La negociación y la grieta
Dr
Dr. Edison González Lapeyre | Montevideo
@|He apreciado, con particular satisfacción, la postura del senador electo Pedro Bordaberry de considerar personalidades del Frente Amplio para el desempeño de determinadas responsabilidades de gobierno, en el caso que la primera magistratura del país le corresponda al Dr. Delgado.
Bordaberry, con este planteo, pone en evidencia, una vez más, sus condiciones de estadista generando puentes que reduzcan la grieta que separa a los orientales y que nos permitan resolver algunas cuestiones que afectan a nuestra sociedad.
Creo que ese es el camino que la dirigencia política debe recorrer cualquiera sea el resultado del acto electoral del próximo 24 de noviembre. Es indispensable construir puentes para atravesar la grieta que separa ideológica y políticamente a la ciudadanía de nuestro país y ello refiere a no descartar a nadie que se considere más capacitado, cualquiera sea su filiación política; pero implica, además, el generar ámbitos de diálogo y, eventualmente, de negociación para resolver los problemas más acuciantes que afectan a la República Oriental del Uruguay.
Creo que existe un claro consenso en la necesidad de combatir, con eficacia, la criminalidad y el narcotráfico, la pobreza infantil, el de generar más fuentes de trabajo incentivando las inversiones, el desarrollar el riego como herramienta de mejoramiento de la productividad agropecuaria, el de abrir nuevos mercados para los productos nacionales etc. y estimo que será mucho más sencillo para lograr esos importantes objetivos, si todos los uruguayos nos ponemos de acuerdo para alcanzarlos.
Afortunadamente, los dos candidatos que van a dirimir el ser electos para ejercer la Presidencia de la República han sido contestes en establecer que van a gobernar para todos los uruguayos. Pues bien, en ese marco se debe dialogar procurando acuerdos, proyectando soluciones que sean el resultado de la conciliación de ideas y que parta de una premisa fundamental: por encima de los intereses partidarios están los intereses de la sociedad uruguaya, de nuestra querida Patria de la que todos nos sentimos orgullosos de formar parte de ella.
Por otra parte, las cuestiones a dilucidar constituyen, necesariamente, parte de una política de Estado por lo que no pueden estar limitadas, sus soluciones, a un solo período de gobierno y, por ende, requieren continuidad, coordinación y coherencia; como lo relativo a la política exterior del país, los acuerdos de comercio, los procesos de integración, la política portuaria y energética, etc. Es obvio que, en estos casos, con mayor razón, se va a requerir acuerdos y consensos.
Nuestro país es un ejemplo para el mundo por el sistema democrático que impera, por la salvaguardia y respeto a los derechos humanos y por cómo se eligen, en elecciones impecables, a nuestros gobernantes. Ojalá que el que resulte electo el 24 de noviembre, tenga el talento y el coraje necesarios para dialogar y buscar soluciones con los líderes del sector de los que no lo votaron.