El Guanacasteca vs. Puntarenas vivió dos momentos insólitos este miércoles. En el cuadro porteño consideran que faltó juego limpio.
Quienes creen que el fútbol ya lo ha mostrado todo, claramente desconocen las peculiaridades del balompié costarricense. El enfrentamiento entre Guanacasteca y Puntarenas FC dejó dos momentos insólitos: primero, los jugadores porteños no pudieron ingresar a su camerino durante el medio tiempo, y luego, un zorro irrumpió en la cancha del estadio Chorotega, en pleno partido.
Aunque pueda parecer una broma adelantada del Día de los Inocentes, lo ocurrido fue tan sorprendente como real. ADG se impuso 2-1 en este peculiar encuentro, y aunque el animalito despertó sonrisas e incluso pudo ser visto como un amuleto de suerte para los locales, los chuchequeros terminaron molestos.
Durante el descanso, el equipo visitante se vio obligado a quedarse fuera de su vestidor y recibir las indicaciones técnicas en la sala de prensa. Según el club, el camerino había sido rociado con un químico, posiblemente cloro o desinfectante, que emitía un olor tan intenso que provocó molestias en algunos jugadores.
"No sé quién tomó la decisión, pero al llegar al camerino en el medio tiempo no podíamos ni entrar, el olor era insoportable. Tuvimos que improvisar y ajustar rápido en otro espacio. Esto va más allá de la incomodidad, porque no se dio un juego limpio, pero no quiero que suene a excusa por la derrota", declaró César Alpízar, asistente técnico de Puntarenas.
El incidente podría tener repercusiones, dependiendo de lo que incluya en su informe el comisario Warner Acuña.
Por otro lado, el zorro se robó el show en el minuto 85, cuando el marcador estaba empatado 1-1. Guanacasteca, necesitado de sumar tres puntos para mantener vivas sus aspiraciones de clasificar, encontró el tanto de la victoria tras el curioso episodio. Steven Williams, quien se encargó de perseguir al animal hasta que salió del terreno de juego, marcó el gol decisivo apenas tres minutos después, en el 88′.
Sin duda, Williams recordará este peculiar momento: primero expulsó al inesperado visitante y luego desató la alegría de los locales con el gol del triunfo.