Sábado, 16 de Noviembre de 2024

¿Para qué las artes?

ColombiaEl Tiempo, Colombia 16 de noviembre de 2024

Tres eventos convocaron en octubre a un número importante de personas dedicadas a las artes: en Bogotá, la Bienal Internacional de Artes para la Infancia, impulsada por Idartes; en Envigado, un seminario sobre investigación en prácticas artísticas y culturales organizado por el Tecnológico de Artes Débora Arango, y en Pereira, el Congreso Internacional de Investigación en Educación y Arte, en la Universidad Tecnológica

Tres eventos convocaron en octubre a un número importante de personas dedicadas a las artes: en Bogotá, la Bienal Internacional de Artes para la Infancia, impulsada por Idartes; en Envigado, un seminario sobre investigación en prácticas artísticas y culturales organizado por el Tecnológico de Artes Débora Arango, y en Pereira, el Congreso Internacional de Investigación en Educación y Arte, en la Universidad Tecnológica. Tales agendas muestran un florecimiento de artistas e investigadores que tejen las artes en la educación de las nuevas generaciones. Este es un momento clave para que los ministerios de las Culturas y Educación revisen de nuevo sus políticas públicas, logrando que las instituciones estatales de todos los niveles educativos incluyan las artes. El gobierno de Petro promueve o apoya valiosas iniciativas distantes de los circuitos culturales convencionales, como Sonidos para la Construcción de Paz, residencias, orquestas, coros, festivales y procesos comunitarios que incluyen a niños y adultos de diversas regiones geográficas de Colombia. Sin embargo, la alianza artes-educación exige un cambio en la estructura y características del sistema educativo: el rediseño de los currículos y la pedagogía; también, la vinculación laboral de artistas con el fin de que las prácticas artísticas sean un componente fundamental del trabajo escolar, contribuyan a mejorar la calidad educativa para todo el alumnado de los colegios públicos y cumplan con el ejercicio real de sus derechos culturales. El libro La quinta puerta, de Cárdenas, Fergusson y Villegas, nos recuerda la deficiente calidad de la educación pública en Colombia y cómo esto incrementa las desigualdades. En contraste, muchos estudios demuestran que las artes en las instituciones escolares logran mayor rendimiento académico y disminuyen la deserción. Es clave orientar las artes hacia la "formación estética" de cada estudiante, emprendida como desarrollo vocacional de la personalidad; es decir, cultivo de la sensibilidad y exploración del sentir, lema acuñado por el crítico cultural Martín Barbero, quien exhortó a la escuela a estimular cualquier potencial creativo que cada niño, niña o adolescente tenga. Su consigna es afín a la "experiencia estética" promovida por John Dewey en sus escuelas laboratorios de la primera mitad del siglo XX. María Montessori declaró, ya desde finales del XIX, que la inteligencia se nutre y evoluciona gracias a la actividad de las manos. Su pedagogía juntó el cuerpo con la cabeza. Los sentidos son a la vez conciencia del yo y vías para la comprensión del mundo. La formación estética empieza por estimular las habilidades creativas de los docentes para incorporar su cuerpo y sus sentidos en las clases. A la vez, busca que incentiven capacidades semejantes en sus estudiantes. Los docentes asumen la tarea de sensibilizar y empoderar a niños y adolescentes, alentando su potencial para las prácticas artísticas; pero enfocándose en su desarrollo emocional y cognitivo, no en la enseñanza de técnicas. Debemos promover que las artes se tornen indispensables en la agenda escolar del Estado: canciones, movimiento corporal, lectura expresiva, dramatización, caligrafías, dibujos, cómics, fotografías y películas deben ser tan obligatorios como las materias que se estudian para ganar el año o pasar las pruebas de ingreso a la universidad; pero diferenciando la "formación estética" del tipo de "educación artística" profesionalizante. No hay que entrenar a los escolares para convertirlos en cantantes o bailarines; sino fortalecer sus modos de pensar y hacer creativamente. Artes y artistas en los colegios públicos influirían positivamente en el bienestar emocional de chicos y adolescentes, en su motivación y estilos de aprendizaje; tomando en cuenta sus habilidades socioemocionales se logra el crecimiento de sus aptitudes para pensar y aprender. Con certeza la formación estética mejoraría la calidad de la educación pública; no en aras de medirla con test estandarizados o indicadores internacionales. Sino para que los niños y adolescentes afectados por la pobreza puedan construir un proyecto de vida que les garantice una existencia digna en la estructura social.
La formación estética
Maritza López de la Roche
Abrir espacio para las artes y artistas en los colegios del Estado representaría un avance en la calidad de la educación pública en Colombia.
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