Educación técnica tiene varias tareas conjuntas por resolver
Helman Castañeda, asesor de la dirección general del Sena, aseguró que la formación en el caso de esta institución tiene una etapa electiva y una etapa productiva, donde se produce una interacción fuerte con el sector productivo
Helman Castañeda, asesor de la dirección general del Sena, aseguró que la formación en el caso de esta institución tiene una etapa electiva y una etapa productiva, donde se produce una interacción fuerte con el sector productivo. "En la etapa productiva el aprendiz sale a una empresa a continuar su proceso de formación. Ahí el relacionamiento se puede ver de una forma muy interesante. El año pasado logramos llegar a unos 350.000 contratos de aprendizaje. También están vía pasantía, vínculo laboral o proyecto productivo", señaló.
La educación técnica y tecnológica ha venido tomando relevancia en el país, especialmente, porque es un nivel educativo que necesita de un esfuerzo, no solo en Colombia, sino regional, por encaminarse hacia modelos de colaboración entre las instituciones que dictan este tipo de programas y el sector empresarial. Durante el ‘Congreso de Educación Técnica y Artística LATAM 2024’, diferentes actores educativos colombianos e internacionales, discutieron sobre la creación de un entorno en donde el sector empresarial apoye la educación técnica con estrategias de financiamiento y sostenibilidad que puedan garantizar la continuidad y efectividad de los programas educativos. De acuerdo con Eduardo Behrentz, rector de Unigermana y vicepresidente de RedTec Latam, una educación técnica de calidad que esté realmente enfocada a desarrollar las competencias que son armónicas con el contexto macroeconómico del país, con las necesidades de las empresas, es una formación técnica que genera empleabilidad y ayuda a la productividad del país. "Es muy importante que haya una armonía, retroalimentación y participación de parte del sector empresarial en el diseño de los programas nuevos. Esto en Colombia ocurre de alguna manera con el Sena, hay unas mesas técnicas en las que participan empresarios o representantes de diferentes sectores y es clave que ocurra masivamente", dijo. A esto, el directivo sumó que es de importancia que la formación esté basada en competencias que sean reconocidas y valoradas por el mercado de manera correcta con un esquema de remuneración. "El empresario es bienvenido a participar, pero también debe asumir lo que le corresponde y es tener estructuras salariales y de compensación que estén basadas en competencias y no necesariamente en títulos", reflejó. Asimismo, destacó que actualmente hace falta una oferta más especializada a nivel de formación vocacional, en el marco de la vía de cualificación por formación vocacional, que es la que está enfocada a certificados, competencias, saber hacer, oficios, más no a nivel disciplinar genérico como es el universitario. Esto, señala, posiblemente puede ocurrir porque al sistema le falta esa estructura y formación en ese aspecto. Por esto, asume que también falta la parte de regulación, que se espera ocurra pronto en Colombia. "Históricamente la educación para el trabajo, los técnicos vocacionales, no ha sido una cosa en la que las universidades se hayan involucrado mucho. Sin embargo, hay una tendencia relativamente reciente que es positiva y es que cada vez más y más universidades se interesan por lo que uno llamaría la formación técnica", manifestó. Empresas y educación Frente a la colaboración entre instituciones educativas de este nivel y el sector empresarial, Clery Neyra, vicerrectora de transformación y nuevas soluciones en el Instituto Profesional AIEP de Chile, aseguró que desde esta entidad se está buscando que las carreras tengan un vínculo con el empresariado, ya que su objetivo es que haya una inserción laboral. "Trabajamos con la vinculación en el medio y tenemos una relación estrecha con las empresas. Esto lo hacemos a través del fomento de la empleabilidad, la innovación y emprendimiento, el apoyo a pymes y el compromiso comunitario", indicó. A esto sumó que bajo la experiencia de AIEP, tienen diferentes formas de trabajar con las empresas a través de comités institucionales con otros centros educativos. Por otro lado, se encuentran las alianzas estratégicas para atender temas de desarrollo social y económico. También, la participación de redes y comités con mesas de diálogo activas. "Consideramos que el futuro está en innovar el aprendizaje, dando las condiciones para mejorar la calidad de vida de aquellos que buscan la formación técnico y profesional, sin distinción de fronteras", apuntó. Ahora bien, en materia nacional, Víctor Romero, vicerrector académico de ECCI, mencionó que las universidades deberían tener tres visiones fundamentales: formar, transformar y transferir el conocimiento. En ese sentido, el directivo aseguró que la formación técnica debe ser para toda la vida, en donde las personas en formación puedan resolver los problemas coyunturales de un mundo cambiante como el actual. Además, destacó que la colaboración entre universidades y empresas es fundamental para una economía del conocimiento que fomente la innovación y el desarrollo productivo. Agregó que se deben generar aprendizajes relevantes y dar impulso a la innovación tecnológica. "La relación de la universidad con múltiples actores enfrenta un futuro de oportunidades y retos donde la innovación es la clave para una colaboración que impulse el desarrollo entre empresas y sociedades más resilientes y sostenibles", afirmó Romero.