"Lo que dicen de mí es: o que vengo de afuera o que no sabían que era de Nacional o que nunca fui a una asamblea. Nadie dice que no estoy preparado", aseguró el candidato a presidente.
A los 67 años, el publicista Ricardo Vairo va por la oportunidad de su vida, que, dice, siempre ha estado "atada" a desafíos. Estuvo 12 años en la Federación Uruguaya de Basketball (FUBB), durante 10 fue presidente de la Liga, se convirtió en el único uruguayo en presidir la Confederación Sudamericana y el año pasado se jubiló de su empresa para, ahora, subirse al barco de Flavio Perchman.
Hoy, aparece como la opción que le puede pelear la elección al oficialismo. Asegura que el "9" es el empresario, pero está convencido de que su experiencia lo dota de credenciales para convertirse en el próximo presidente de Nacional: "Estoy orgulloso porque lo que dicen de mí es que vengo de afuera o que nunca fui a una asamblea; nadie dice que no estoy preparado".
Amablemente, recibe a Ovación en su apartamento, en la zona de Parque Rodó, e inicia una larga recorrida hacia el pasado que se remonta a la década de 1970, cuando se hizo socio del club y su currículum ya daba pie al actual perfil empresarial que muestra.
-Trabajaste muchos años en multinacionales. ¿Un club se debe de manejar como una empresa?
-Entré a los 18 años como ayudante en un camión de Philips, una multinacional líder en el mundo, y pasé por todos los cargos que te puedas imaginar. Después, abrí mi propio emprendimiento cuando tenía 33 años. Creo que las instituciones deportivas tienen que tomar cosas de lo empresarial, pero hay que tener cuidado. El accionista de una empresa lo que busca es ganar dinero y los resultados son económicos. En el caso de una institución como Nacional, el accionista lo que quiere es triunfo, resultados y títulos. Por lo tanto, lo económico-financiero pasa a ser un medio para lograrlo, sin descuidar al dueño, que es el socio.
-¿Alguna vez quisiste o te imaginaste ser presidente de Nacional?
-Siempre lo mío fue animarme. Soy orgullosamente doloreño y me vine muy chico a Montevideo porque trasladaron a mi padre, que trabajaba en Ancap. Fui presidente de Welcome. De ahí me fueron a buscar de la Federación (Uruguaya de Basketball). Estuve seis meses en la mesa de la Liga y al otro año ya fui presidente y secretario general de la FUBB por cuatro años, antes de presidirla. Te digo esto porque muchos dirigentes de fútbol no aguantarían ni seis meses en la Federación. Tener la posibilidad de ser presidente de Nacional es lo más alto a lo que uno puede aspirar como nacionalófilo. Se produjo en un momento en el que estaba muy cómodo, con un cargo internacional importante (presidente de la Confederación Sudamericana de Basketball), pero me di cuenta de que en mi vida siempre he tenido desafíos.
-Desde el oficialismo marcan que son credenciales más adecuadas para una comisión de básquetbol que para la presidencia del club.
-Es una visión medio minimalista. Supongo que es porque mi historia en el deporte está ligada más al básquetbol. Yo he presidido la Federación, que rige los destinos del básquetbol en todo el Uruguay, o sea que engloba todo el deporte. Creo que la experiencia da para mucho más que una comisión.
-¿Y solo con experiencia creés que alcanza?
-Hay cuatro condiciones que tiene que tener un presidente. Una es el liderazgo: tenés que tener claro que no podés saber de todo. Puedo no saber de fútbol y estar en una institución de fútbol, pero tengo que mantener la capacidad de liderar. La segunda es la capacidad de gestión: tener claro qué objetivos tenés, qué estrategias vas a desarrollar y qué acciones. La tercera es la capacidad de generar equipos: ya no hay invidualidades como las de antes en el fútbol; hay que saber rodearse de gente mejor que uno en todas las áreas. Y la cuarta es la capacidad de supervisión: delegar, fijar objetivos y dejar que trabajen, pero estar arriba de todo.
-¿Se puede ser presidente sin saber de fútbol?
-Por supuesto que se puede. Pero no es que yo no sepa de fútbol; tengo 60 años viendo. Cuando digo "saber de fútbol" me refiero a conocer bien a fondo el tema. Ahí tenés que tener a alguien que sepa muchísimo más que vos, como Flavio (Perchman).
-Has señalado que Nacional es un club presidencialista. ¿Es compatible eso con el hecho de que las decisiones deportivas las tome Perchman?
-Las decisiones deportivas implican también decisiones económicas y todas las áreas tienen que estar interconectadas. Flavio va a tener el 100% de mi confianza. Si tenemos a una persona que hace 25 años conoce todas las aristas de esto y está dispuesto a dejar todo para dedicarse a Nacional, seamos pragmáticos: no nos quedemos en la chiquita. Todos estamos de acuerdo en que Nacional necesita una renovación y creo que tenemos el diferencial. El 9 es Flavio.
-¿Qué pasa si el día de mañana tiene que negociar la renovación de Gonzalo Petit u otro jugador de la que era su empresa? ¿Él negociaría con su hijo?
-Está hablado. En los casos donde pueda haber cierta relación conviene que él quede por fuera. No es que no confiemos, pero ahí tenemos a Alex Saúl, un empresario exitoso que estuvo seis años en la época de (Ricardo) Alarcón, donde fue el encargado de las contrataciones y las ventas. Creo que las mejores ventas de los últimos años han sido con él a la cabeza. Y yo estaré con él.
-Proponen juntar a 40-50 socios que pongan US$ 100.000 cada uno para un fondo de US$ 4-5 millones que sirva como base operativa para 2025. ¿Cómo se condice esa iniciativa con la que planteaste el día del lanzamiento de la lista 8 de bajar el 50% del pasivo en tres años?
-Siempre diferencio entre lo que es el deber ser y el ser. Nacional necesita un flujo de caja para poder arrancar el año que viene. Necesitamos algo de dinero porque estamos perdiendo jugadores por no tener la capacidad de invertir. Puede hacer un poco de ruido, pero tiene una explicación, que es que necesitamos un flujo de caja para un año que va a ser muy difícil porque seguiremos sin tener los ingresos de la televisión. Es verdad que Nacional está ordenado, pero sigue teniendo un pasivo bastante por encima de lo que son los ingresos y esas líneas son riesgosas. No es que Nacional vaya a dejar de existir, pero te acorta la posibilidad de tomar riesgos. Si tenés una deuda grande, necesitás, por lo menos mentalmente, ponerle foco en que la vas a achicar generando ingresos mayores y haciendo una re-ingeniería de institución muy grande. Para empezar todo eso, necesitás un flujo.
-José Decurnex dijo que así le cobren un pequeño interés a Nacional, a la larga generará más pasivo.
-También estamos pagando US$ 2,3 millones de intereses por año... Tenemos que poner un objetivo, que tal vez sea difícil de alcanzar, pero que tiene que ser a lo grande. Si yo digo el 50% del pasivo, capaz que llego al 30%. Pero si digo el 10%, me quedo en la nada. Creemos que es posible si pasan ciertas cosas, como tener un ingreso extra de la televisión, vender mejor y generar más socios. Lo que necesita Nacional es volver a vibrar un poco. Está adormecido y las instituciones que no vibran, no crecen.
-Pero cualquier hincha te puede llegar a decir: "Si prometés bajarme el pasivo a la mitad, cumplime".
-Y tienen el derecho a decirlo. Nosotros queremos presentarle al socio el plan de trabajo para que cuando lleguen los tres años nos evalúe por lo que dijimos que íbamos hacer, cosa que no pasa nunca. En una empresa se mide así. Me puedo plantear objetivos racionales, que sé que con poquito esfuerzo los logro. O puedo ilusionarme con ser campeón de la Libertadores, aunque sé que va a ser muy difícil.
-Alex Saúl en Pasión Tricolor dijo que a Sebastián Taramasco lo iban a resignar para un cargo en juveniles. Vos le dijiste a Ovación que no iba a seguir. Perchman, cuando habla sobre el tema, garantiza que dejará de ser el gerente deportivo y no es claro sobre su futuro. ¿Qué pasará con él?
-Es un tema delicado. A nosotros no nos gusta hablar de personas . Creemos que el socio nos tiene que elegir por cómo vamos a conducir al club. Este es un caso específico y no estamos 100% de acuerdo en todas las cosas. Pero si decimos que somos presidencialistas es porque lo somos. Creemos que es una gran persona, un gran profesional, pero que está dentro de la tónica de lo que hoy sentimos que es todo Nacional: desgaste. Yo tengo una postura, por fuera de la persona, que es que cuando a alguien desgastado lo saco de un rol importante para ponerlo en otro siento que no lo estoy valorando y no le estoy haciendo bien a la institución. Cuando a una persona se la saca de un lugar, es mejor que se la ascienda o que se vaya.
-En esa misma entrevista, Saúl habló del Codo del GPC y de una propuesta para cobrar US$ 100 o US$ 200 por dos años para terminarlo. ¿Qué opinás?
-Son ideas que se tiran. Lo concreto es que vamos a llamar a una licitación para que nos presenten un masterplan del GPC en su estado final. Entendemos que tiene que estar integrado al entorno del barrio, en donde nos imaginamos centros comerciales, estacionamientos subterráneos. Tiene que ser, también, un generador de ingresos. El resultado lo vamos a llevar a la directiva y después a una asamblea para que todos lo aprobemos. A partir de ahí, empezaremos a buscar las fuentes de financiamiento.
-¿Quiénes van a ser tus delegados ante la AUF y la Mesa Ejecutiva? Mencionaste a Alejandro Balbi, pero en reuniones posteriores también se habló de Julián Moreno.
-Todas las listas tienen gente valiosa. Julián Moreno es alguien con una experiencia brutal y puede ser un candidato. Balbi es otro porque tiene experiencia. Su fortaleza no es la gestión en el club sino saber manejarse como pez en el agua en esos ambientes. Es una decisión que queremos discutir.
-Balbi dijo que te había dado la medalla de socio y que ahí se había enterado que eras de Nacional. ¿Vas seguido al estadio?
-Con Alejandro he tenido vínculo y buena relación por el básquetbol, pero él no me entregó la medalla; fue el Nono Giuria. Estamos en épocas electorales y yo en el fondo estoy orgulloso porque lo que dicen de mí es: o que vengo de afuera o que no sabían que era de Nacional o que nunca fui a una asamblea. Nadie dice que no estoy preparado. Toda mi vida he seguido al club. Cuando entré en el tema del básquetbol, dejé de ir, pero siempre vi los partidos. Voy de vez en cuando. Pero yo no tengo una responsabilidad de dirigente.
-¿Qué va a pasar con Martín Lasarte?
-Hay que tratar de respaldar a los técnicos. Hubo 13 técnicos en seis años. Si es campeón, tiene la renovación automática. Pero si perdemos las finales por poco, creo que también hay que darle la oportunidad. No es solo Lasarte; estamos muy conformes con todo el cuerpo técnico y hay que apostar a que pueda armar su equipo, siempre y cuando se adapte a los lineamientos del club.