene que ver mucho más con contentar a un posible electorado, que paulatinamente se ha ido alejando de las posiciones del Gobierno, que de mejorar la educación en Chile, dado que una política como esta no solamente es regresiva, sino que también tiene un nulo impacto en la educación.
-¿Qué incidencia cree que puede tener levantar esta propuesta en medio de la campaña electoral?
-Creo que depende de varios factores: uno de ellos es cómo queda la propuesta del Gobierno mismo. A todas luces, por lo que conocemos hoy, será algo distinto a la promesa original que hicieron antes de llegar al poder. Lo segundo es que sería impresentable para alguien como Mario Marcel, que ha dicho una y otra vez que un "pacto fiscal" sería para mejorar la salud, la educación o la seguridad, por nombrar algunos de los temas que ha mencionado el ministro, (que) finalmente los recursos sean destinados a una política como esta. Por eso lo que queda en duda es cuánto movilizará al público proclive al oficialismo, que ha seguido apoyando al Gobierno, pero sin ganas y por pura inercia. Hoy el CAE, en los hechos, está condonado en su pago, si las personas que se verían beneficiadas ya no están pagando, difícilmente esa medida podría resultar movilizadora.
''Se da una muy mala señal (con el caso de Vela), así como ocurrió con Javier Velasco en la Embajada en España; Beatriz Sánchez en la Embajada en México, o Susana Herrera en la del Reino Unido".
''Son especialmente los sectores del Frente Amplio y la izquierda más refundacional que no ven un valor en el mérito como motor de movilidad social. Por eso fueron los ataques constantes a la concepción misma de los liceos emblemáticos".
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