Refrán muy válido
Miguel Gómez Martínez
Un sabio refrán reza así: "Donde se saca y no se echa se acaba la cosecha"
Miguel Gómez Martínez
Un sabio refrán reza así: "Donde se saca y no se echa se acaba la cosecha". Aplica como anillo al dedo a la política económica del gobierno. Creen que el gasto es más importante que la inversión, que los subsidios son mejores que la productividad y que los impuestos son una fuente interminable de recursos. El problema de esta visión populista y cortoplacista es que desconoce que cualquier nivel de riqueza, si no se trabaja, se agota. El desorden fiscal que atraviesa el país es el resultado lógico de dos años de gasto desbordado e ineficiente. Pero, además, el gobierno cosecha los costos de una política que castiga la inversión con impuestos, el emprendimiento con obstáculos administrativos y que cree que el Estado es un buen administrador. Preso de una visión ideológica pasada de moda y obsoleta, sigue acumulando responsabilidades que luego le quedan grandes y desbordan su capacidad. El mejor ejemplo es el sistema de salud, nacionalizado a fuerza de intervenciones provocadas por la asfixia financiera a la que las EPS fueron sometidas por el mismo gobierno. El modelo se desmorona a medida que se disparan las quejas de los usuarios- unas 6.000 diarias- y el papel del gobierno se limita a esperar el derrumbe gradual. Lo mismo sucede con tantos temas en los cuales la incompetencia y desconocimiento de los temas terminan por generar crisis innecesarias. El caso del Icetex es ilustrador. Un ministro sin ninguna preparación ni criterio, una ausencia de conocimiento sobre los procedimientos presupuestales y una evidente falta de planeación financiera. El daño para los estudiantes es enorme. Ecopetrol es otro caso emblemático. La política energética del gobierno es hostil al objeto de la petrolera nacional que es producir y exportar crudo. La empresa ha sufrido numerosos cambios poco afortunados en su equipo directivo, sus excedentes disminuyen y su valor en bolsa retrocede. El gobierno, que necesita todos los ingresos posibles, ahora debe pasarse de cerca de diez billones menos por la caída en las utilidades de la empresa. Los impuestos son otra clara manifestación de los errores cometidos por el gobierno. Se sobreestiman ingresos e incluyen recursos que no están asegurados ni son realistas. Se presupuestan gastos que no están cubiertos por ingresos lo que descuadra el ejercicio presupuestal. No en vano el Congreso ha rechazado el monto del presupuesto presentado por el gobierno para el 2025. La necesidad de una nueva reforma tributaria, disfrazada de ley de financiación, es el resultado de este manejo poco técnico del presupuesto de rentas. La sostenibilidad de las políticas públicas exige conocimiento, experiencia, planeación y capacidad de ejecución. Este gobierno no sobresale en ninguno de estos aspectos porque prioriza el discurso sobre la realidad. *** Coletilla: Vergonzoso el legado del saliente ministro de Hacienda. Desorden fiscal, bajo crecimiento y graves cuestionamientos éticos.
Consultor empresarial. migomahu@gmail.com